Interior endurece la normativa para controlar el exceso de ruido en los locales de ocio
La Administraci¨®n deber¨¢ inspeccionar bares y discotecas ante cualquier protesta vecinal
La futura Ley de Espect¨¢culos combatir¨¢ con mayor dureza las molestias por exceso de ruido que generan algunos locales de ocio nocturno. La Administraci¨®n estar¨¢ obligada a realizar audiometr¨ªas cuando haya denuncias de los vecinos, que tendr¨¢n derecho adem¨¢s a ser consultados a la hora de conceder nuevas licencias a bares y discotecas. El anteproyecto de ley, que ayer present¨® el consejero de Interior, Joan Saura, duplica la cuant¨ªa de las multas. Las faltas muy graves podr¨¢n ser sancionadas con 300.000 euros en el caso de locales que acumulen varias infracciones.
La ley vigente sobre polic¨ªa del espect¨¢culo se aprob¨® hace 17 a?os. Desde entonces, afirm¨® Saura, "el ocio se ha diversificado". De ah¨ª la necesidad de elaborar una nueva normativa, cuyo objetivo es "buscar el equilibrio entre los que quieren divertirse y los que pretenden descansar", afirm¨® el consejero. Saura se refiri¨® a un problema de convivencia frecuente en las ciudades catalanas: las molestias que sufren los vecinos por el exceso de ruido de bares, discotecas y otros establecimientos p¨²blicos.
Como f¨®rmula para lograr ese dif¨ªcil equilibrio, el anteproyecto prev¨¦ otorgar m¨¢s margen de maniobra a los vecinos a trav¨¦s de un ¨®rgano de nueva creaci¨®n: el consejo asesor de espect¨¢culos p¨²blicos y actividades recreativas, que tendr¨¢ car¨¢cter consultivo.
M¨¢s all¨¢ de la participaci¨®n, la principal novedad que introduce la Ley del Espect¨¢culo es que cualquier protesta que un vecino formalice contra un establecimiento por "molestias relevantes" obligar¨¢ a responder a la Administraci¨®n. ?sta -ya sea local o auton¨®mica- deber¨¢ "practicar pruebas con los medios t¨¦cnicos adecuados" para comprobar si el local en cuesti¨®n excede los decibelios previstos por la normativa.
Sanciones m¨¢s altas
En caso de incumplimiento, los propietarios de locales deber¨¢n rascarse el bolsillo. Si la ley de 1990 preve¨ªa sanciones por un valor m¨¢ximo de 6.000 euros para faltas graves -exceso de aforo, mal acondicionamiento o molestias por ruido-, el proyecto actual eleva esa cantidad hasta 15.000 euros.
Lo mismo ocurre con las infracciones muy graves, que pasan de 60.000 a 150.000 euros. En estos casos, adem¨¢s, la Administraci¨®n podr¨¢ cerrar el local, inhabilitar a su titular e incluso "destruir los bienes relacionados con la actividad". ?sta es una medida que la patronal Fecalon tild¨® ayer de "desproporcionada" en un comunicado. Las cantidades se duplican para los establecimientos reincidentes. De hecho, y por primera vez, se prev¨¦ la creaci¨®n de un registro de sanciones, un documento de acceso p¨²blico en el que figurar¨¢n los nombres de los establecimientos que acumulen varias infracciones.
La futura ley pone especial ¨¦nfasis en la protecci¨®n de menores y proh¨ªbe, entre otras cosas, exhibir s¨ªmbolos y objetos que inciten a la violencia, al sexismo y a la xenofobia. Adem¨¢s, reconoce una serie de derechos a todos los actores implicados en espect¨¢culos y actividades recreativas: usuarios, vecinos, artistas y organizadores.
La Generalitat pretende que los ayuntamientos aumenten sus competencias y se hagan cargo, si lo desean, del control, inspecci¨®n y sanci¨®n de los establecimientos. Hasta ahora, la mayor¨ªa de municipios controlan s¨®lo el apartado sancionador.
Querella por tolerar las molestias
El ruido generado durante siete meses por el pub Donegal, en la calle de Nou de la Rambla de Barcelona, provoc¨® trastornos f¨ªsicos y ps¨ªquicos a una familia de cuatro personas que viv¨ªa justo encima del local. En ese tiempo, el Consistorio fue incapaz de que el bar musical pusiera fin a la contaminaci¨®n ac¨²stica. El verano del a?o pasado, la fiscal¨ªa de Barcelona decidi¨® querellarse contra dos responsables del distrito de Ciutat Vella por haber tolerado la situaci¨®n. La familia afectada denunci¨® los hechos nada m¨¢s producirse las molestias, pero la primera inspecci¨®n se realiz¨® dos meses despu¨¦s. La Ley del Espect¨¢culo prev¨¦ agilizar este tipo de actuaciones.
La Paloma: colisi¨®n de derechos
El caso de La Paloma pone a prueba el equilibrio y la buena convivencia que, a juicio de Saura, debe haber entre el derecho a disfrutar de la noche y el derecho de los vecinos a dormir sin ser molestados. La hist¨®rica sala de fiestas, en el barrio del Raval de Barcelona, est¨¢ cerrada desde finales de 2006 por no respetar la normativa sobre el ruido. La sala pidi¨® al Consistorio ayuda econ¨®mica para insonorizar el recinto, condici¨®n imprescindible para que pueda reabrir en el futuro. Los vecinos se oponen porque les molesta el ruido que los usuarios hacen en la calle. Tanto es as¨ª que, a principios de a?o, impidieron a unos t¨¦cnicos contratados por la sala realizar mediciones ac¨²sticas.
Pol¨¦mica por una fiesta en Poliny¨¤
Poco menos de 2.000 j¨®venes se concentraron el 31 de diciembre en un descampado de Poliny¨¤ para dar la bienvenida al a?o con una rave. La fiesta acab¨® en tragedia cuando un joven muri¨® atropellado en los alrededores. Las alcaldesas de Poliny¨¤ y Palau de Plegamans denunciaron las molestias por exceso de ruido y problemas de tr¨¢fico y acusaron de "pasividad" a los Mossos d'Esquadra por no impedir la celebraci¨®n de la rave. Joan Saura replic¨® entonces que la polic¨ªa auton¨®mica no pudo intervenir cautelarmente porque la ley no lo permit¨ªa. El propio consejero explic¨® ayer que la nueva normativa evitar¨¢ que se produzca una situaci¨®n similar a la vivida en Poliny¨¤.
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