La mafia, Marlon Brando y la guerra de Vietnam
Conversaciones sobre los entresijos del cine entre el escritor Michael Ondaatje y el montador Walter Murch
El escritor Michael Ondaatje conoci¨® al montador de imagen y sonido Walter Murch en el rodaje de El paciente ingl¨¦s, la adaptaci¨®n al cine que realiz¨® Anthony Minghella de su novela. "Despu¨¦s del estreno de El paciente ingl¨¦s", explica Ondaatje en la introducci¨®n del libro El arte del montaje, "Walter y yo seguimos vi¨¦ndonos de vez en cuando, y fuimos a comer juntos cuando estuve en San Francisco para la gira promocional de mi novela El fantasma de Anil. Tras el almuerzo me propuso que le acompa?ara a la sala de montaje para que viese lo que estaba haciendo. Result¨® que estaba empezando un nuevo montaje de Apocalypse Now. Escribir mi novela me hab¨ªa llevado siete a?os, y en ese momento me di cuenta de que lo que realmente quer¨ªa hacer a continuaci¨®n era sentarme con Walter a hablar detalladamente de su trabajo y de sus ideas sobre el arte del cine y la realizaci¨®n material de pel¨ªculas, y espec¨ªficamente, sobre el oficio de montar. Aquella noche me puse en contacto con ¨¦l, le propuse la idea, ¨¦l acept¨® y empezamos a trabajar un par de meses despu¨¦s".
El arte del montaje
Plot Ediciones
Un espl¨¦ndido texto en el que se recogen las largas conversaciones que mantuvo Ondaatje con Walter Murch, responsable, entre otros, de los montajes de 'El Padrino', 'Apocalypse now' y 'American graffiti'.
"Originalmente, 'Apocalypse now' iba a dirigirla George Lucas, ya que era un proyecto que hab¨ªan desarrollado George y John Milius para Zoetrope. Eso fue en 1969"
"A Salvatore Gravano, un mat¨®n que hab¨ªa asesinado a 19 personas, le parec¨ªa que Mario Puzo, sin duda alguna, o ten¨ªa relaciones, o hab¨ªa sido ¨¦l mismo miembro de la mafia"
"Hubo una crisis grave por la m¨²sica. Cuando Bob Evans oy¨® la de Nino Rota para 'El Padrino' pens¨® que iba a hundir la pel¨ªcula, que era demasiado l¨²gubre"
"Orson Welles dijo: 'El ¨²nico momento en que uno es capaz de ejercer control sobre la pel¨ªcula es en el montaje. Las im¨¢genes por s¨ª mismas no son suficientes"
"Alguien dej¨® una copia de 'El coraz¨®n de las tinieblas' en la casa de Brando. A la ma?ana siguiente apareci¨® con la cabeza afeitada y dijo: 'Ahora lo tengo todo perfectamente claro"
Este libro surge, pues, de la fascinaci¨®n de un escritor por un oficio tradicionalmente desconocido para la gran mayor¨ªa, indispensable para los profesionales de la industria y, como se comprobar¨¢, enormemente rico en an¨¦cdotas y explicaciones que trascienden lo t¨¦cnico para desvelar los entresijos de la industria. Murch es el responsable del montaje, entre otras, de la saga de El Padrino, de Apocalypse Now y de American Graffiti, por citar tan s¨®lo algunas. Sobre la excelente trilog¨ªa de Coppola, basada en un libro y los guiones de Mario Puzo, Ondaatje le pregunta a Murch a prop¨®sito de unas declaraciones de un mat¨®n de la mafia sobre el sonido de la escena del asesinato en el restaurante.
"S¨ª", contesta el montador, "apareci¨® hace un par de a?os en The New York Times una entrevista con Salvatore Gravano, que hab¨ªa asesinado a unas cuantas personas para la Mafia y luego colabor¨® con el Estado. El entrevistador le preguntaba si Mario Puzo hab¨ªa tenido alguna vez relaci¨®n con la mafia. Y a Gravano le parec¨ªa que Puzo, sin duda alguna, o ten¨ªa relaciones o hab¨ªa sido ¨¦l mismo miembro de la mafia. Como prueba esgrim¨ªa la escena en la que Michael [Al Pacino] mata a Sollozzo [Al Lettieri] y a McCluskey [Sterling Hayden]: "?Te acuerdas de que Michael no o¨ªa nada en el momento en el que se est¨¢ acercando a ellos? ?Recuerdas que sus ojos se ponen vidriosos, que s¨®lo se o¨ªa el ruido del metro al fondo, y que Michael no pod¨ªa o¨ªrles hablar? Es exactamente lo que yo sent¨ª cuando mat¨¦ a Joe Colucci... Quien ha escrito una escena as¨ª tiene que conocer esa sensaci¨®n. ?Es que sent¨ªa que era yo quien apretaba el gatillo!". Gravano opinaba que s¨®lo alguien que ha matado de verdad puede conocer esa sutil informaci¨®n emocional, y, por tanto, Puzo deb¨ªa de haber asesinado a alguien o tuvo que tener contacto ¨ªntimo con gente que hab¨ªa matado. Pero lo cierto es que, aparte de que Gravano confund¨ªa el libro con la pel¨ªcula, ese sonido era s¨®lo mi manera de llenar un espacio sonoro que normalmente deber¨ªa estar ocupado por la m¨²sica, era un efecto sonoro ?de un chico criado en el Upper West Side de Manhattan y que no ten¨ªa absolutamente ning¨²n contacto con la mafia en ning¨²n sentido! Recuerdo que, a continuaci¨®n, el entrevistador le preguntaba a Gravano si El Padrino le hab¨ªa influido en su conducta. "Bueno", responde, "mat¨¦ a 19 personas". "?Y que tiene que ver eso con El Padrino?", pregunt¨® el entrevistador. "S¨®lo hab¨ªa matado a uno, creo, antes de ver la pel¨ªcula".
En el libro se apuntan varios detalles que ilustran la compleja relaci¨®n del realizador y el productor en una industria como la estadounidense, en la que el productor tiene una capacidad de decisi¨®n sobre el resultado final muy superior a lo habitual en Europa. Ondaatje le pregunta a su interlocutor si hubo escenas en El Padrino que crearan problemas con el estudio.
"Hubo una crisis grave por la m¨²sica. Cuando Bob Evans oy¨® la m¨²sica de Nino Rota pens¨® que iba a hundir la pel¨ªcula, que era demasiado l¨²gubre y que no ten¨ªa suficiente energ¨ªa. Quer¨ªa que Henry Mancini salvara la pel¨ªcula y le diera un tono m¨¢s duro. No le gustaban aquellas ideas difusas que hab¨ªan perge?ado Francis y Nino: quer¨ªa que la m¨²sica fuese m¨¢s americana y m¨¢s impactante. Y hubo una lucha tremenda entre Francis y Evans, durante la que Francis amenaz¨® con dejar la pel¨ªcula y quitar su nombre de ella si se hac¨ªa aquello".
Ondaatje. ?Te refieres al tema musical principal?
Murch. S¨ª..., bueno, a toda la m¨²sica.
O. ?Dios m¨ªo, pero si es casi como una marca comercial!
M. Bueno, entonces nadie lo sab¨ªa. Recuerda que hubo alguien que quiso eliminar Over the Rainbow de El mago de Oz. En cine, frecuentemente ocurre que alguien, sobre todo los ejecutivos distra¨ªdos, dice: "No me gusta..." -escoge una- "... la m¨²sica, el trabajo de c¨¢mara, la direcci¨®n art¨ªstica, la interpretaci¨®n de tu pel¨ªcula". Pero si realmente ahondas en ese prejuicio, a veces descubres la ¨²nica cosa que detestan en particular: el guisante debajo del colch¨®n. A menudo, se reduce a una o dos cosas que estropean todo lo dem¨¢s. Al hablar con Bob Evans descubr¨ª que no le gustaba la m¨²sica de la escena de la cabeza del caballo en la que Woltz retira la s¨¢bana y aparece en la cama la cabeza seccionada de su caballo, valorado en 800.000 d¨®lares. [...] Finalmente, en la m¨²sica aparece una inestabilidad desorientadora que crece y crece hasta el momento en el que Woltz finalmente aparta la s¨¢bana... Ya conoces la sensaci¨®n de cuando algo te despierta, y algo pasa, y t¨² te preguntas: ?Pasa algo malo? ?Qu¨¦ es lo que va mal? ?Oh, Dios m¨ªo! ?No, no puede ser! ?Es mucho peor de lo que me imaginaba! ?Aaarghhh! Le pusimos esa versi¨®n a Evans y le pareci¨® fant¨¢stica.
"El Padrino es una pel¨ªcula digna de estudio por su utilizaci¨®n de la m¨²sica", a?ade Murch. "La mayor¨ªa de las pel¨ªculas usan la m¨²sica como los atletas utilizan los esteroides. No cabe duda de que se puede inducir una cierta emoci¨®n mediante la m¨²sica, de la misma forma que los esteroides aumentan la masa muscular. Te da m¨¢s gancho, te proporciona velocidad, pero a largo plazo es malo para el organismo. Y despu¨¦s de llegar a un silencio perplejo antes de que Michael tire el arma, el p¨²blico est¨¢ emocionalmente confuso. ?Michael es un mal tipo? ?Es uno de los buenos? He aqu¨ª un hombre que acaba de hacer exactamente lo que dec¨ªa que no quer¨ªa hacer: trabajar para la familia. Y ahora ha asesinado a dos hombres por la familia. ?Vamos a contemplar c¨®mo este personaje kennediano pisotea los ideales que abrazaba al principio...?".
La nueva aventura de Coppola
Cinco a?os despu¨¦s del rodaje de El Padrino, en 1976, y cuando ya hab¨ªa realizado La conversaci¨®n y El Padrino II, Coppola se embarca en una nueva aventura: Apocalypse Now, otra de sus grandes obras maestras y sobre la que Ondaatje y Murch dialogan ampliamente y aportan informaciones nuevas o poco conocidas. As¨ª, a la pregunta del escritor de si Apocalypse Now fue un proyecto que desarrollaron entre Coppola y John Milius, Murch contesta: "No. Originalmente iba a dirigirlo George Lucas, ya que era un proyecto que hab¨ªan desarrollado George y John para Zoetrope. Eso fue en 1969. Luego, cuando Warner Bros cancel¨® la financiaci¨®n para Zoetrope, el proyecto qued¨® abandonado durante un tiempo. Tras el ¨¦xito de American Graffiti en 1973, George quiso resucitarlo, pero era un tema todav¨ªa demasiado candente, la guerra no terminaba, y nadie quer¨ªa producir algo as¨ª. De manera que George sopes¨® sus opciones: ?Qu¨¦ quer¨ªa realmente decir ¨¦l en Apocalypse Now? El mensaje se hab¨ªa concentrado en la capacidad de un peque?o grupo de gente para derrotar a una superpotencia simplemente por la fuerza de sus convicciones. Y decidi¨® que: 'Bueno, si es un tema contempor¨¢neo demasiado caliente, ubicar¨¦ el centro de la historia en el espacio exterior y har¨¦ que ocurra en una galaxia lejana hace mucho tiempo'. El grupo rebelde eran los vietnamitas del norte, y el imperio, Estados Unidos. Y cuando tienes la fuerza da igual si eres peque?o, puedes derrotar a la superpotencia avasalladora. La guerra de las galaxias es la versi¨®n transustanciada que hizo George de Apocalypse Now".
Ondaajte explica que Murch ha sido uno de los escas¨ªsimos profesionales que visionaron parte del amplio material filmado con Harvey Keitel en el papel que despu¨¦s desempe?ar¨ªa Martin Sheen, y que, a juicio del montador, "tras m¨¢s de un a?o de producci¨®n y muchos meses de montaje, el Apocalypse... de Sheen hab¨ªa adquirido su propio sistema inmunol¨®gico, su propio grupo sangu¨ªneo y su estructura gen¨¦tica. Y de repente, al mirar aquel material, me encontr¨¦ cara a cara con una pel¨ªcula diferente. Fue como conocer a un hermano que ignorabas tener. Si Francis hubiese seguido en la direcci¨®n original con Harvey Keitel, la pel¨ªcula habr¨ªa sido muy distinta".
En 1957, Truman Capote firma una entrevista demoledora para el entrevistado: Marlon Brando (El duque en sus dominios). A?os despu¨¦s, Ondaajte y Murch hablan sobre el actor y su papel en Apocalypse Now, y lo cierto es que la terrible semblanza que realiz¨® Capote durante el rodaje de Sayonara no se alejaba demasiado de lo que cuenta Murch.
O. Brando lleg¨® al escenario muy avanzado el rodaje, ?no? ?Estaba muy compenetrado con el papel de Kurtz?
M. Lleg¨® a Filipinas en septiembre de 1976 y advirti¨® de que no estaba satisfecho con el gui¨®n. Las discusiones posteriores se exacerbaron por el hecho de que Brando estaba m¨¢s gordo de lo que hab¨ªa prometido, y por ello no pod¨ªa hacer bien lo que le exig¨ªa su papel. Cuando la discusi¨®n llegaba a un punto muerto, Francis le dec¨ªa: "Bueno, t¨² lee El coraz¨®n de las tinieblas. Ah¨ª ver¨¢s lo que quiero decir". Y Brando contestaba: "?Ya he le¨ªdo El coraz¨®n de las tinieblas y lo odio!". Y Francis pensaba: "?Ay, Dios m¨ªo!". La producci¨®n se interrumpi¨® una semana m¨¢s o menos, mientras Marlon y Francis discut¨ªan la cuesti¨®n. Finalmente, por suerte o por designio, alguien dej¨® una copia de El coraz¨®n de las tinieblas en la casa flotante de Brando. A la ma?ana siguiente apareci¨® con la cabeza afeitada y dijo: "Ahora lo tengo todo perfectamente claro". Resulta que hasta ese momento ¨¦l hab¨ªa cre¨ªdo que El coraz¨®n de las tinieblas era el gui¨®n original de John Milius.
O. O sea, que nunca hab¨ªa le¨ªdo la novela de Conrad...
M. Y le caus¨® un impacto tremendo. Y ahora ¨¦l estaba calvo, igual que el personaje principal de la novela, Kurtz. Tras aquel punto de inflexi¨®n, las cosas marcharon mejor dentro de lo posible. El problema era que hab¨ªan perdido much¨ªsimo tiempo discutiendo y Brando no aceptaba otros t¨¦rminos que no fuesen los del acuerdo inicial. Sus honorarios, los que fuesen -sus millones de d¨®lares-, eran a cambio de un periodo de tiempo determinado e inflexible. Hab¨ªan perdido la primera semana en discusiones, y todo lo de Brando hubo que hacerlo en mitad de tiempo. Incluso accedi¨® a adoptar el nombre de Kurtz, al que se hab¨ªa mostrado previamente reacio. Hab¨ªa dicho mucho antes, cuando ley¨® el gui¨®n, algo como: "Los generales americanos no tienen nombres as¨ª. Tienen nombres floridos, del sur. Yo quiero ser el coronel Leighley". Y Francis lo hab¨ªa aprobado. De repente, despu¨¦s de leer a Conrad, Brando quer¨ªa ser Kurtz. Pero ya se hab¨ªan rodado muchas escenas, y su personaje era mencionado como el coronel Leighley. En la escena en la que a Willard le asignan su misi¨®n se refieren a Brando como el coronel Leighley.
O. ?Y qu¨¦ pas¨® con esa escena?
M. Tuvimos que volver a grabar los di¨¢logos. Las bocas de los actores dicen "coronel Leighley", pero en realidad les o¨ªmos decir "coronel Kurtz". Est¨¢ hecho con mucho cuidado. Escucha la escena y obs¨¦rvala...
Nadie mejor que un genio del cine, Orson Welles, para concluir esta prepublicaci¨®n, pues tambi¨¦n Walter Murch es el responsable de la recuperaci¨®n de la versi¨®n original de Sed de mal siguiendo los pasos del memorando de 58 p¨¢ginas que dej¨® escrito el director para tratar de salvar la manipulada versi¨®n del estudio.
"Para mi estilo, para mi visi¨®n del cine", declar¨® Welles en Cahiers du Cinema, "el montaje no es s¨®lo un aspecto: es el aspecto. El concepto de 'dirigir' una pel¨ªcula es un invento de cr¨ªticos como ustedes. No es un arte, o, en el mejor de los casos, es un arte s¨®lo un minuto al d¨ªa. Ese minuto es terriblemente crucial, pero se produce muy raramente. El ¨²nico momento en que uno es capaz de ejercer control sobre la pel¨ªcula es en el montaje. Las im¨¢genes por s¨ª mismas no son suficientes. Son muy importantes, pero s¨®lo son im¨¢genes. Lo esencial es la duraci¨®n de cada imagen y lo que sigue a cada imagen: lo que otorga al cine toda la elocuencia es que se gesta en la sala de montaje".
Michael Ondaatje
El autor de 'El arte del montaje', cingal¨¦s de nacimiento (1943, Colombo), emigr¨® en su juventud a Canad¨¢. Entre sus obras destaca la novela 'El paciente ingl¨¦s', premio Booker en 1992, adaptada al cine en 1996 por Anthony Mingella.
Un viaje desde Zoetrope hasta los grandes estudios
FRANCIS FORD COPPOLA FUNDA en 1969, en colaboraci¨®n con George Lucas, American Zoetrope, la productora del 827 de la calle Folsom de San Francisco y epicentro de buena parte del nuevo cine americano.
La primera producci¨®n, Llueve sobre mi coraz¨®n, es un ¨¦xito, y Coppola consigue la Concha de Oro del Festival de San Sebasti¨¢n de ese mismo a?o de 1969. Bajo su patriarcado se juntaron en el primer a?o de su actividad, adem¨¢s del cofundador, Lucas, el montador Walter Murch, el director y guionista John Millius, los directores Steven Spielberg y Martin Scorsese, y el actor Al Pacino, entre otros. Consiguieron un adelanto de los estudios para rodar THX 1138, de Lucas. El incipiente sue?o se derrumb¨® tras el fracaso de la pel¨ªcula. Los estudios se negaron a estrenarla, y cuando finalmente decidieron exhibirla, lo hicieron casi clandestinamente y con un final diferente al previsto por su director. Hollywood volv¨ªa a imponer sus r¨ªgidas normas y la productora American Zoetrope vivi¨® la di¨¢spora de sus integrantes. Dos a?os m¨¢s tarde, en 1971, Coppola comenzaba el rodaje de El Padrino, una producci¨®n de uno de los grandes estudios.
Ondaatje. Francis Coppola, George Lucas y t¨² al principio s¨®lo participabais en pel¨ªculas de bajo presupuesto o independientes. ?Sentiste que hab¨ªas ascendido a una esfera diferente cuando empezaste a trabajar en el sonido de El Padrino, una pel¨ªcula producida por uno de los grandes estudios?
Murch. Totalmente. ?Era aterrador! No olvides que ten¨ªamos menos de treinta a?os. Segu¨ªamos siendo nosotros, los ex estudiantes de cine, pero de repente nos encontramos con el elemento a?adido del estudio. Durante una temporada nos permitieron seguir trabajando en San Francisco. Pero en octubre de 1971, Bob Evans, que era el jefe de Paramount, orden¨® que la pel¨ªcula se trasladara a Los ?ngeles. Por primera vez iba a trabajar en Los ?ngeles, en un largometraje de ficci¨®n, en un estudio, con acceso a su fonoteca, pero tambi¨¦n con todo lo que conlleva una producci¨®n de estudio, tanto para lo bueno como para lo malo. Aprend¨ª muchas cosas; entre otras, averig¨¹¨¦ hasta d¨®nde pod¨ªa, con mi escasa experiencia, forzar el sistema de estudio para producir resultados inusuales. Y en vez de decir: "Esto es una pel¨ªcula de estudio, as¨ª es como lo hacen ellos", segu¨ªa intentando encauzar la banda sonora en la direcci¨®n de las pel¨ªculas que ya hab¨ªamos hecho.
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