Insultos, abucheos y una patada en los test¨ªculos a un miembro del Foro Ermua

Los intercambios de insultos entre los simpatizantes de la izquierda abertzale, primero, y los de Ibarretxe despu¨¦s, con los integrantes del Foro Ermua y de la asociaci¨®n Dignidad y Justicia degeneraron en una agresi¨®n a Antonio Aguirre, miembro del primero los grupos. Aguirre recibi¨® una patada en los test¨ªculos de uno de los concentrados en apoyo al lehendakari, como consecuencia de la que cay¨® al suelo y perdi¨® la consciencia unos instantes, seg¨²n relat¨® ¨¦l mismo despu¨¦s.

La polic¨ªa vasca refugi¨® a los miembros de ambas asociaciones en un hotel situado en el lateral del edificio judicial y Aguirre recibi¨® atenci¨®n m¨¦dica de una ambulancia desplazada al lugar. Una vez repuesto, anunci¨® su intenci¨®n de denunciar al autor, al que dos escoltas retuvieron y entregaron a la Ertzaintza.

El letrado del Foro Ermua, Fernando Garc¨ªa-Capelo, dijo luego que extender¨¢ la denuncia al responsable del dispositivo policial, por haber dejado supuestamente marchar al agresor sin identificarlo, al PNV y al Gobierno vasco. Los autores de la querella contra Batasuna e Ibarretxe hab¨ªan sido increpados antes por los simpatizantes abertzales, que tambi¨¦n pitaron e insultaron al presidente del Tribunal Superior de Justicia del Pa¨ªs Vasco, Fernando Ruiz Pi?eiro, cuando acced¨ªa a su despacho.

Unos y otros intercambiaron gritos de "fascistas" y "etarras asesinos" y los abertzales arreciaron en sus insultos cuando a la salida se dejaron ver camisetas con banderas espa?olas. La Ertzaintza separ¨® a ambos grupos en todo momento.

Al otro lado del palacio de Justicia el ambiente no fue m¨¢s relajado. Un millar de personas esperaron al lehendakari con tantas ganas de aclamarle como indignaci¨®n hacia sus denunciantes. Aunque ¨¦stos no entraron por la puerta principal, el griter¨ªo proveniente del lateral por el que se desplazaban se extendi¨® a quienes ni siquiera los ve¨ªan, mientras el presidente del PNV, Josu Jon Imaz, realizaba a su gente gestos de aplacamiento con las manos.

Los agredidos culparon a la polic¨ªa vasca de los incidentes por no haberles permitido usar la puerta principal.