El 'strip-tease' de los confidentes
Los testigos dejan al desnudo el montaje que intenta implicar a ETA en los atentados del 11-M
Sostiene la novia del confidente que ella no sabe qui¨¦n es Cristina ni Sandra ni Asun, que s¨®lo sabe de la existencia de Trini, pero no de todas las dem¨¢s amantes anteriores o superpuestas del tal Raf¨¢ Zouhier, traficante de hach¨ªs y confidente, un tipo bravo y pendenciero al que le gusta alardear de una fotograf¨ªa en blanco y negro en la que aparece en cueros y bien embadurnado de aceite. Hasta ayer, Raf¨¢ Zouhier fue ese. Incluso ¨¦l mismo, con sus gestos y sus camisas imposibles, ha venido cultivando esa imagen de fantasma y de fiestero simp¨¢tico para contraponerla a la religiosidad de El Egipcio o a la afici¨®n por la guerra santa de Abu Omar, dos de sus compa?eros en la habitaci¨®n de cristal blindado. Pero, desde ayer, Zouhier es otro.
Berm¨²dez: "Agentes, ll¨¦vense a Raf¨¢ Zouhier. M¨¦tanlo en el calabozo"
-Agentes, ll¨¦vense a Raf¨¢ Zouhier. M¨¦tanlo en el calabozo.
El juez G¨®mez Berm¨²dez no tuvo ayer un buen d¨ªa. Su aire habitual, expeditivo pero amable, vir¨® a marejada con rachas de fuerte marejada. No hubo abogado que no se llevara un ga?af¨®n. As¨ª que, a eso de media tarde, cuando Raf¨¢ Zouhier se puso a hacer gestos obscenos para protestar por el retrato que le estaba haciendo su ¨²ltima novia, lo envi¨® al calabozo con cajas destempladas. El marroqu¨ª, un tipo espabilado que se sabe el sumario al dedillo, era consciente de la gravedad del momento. Su novia se refiri¨® a su versi¨®n de fantasma -lleg¨® a comprarse un BMW para fardar en un viaje a Marruecos y lo vendi¨® al regreso-, pero no se qued¨® ah¨ª. Se atrevi¨® a retratar a una persona m¨¢s cruel, desconocida hasta ahora.
-Me llam¨® desde la c¨¢rcel para decirme: 't¨² no sabes nada, no hables'. Despu¨¦s recib¨ª otras llamadas. De gente que llamaba de su parte. Por eso he tenido que cambiar el tel¨¦fono de mi madre y de mi casa. Tengo miedo, claro que tengo miedo.
Es el pen¨²ltimo cap¨ªtulo de una relaci¨®n muy oscura. La mujer que declar¨® ayer desde detr¨¢s de una mampara -guapa, mo?o alto, hechuras que se llevan tras de s¨ª las miradas de los guardias- lo hizo tambi¨¦n desde detr¨¢s de una amargura. Antes de marcharse llorando por la puerta de atr¨¢s, dej¨® claro que Zouhier se convert¨ªa en un tipo muy distinto, casi tenebroso, cuando se apagaban las luces de las discotecas. La mujer lleg¨® a relatar ante el juez Juan del Olmo que su novio la secuestraba en su casa durante fines de semana enteros. Incluso lleg¨® a denunciarlo por amenazas y malos tratos ante la polic¨ªa. Tratando de poner tierra de por medio, se march¨® a Marbella, pero ¨¦l la persigui¨®.
-Es muy violento. Una vez le dieron un navajazo y en cuanto sali¨® del hospital busc¨® venganza. Dijo que iba a fabricar una bomba para coloc¨¢rsela al que lo apu?al¨®. Ten¨ªa pistola y, aunque yo siempre pens¨¦ que era delincuente, ¨¦l me dec¨ªa que trabajaba de confidente de la Guardia Civil. Nunca confi¨¦ demasiado en ¨¦l.
La defensa de Zouhier -uno de los abogados suscritos a la teor¨ªa de la conspiraci¨®n- intent¨® a la desesperada que la mujer suscribiera la versi¨®n de su cliente como un vivalavirgen, pero la respuesta no pudo ser peor para sus intereses.
-Es verdad que Raf¨¢ iba a fiestas y beb¨ªa alcohol, pero tambi¨¦n guardaba el Ramad¨¢n y rezaba. Y adem¨¢s odiaba a los jud¨ªos y a los americanos.
No tuvieron m¨¢s suerte los abogados de la citada corriente. Ayer tambi¨¦n declar¨® otro confidente, un tal Lavandera, quien junto a Zouhier ha nutrido de munici¨®n a quienes patrocinan la supuesta conexi¨®n de Toro y Trashorras con terroristas de ETA.
-Toro presum¨ªa de estas cosas, pero creo que fue un alarde, una chiquillada.
No era un buen comienzo para los partidarios de las sombras. Aunque, una vez visto el perfil de Zouhier, no est¨¢ de m¨¢s acercarse a la biograf¨ªa de Lavandera para constatar la firmeza de los pilares en los que se ha estado apoyando todos estos a?os la teor¨ªa de la conspiraci¨®n. Hasta toparse con el 11-M y convertirse en testigo protegido, Lavandera hac¨ªa un n¨²mero er¨®tico con serpientes en un club de carretera llamado Hor¨®scopo. Le ayudaba su novia de entonces, una mujer brasile?a que se suicid¨® meti¨¦ndose en el mar Cant¨¢brico. Lo hizo delante de los ba?istas, pero como la Polic¨ªa Municipal de Gij¨®n no lleg¨® a tiempo de salvarla, Lavandera suele decir que "la suicidaron".
Aunque esperado su testimonio con gran expectaci¨®n, lo que ayer dijo el tal Lavandera no se apart¨® demasiado a lo declarado por otros testigos durante la jornada. Que, durante el a?o 2001, Antonio Toro y Jos¨¦ Emilio Su¨¢rez Trashorras, cu?ados y traficantes de hach¨ªs, ofrec¨ªan explosivos a diestro y siniestro, y que hasta a ¨¦l le plantearon en alg¨²n momento la posibilidad de hacer de correo. Luego utiliz¨® una palabra, "nunca", para hablar del contacto que, seg¨²n ¨¦l, Toro y Trashorras tuvieron con ETA.
Si algo qued¨® claro ayer es que la ¨²nica serpiente que figura en el sumario es la que se pon¨ªa el confidente Lavandera alrededor de su cuerpo desnudo en un club de carretera.
LOS CU?ADOS ASTURIANOS QUE PRESUM?AN DE SU CAPACIDAD PARA VENDER EXPLOSIVOS
- Francisco Javier Lavandera asegura que Toro le dijo que ten¨ªa contactos con ETA, y lleg¨® a decirle que si encontraba a alguien que supiera "detonar bombas a trav¨¦s de tel¨¦fonos m¨®viles iba a ganar mucho dinero". "Me dijo que ETA pagar¨ªa mucho dinero por alguien que supiera manejar esa tecnolog¨ªa"
- "Toro presum¨ªa de estas cosas. Creo que fue un alarde, una chiquillada"
- Toro y Trashorras "pod¨ªan mover 1.000 kilos [de explosivos] a la semana". "Tengo 400 kilos de Goma 2 para vender", le dijo Trashorras
- "Me mostr¨® los explosivos en verano de 2001. Los llevaba en el maletero de un Xsara dorado. Supe que eran explosivos porque pon¨ªa Goma 2 ECO"
- Una ex novia de Raf¨¢ Zouhier relat¨® las continuas llamadas que recib¨ªa del acusado. "Me ha dicho que no s¨¦ nada y que no hable". En las llamadas "quer¨ªa saber en qu¨¦ sentido iba a declarar"
- "?l me contaba que trabajaba como confidente para la Guardia Civil, pero yo sospechaba que era un delincuente. Yo nunca he confiado en ¨¦l". Era una "persona violenta, que manejaba mucho dinero"
- Comenz¨® a sospechar de Zouhier cuando vio "un agujero en el colch¨®n, manchas de sangre en la pared y su mano quemada", tras herirse con un detonador. ?l dijo que se hab¨ªa "herido con un m¨®vil"
- Zouhier "rezaba, hac¨ªa el Ramad¨¢n y pon¨ªa verdes a los americanos y los jud¨ªos"
- Otro testigo explic¨® que cuando Sergio "vio la cara de Jamal Ahmidan, El Chino, en la televisi¨®n" le cont¨® que esa era la persona a la que hab¨ªa entregado la bolsa que llev¨® desde Asturias
LA TRAMA ASTURIANA
El testigo protegido Lavandera y los negocios de Toro
La trama asturiana de tr¨¢fico de explosivos por parte del ex minero Jos¨¦ emilio Su¨¢rez Trashorras y su cu?ado Antonio Toro fue descrita ayer por el testigo Lavandera, quien dijo que "pod¨ªan mover hasta 1.000 kilos a la semana".
De qu¨¦ se avis¨® a la Guardia Civil
El confidente afirma que avis¨® a la Guardia Civil de que Toro ten¨ªa negocios con ETA. Un agente reconoci¨® la confidencia, pero no que mencionara a ETA.
Trashorras supo enseguida qui¨¦n estaba tras el 11-M
El polic¨ªa Manol¨®n neg¨® las supuestas confidencias de Trashorras antes de los atentados. Pero el 12 o el 13 de marzo, le dijo que hab¨ªa sido "cosa de moros".
LA VISTA AL D?A
La relaci¨®n de confidente de Trashorras con la polic¨ªa de Avil¨¦s
La vista se reanudar¨¢ hoy con la continuaci¨®n de la declaraci¨®n como testigo del ex jefe del Grupo de Estupefacientes de la Comisar¨ªa de Avil¨¦s, Manuel Rodr¨ªguez, Manol¨®n, quien era el contacto de Trashorras en la polic¨ªa.
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