La burbuja del centro
Es dif¨ªcil saber si ser¨¢ una mera burbuja o se convertir¨¢ en algo estable. Pero el factor Bayrou ha supuesto la erupci¨®n del centro en la pol¨ªtica francesa. Puede ser una excepci¨®n, pues son varios los que han observado la desaparici¨®n del centro en buena parte de Europa, v¨ªctima de la "revuelta populista". Algunos analistas ven c¨®mo en casi todo el Viejo Continente se han desinflado los partidos de centro que propugnan reformas. Incluso en Alemania, Angela Merkel tuvo un resultado peor del esperado. Para Werner Perger, analista de Die Zeit, los partidos de la modernizaci¨®n han perdido fuerza. En pa¨ªses m¨¢s peque?os, y con identidades m¨¢s amenazadas, como en Holanda, Austria o Dinamarca, se ha producido un ascenso a los extremos, dejando el centro desierto.
Algunos, como la conservadora Alianza Democr¨¢tica Cristiana (CD) de Jan Peter Balkenende en Holanda, han aguantado quiz¨¢s porque han buscado inspiraci¨®n en el comunitarismo, con una reevaluaci¨®n de la espiritualidad (en este caso cristiana), seg¨²n Frans Becker y Ren¨¦ Cuperus en un estudio para Policy Network. Su conclusi¨®n es que la divisi¨®n actual en las sociedades europeas se da entre aquellos que se han beneficiado de la globalizaci¨®n y la desnacionalizaci¨®n, y los que, en t¨¦rminos reales o identitarios, han salido perdedores en este proceso. Al final, seg¨²n estos polit¨®logos, la gran divisi¨®n es entre "aquellos que miran al futuro con ilusi¨®n y aquellos que lo temen". Esta divisi¨®n podr¨ªa valer tambi¨¦n para Francia. Pues adem¨¢s de sobre la reforma pol¨ªtica, la campa?a francesa gira en buena parte en torno al poder adquisitivo y a eso que se ha llamado la pobreza invisible, es decir, sobre la divisoria entre ganadores y perdedores de la globalizaci¨®n.
Las encuestas sit¨²an a Fran?ois Bayrou en tercer lugar, por detr¨¢s de la socialista S¨¦gol¨¨ne Royal, mientras que a la cabeza, destacado pero no en escapada, va Nicolas Sarkozy. Lo m¨¢s interesante es que estas mismas encuestas indican que si Bayrou pasara a una segunda vuelta, ganar¨ªa a cualquiera de los dos. Su problema es, justamente, pasar a la segunda y decisiva ronda a dos. Un combate entre la derecha y el centro no ser¨ªa una novedad en la V Rep¨²blica. Ya ocurri¨® en 1969 entre Alain Poher y George Pompidou. Este sistema presidencial permite escapar, por un tiempo, a la din¨¢mica de los partidos, y de hecho el apoyo a Bayrou est¨¢ basado en un rechazo a la dicotom¨ªa izquierda-derecha y al sistema de partidos tradicionales.
Sarkozy tiene asegurado su paso a la segunda vuelta y se quiere asegurar los votos de la extrema derecha (los votos de Le Pen) en la segunda y de una parte del centro que empezar¨¢ a cortejar sobre todo a partir del 23 de abril. Royal, a diferencia de Mitterrand en 1981, que contaba con un partido comunista fuerte, no tiene granero de votos a su izquierda (aunque los otros ocho candidatos suman un 15% de las intenciones de voto) para la segunda vuelta, por lo que su rival principal en la primera ha pasado de ser Sarkozy a Bayrou. Y por ello ahora vuelve al centro y habla de la VI Rep¨²blica, a lo que se ha apuntado el centrista. Bayrou -que ha ofrecido nombrar un primer ministro socialista- corteja tanto a los electores de uno como del otro, desde un centro que parec¨ªa no existir pero que ah¨ª estaba, y que reclaman sobre todo los electores m¨¢s j¨®venes a los que no desagradan las cohabitaciones y s¨ª la tradicional polarizaci¨®n.
En Espa?a, nuestras tensiones poco tienen que ver con este enfrentamiento entre perdedores y ganadores de la globalizaci¨®n, sino mucho m¨¢s con nuestros propios demonios. El sistema de partidos y el nivel de crispaci¨®n impiden que el centro se exprese. Pero la autoubicaci¨®n ideol¨®gica de los espa?oles indica que la media est¨¢ en un 4,68, es decir, en el centro ligeramente a la izquierda, tras unos picos m¨¢s hacia la derecha en 1996-2003. Hoy por hoy no hay lugar en Espa?a para el regreso del centro, pero s¨ª hay una demanda de regreso al centro. aortega@elpais.es
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