'Oscarito' y Espa?a
Freire festeja su segunda victoria en San Remo e ironiza con que, si fuera italiano, belga o franc¨¦s, ser¨ªa "una de las grandes estrellas del pa¨ªs"
Un viejo aficionado se acordaba la v¨ªspera de la Mil¨¢n-San Remo de c¨®mo eran los mitos de su ¨¦poca vistos con los ojos de la ni?ez. Contaba que un d¨ªa que Rik van Looy disputaba una carrera en su ciudad logr¨® colarse en su hotel para saludar a su h¨¦roe y que el gran sprinter le hizo un regalo muy curioso -y muy atrevido para la ¨¦poca: Espa?a, primeros a?os 60-, que consist¨ªa en una especie de caja de cerillas que ten¨ªa en su interior una estampa de una mujer que se sospechaba sical¨ªptica; se sospechaba, porque, cuando intentaba abrirla enteramente para verla como cre¨ªa en biquini, el incauto ni?o recib¨ªa una descarga, un calambrazo. Van Looy se re¨ªa. El ni?o hab¨ªa descubierto los l¨ªmites. Por algo el sobrenombre del belga era El Emperador.
"Deber¨ªa ampliar su abanico, ganar otro tipo de carreras. Pero le valoro", dice de ¨¦l Merckx
"Despu¨¦s de Indurain, si no ganas el Tour, no eres nada", reflexiona el tricampe¨®n mundial
Con ?scar Freire, otro ciclista que viaja camino del mito, ser¨ªa imposible sufrir tan traum¨¢tica experiencia. ?l, que ha ganado m¨¢s Campeonatos del Mundo que Van Looy (tres a dos) y m¨¢s San Remo (dos a una), nunca ser¨¢ conocido como el emperador de nada. ?l gana y despierta una ola en la sala de prensa con todos los italianos llam¨¢ndole Oscarito, un nombre que mezcla ternura, s¨ª -no se olviden que el crack de Torrelavega ya ha cumplido 31 a?os-, un poco de admiraci¨®n y, quiz¨¢s inconscientemente, una pizca de frustraci¨®n. A ¨¦l se acercan los ni?os y los mayores y no se llevan sorpresas, s¨®lo aut¨®grafos y sonrisas. "Ya, es muy simp¨¢tico, tiene talento, es un fuera de serie", dicen los entendidos, "pero le falta el carisma de Bettini o el aura de Boonen o el glamour de Pozzato". O llega el cl¨¢sico reportero franc¨¦s poniendo en duda su valor y reconociendo que se le hab¨ªa olvidado que el a?o pasado gan¨® dos etapas en el Tour.
"No", responde el c¨¢ntabro con una pizca de amargura exenta de envidia; "a m¨ª lo que me falta es ser italiano o belga. O franc¨¦s. Si tuviera una de esas nacionalidades, ser¨ªa una de las grandes estrellas del pa¨ªs. Pero soy de Espa?a, donde, despu¨¦s de [Miguel] Indurain, si no ganas el Tour, no eres nada". No es un memorial de agravios el que despliega el tricampe¨®n mundial, sino una constataci¨®n. No levanta la voz. No busca imponerse. Simplemente, recuerda unas cuantas cosas a uno de los dos ¨²nicos periodistas espa?oles que se desplazaron a San Remo, al centenario de la classicissima. Y no habla de ¨¦l mismo. Habla del ciclismo. Habla de la situaci¨®n en Espa?a. "Soy quiz¨¢s la ¨²nica gran figura mundial que no est¨¢ en un equipo de su pa¨ªs", dice; "un pa¨ªs en el que desciende la afici¨®n, en el que desciende la atenci¨®n de los medios, de la televisi¨®n. Por ejemplo, en la Vuelta a Andaluc¨ªa, que tuvo una gran participaci¨®n, me sorprendi¨® que no hubiera m¨¢s que periodistas locales. Y all¨ª corr¨ªan los mejores". Treinta a?os despu¨¦s, el mismo discurso de su paisano, el golfista Severiano Ballesteros, m¨¢s admirado en Inglaterra que en Espa?a.
Freire corre para un equipo holand¨¦s -antes, nada m¨¢s ganar su primer Mundial, lo hizo en uno ¨ªtalo-belga y antes a¨²n, cuando no era nada, en uno espa?ol-. Vive la mitad del a?o en Suiza y la otra mitad corriendo por ah¨ª. "Es una situaci¨®n que he elegido y que me va muy bien. No me quejo de ello", comenta; "soy m¨¢s libre. Estoy m¨¢s a gusto. Pero...".
Eso no quita para que el gran Eddy Merckx -siete San Remo, cinco Tours, entre varios cientos de victorias en los a?os 60 y los 70-, que se sienta a su lado en el teatro del Casino durante uno de los actos de celebraci¨®n del centenario, recuerde que admira a Freire, su talento, su clase, su forma de ganar, pero... "Deber¨ªa ampliar su abanico: ganar otro tipo de carreras, las cl¨¢sicas belgas...", dice El Can¨ªbal, con un ansia voraz por los triunfos; "de todas maneras, le valoro. Los tiempos han cambiado. No hay parang¨®n posible con mi ¨¦poca".
El palmar¨¦s de Freire, m¨¢s copioso de lo que parece, pero muy selecto, est¨¢ a medias construido por la virtud y por la necesidad. Si se ha convertido en un gourmet, en uno que s¨®lo se motiva con las grandes carreras, es porque desde que comenz¨® no ha podido disfrutar de una temporada completa sin lesiones. Otro detalle es su gran virtud fisiol¨®gica: se pone en forma tras largos parones con poco entrenamiento. "Ahora me entreno unas tres horas diarias", explica; "y no todos los d¨ªas. Si llueve o hace malo, me quedo en casa". Y otro: "Mi segunda victoria fue mi primer Mundial. No la cambiar¨ªa por nada, no por un Tour. Me transform¨®. Y ahora, con mi palmar¨¦s, no tendr¨ªa sentido que me jugara el f¨ªsico en las llegadas de carreras menores. Mi objetivo es ganar mi cuarto Mundial. Para eso necesitar¨¦ algo de fortuna. Los dos ¨²ltimos no los he podido correr por estar lesionado".
Merckx le habla del Tour de Flandes, de la cl¨¢sica de los muros del pav¨¦s (adoquinado), y ¨¦l se toca el cuello, los ri?ones... "Claro que me gustar¨ªa ganarlo, pero all¨ª se rebelan mi vieja lesi¨®n en el isqui¨®n, al final de la espalda, y la de las cervicales", dice; "all¨ª hay que subir sentado y las vibraciones me machacan y la tensi¨®n en los brazos me fastidia el cuello".
El glamour. El tuxedo de terciopelo granate, anchas solapas m¨¢s oscuras, que luce Pozzato, un pincel, en la ceremonia. Pozzato, el ganador de 2006 que, seg¨²n la Gazzetta, se hab¨ªa jugado el Ferrari a que ganar¨ªa tambi¨¦n en 2007. Freire se destaca de todos y luce, sin complejo, ropa deportiva, camiseta azul, pantal¨®n de ch¨¢ndal, junto a los elegantes ex ganadores Petrucci, Bugno, Chiappucci, Fondriest, Saronni, Moser, Dancelli, Gavazzi... "El cami¨®n se me ha llevado la bici y la maleta", cuenta; "por eso tengo que venir as¨ª".
En la puerta, Laura, su esposa, mece el cochecito con su ni?o, Marcos, de seis meses. "Hijo", le dice, "a ver si eres tan bueno en todo como tu padre, pero m¨¢s listo: no te hagas ciclista, hazte futbolista".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.