Fil¨ªpica al arzobispo (desde la santa indignaci¨®n)
Ai de vosaltres escribes i fariseus, hip¨°crites! perqu¨¨ pagueu el delme de la menta, de la matafaluga i del fonoll, i us salteu all¨° que fa realment el pes de la Llei: la justicia, la miseric¨°rdia i la bona fe (Mateu, 23, 23). Cuando el arzobispo de Valencia -buen conocedor, sin duda, de los evangelios- se despacha en su carta pastoral con un llamada sobre el peligro de "dilapidar los bienes alcanzados y reabrir viejas heridas con una utilizaci¨®n de la memoria hist¨®rica guiada por una mentalidad selectiva" (LMV 23-3-2007), simplemente le traiciona -en el mejor de los casos- el subconsciente. Mucho sacar pecho proclamando a los cuatro vientos que la Iglesia en Espa?a ha superado cualquier a?oranza del pasado (??ja!!), mucha palabrer¨ªa sobre la reconciliaci¨®n cristiana, mucha llamada (sospechosa) "a juzgarnos m¨¢s a nosotros mismos para no repetir los errores, que a condenar a quienes ya no se pueden defender ni explicar", pero no desaprovecha la ocasi¨®n para referirse a los m¨¢rtires de la persecuci¨®n religiosa de 1936 y de c¨®mo la Iglesia -con las causas de beatificaci¨®n- "ha hecho memoria verdadera, justa y agradecida de inmensos perdonadores". Procesos de beatificaci¨®n -paralizados durante d¨¦cadas para "evitar que se desnaturalizara su verdadero sentido". Ahora, en cambio, se ha "rescatado el impresionante testimonio" de quienes fueron "arbitrariamente ejecutados, muchos de ellos de forma atroz" y que "no formaron parte de ning¨²n bando en la Guerra Civil. Fueron ejecutados por odio a la fe cristiana". Raz¨®n suficiente, por lo visto, para la dedicatoria a los m¨¢rtires de la nueva iglesia que se construir¨¢ pr¨®ximamente en una de las naves de Cross, cedida graciosamente por el Ayuntamiento para tan relevante servicio p¨²blico.
"Rel¨¢jese, deje de perseguir herejes y no hiera est¨²pida y cruelmente la sensibilidad de gente de bien"
Se?or Garc¨ªa Gasco: nos tiene Vd. acostumbrados a su profundo sentido de la justicia y a su impagable contribuci¨®n al Estado de Derecho y a la consolidaci¨®n de la Espa?a democr¨¢tica. Debe haber sido fruto de un lamentable malentendido el que Francisco Tom¨¢s -rector de la Universitat de Val¨¨ncia- haya tenido que salir al quite (EL PA?S 23-3-2007) para recordarle que "nosotros ense?amos a sanar" por si sus inocentes palabras de que la nueva Facultad de Medicina -graciosamente concedida por el poder a la Universidad Cat¨®lica- formar¨¢ m¨¦dicos que nunca "piensen en matar" pudiera o pudiese malinterpretarse. Y, por supuesto, estamos seguros de que Vd. no comparte la apocal¨ªptica nota de los obispos que acusan al gobierno de alentar la promiscuidad y de despreciar la vida (EL PA?S 23-3-2007, pg.53). El se?or Garc¨ªa Gasco no se inmiscuye de forma activa en pol¨ªtica y es todo misericordia, caridad y bondad cristiana.
Se?or Garc¨ªa Gasco: ni se le ocurra. Ni se le ocurra perseverar en su error de la dichosa l¨¢pida. M¨¢s le valdr¨ªa pedir en p¨²blico perd¨®n todos los d¨ªas que le quedan de vida por los cr¨ªmenes que en nombre de la Iglesia Cat¨®lica se han cometido, por acci¨®n y por omisi¨®n, en la historia. Que la iglesia estuvo desde el principio a la cabeza de la reacci¨®n que desemboc¨® en el fallido golpe de estado de 1936 y la guerra que le sucedi¨® es algo que saben hasta los ni?os. Que la sinton¨ªa -palio incluido- con Franco y sus cr¨ªmenes fue total es tan obvio que duele tener que recordarlo. Claro que hubo v¨ªctimas inocentes de los que Vds (desde la Cope y otras tribunas) insisten en llamar "rojos". La ira desgraciadamente desbordada no era fruto del odio a la fe cristiana sino del triste papel de la Iglesia en su hist¨®rica alianza con la reacci¨®n y los poderosos. Los miles (muchos miles) de fusilados en la represi¨®n franquista no son fruto de una "mentalidad selectiva". Ninguna v¨ªctima vale m¨¢s que otra aunque la represi¨®n franquista gan¨® por goleada.
D¨¦jese, se?or Garc¨ªa Gasco, de zarandajas y evite herir una vez m¨¢s la sensibilidad de miles y miles de v¨ªctimas injustamente ajusticiadas por el r¨¦gimen por el s¨®lo pecado de oponerse al fascismo. De miles y miles de familiares de gente honrada que padeci¨® el ¨¦xodo, la c¨¢rcel, las depuraciones. De miles y miles que juraron forzada lealtad al r¨¦gimen y luego sellaron sus bocas hasta la muerte. ?Tienen derecho al recuerdo como "sus" m¨¢rtires o es que a los ojos de Dios s¨®lo son buenos los que pertenecen a su pac¨ªfico reba?o?
?C¨®mo se puede ser tan ciego y sectario? ?C¨®mo se puede predicar la justicia, el perd¨®n y otros valores evang¨¦licos y actuar como Vd. lo hace? ?Hasta cu¨¢ndo tendremos que soportar su ponzo?a? Los que son y act¨²an como Vd. no generan en m¨ª odio sino una profunda tristeza.
Por Tabaldak, Yahv¨¦, All¨¢h, Coatlicue, Belenus, Osiris, Ra, Horus, Od¨ªn, Zeus, Brahm¨¢, Vishnun, Shiva, Hunah Ku, J¨²piter, Anu, Ea y toda la cohorte de Dioses, rel¨¢jese, deje de perseguir herejes, de repartir salvaciones y salvoconductos a la otra vida y no hiera est¨²pida y cruelmente la sensibilidad de gente de bien. Y acu¨¦rdese de que ya hace muchos, muchos siglos, Dios se dio de baja de todas las religiones.
Josep Sorribes es profesor de Econom¨ªa Regional y Urbana de la Universidad de Valencia.
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