Ocho horas de disturbios bajo tierra
Las versiones sobre lo sucedido difieren. Seg¨²n la polic¨ªa, en torno a las 16.30 del martes, agentes de la empresa p¨²blica de transportes urbanos RATP pidieron el billete a un pasajero que transitaba por los pasillos que comunican el metro con las l¨ªneas de tren. Esta persona no lo llevaba e intent¨® escapar. Los agentes de la RATP solicitaron ayuda a la polic¨ªa, que acudi¨® para detener al infractor. Seg¨²n el Ministerio del Interior, el hombre, un inmigrante ilegal congole?o que estaba en tr¨¢mite de expulsi¨®n y que hab¨ªa sido fichado por 22 actos violentos y detenido 13 veces, agredi¨® en el rostro a uno de los agentes. Y cuando proced¨ªan a inmovilizarlo, un grupo de j¨®venes les atac¨®.
Siempre seg¨²n fuentes policiales, unos 200 j¨®venes comenzaron a lanzar objetos contra los agentes y a destrozar todo lo que encontraban en esta zona de la estaci¨®n donde hay varios locales comerciales. La batalla dur¨® ocho horas. Una eternidad para los pasajeros y usuarios de la Gare du Nord, uno de los centros neur¨¢lgicos de Par¨ªs, que a esas horas de la tarde est¨¢ a rebosar. "Un hombre de 33 a?os quiere entrar en el metro sin pagar su billete. Le controlan, se rebela y golpea a los agentes. ?Es una raz¨®n para desencadenar un mot¨ªn?", pregunta Nicolas Sarkozy.
La escena de la detenci¨®n tuvo lugar frente a numeroso p¨²blico, una parte del cual, aparentemente indignado por la paliza que estaba recibiendo, opt¨® por enfrentarse a las fuerzas de seguridad. El incidente degener¨® r¨¢pidamente. Armados con barras de metal y objetos arrojadizos, se enfrentaron a los controladores de la RATP y a los polic¨ªas antidisturbios, que fueron llegando en gran n¨²mero y que protagonizaban cargas por los pasillos, incluido el lanzamiento de gases lacrim¨®genos.
La versi¨®n de algunos de los j¨®venes, que pod¨ªa leerse ayer en varios blogs, difiere de la policial e incide en que la demostraci¨®n de fuerza de las CRS (antidisturbios) es lo que provoc¨® el caos. "Corr¨ªa el rumor de que a un chaval le hab¨ªan roto el brazo en un control y que varios viajeros se interpusieron", explicaba Gabriel. "Fuimos a mirar lo que pasaba y ya no hab¨ªa nada, pero el ruido que hicieron las CRS cuando llegaron inquiet¨® a la gente, que se puso a correr en todas direcciones. La polic¨ªa empez¨® a hacer movimientos incomprensibles, y un grupo de gente se puso a cantar: 'Polic¨ªa en todas partes, justicia en ninguna". Entrada la madrugada se restablec¨ªa la calma.
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