Tres mil surafricanos se medican contra el sida con ayuda de los mensajes SMS
S¨®lo cinco m¨¦dicos y cinco enfermeras atienden a los pacientes - El proyecto Sizophila de la fundaci¨®n Desmond Tutu se lleva a cabo en Gugulethu, donde viven 325.000 personas de las que un 27% son VIH positivo
M¨¢s de tres mil personas toman antirretrovirales (ARV) en el asentamiento de Gugulethu, en las afueras de Ciudad del Cabo (Sur¨¢frica) con ayuda de los SMS. Tres mil personas a sanar por s¨®lo cinco m¨¦dicos y cinco enfermeras asignadas a la cl¨ªnica de la zona. Con esta ratio imposible, ha sido el uso de la telefon¨ªa m¨®vil y, en concreto, de los mensajes cortos de texto los que posibilitan atender a cada uno de los pacientes y garantizar su adhesi¨®n a unos medicamentos que deben ser tomados a rajatabla durante toda la vida.
"Sin los m¨®viles hubiera sido muy dif¨ªcil o imposible", explica Lulu Mtwisha, coordinadora del proyecto Sizophila (sobreviviremos, en la lengua local, xhosa) de la fundaci¨®n Desmond Tutu en Gugulethu, donde viven 325.000 personas de las que se calcula que un 27% son VIH positivo.
"Cada una de nuestras consejeras, unas 25 ahora, tiene a su cargo a unos cien pacientes. Si por cada paciente que visitan hubiera que acudir a la cl¨ªnica para rellenar formularios en papel, el sistema se colapsar¨ªa", expone la coordinadora del proyecto.
Las trabajadoras visitan a los enfermos en su casa tan pronto se inicia el tratamiento con antirretrovirales y "disponen de un tel¨¦fono m¨®vil con un programa en el que se recogen los datos sociol¨®gicos, psicol¨®gicos y sintom¨¢ticos del paciente", explica Jalal Ghiassi-Razavi, responsable de mercadotecnia de Cell-Life, la organizaci¨®n que ha dise?ado el programa y cuyo objetivo es facilitar el uso de las nuevas tecnolog¨ªas para la lucha contra el sida, una cuesti¨®n vital en Sur¨¢frica, con m¨¢s de cinco millones de personas infectadas -de un total de 46 millones de habitantes) y con un sistema de salud saturado, falto de personal.
Los datos recogidos incluyen el tipo de vivienda, si tiene electricidad o agua corriente, situaci¨®n laboral, familiar, etc¨¦tera, y son enviados a una base de datos en la cl¨ªnica. "Estos datos sirven para ver cu¨¢les son las posibilidades de que el paciente mantenga la medicaci¨®n. Por ejemplo, alguien que quiera ocultar a su entorno que es VIH positivo, es muy dif¨ªcil de tratar y tambi¨¦n es importante saber si hay comida suficiente cada d¨ªa en la mesa, indispensable para que la medicaci¨®n haga su efecto", dice Mtwisha.
A la cl¨ªnica, en caso extremo
El paciente no va a la cl¨ªnica a menos que la situaci¨®n sea extrema y requiera atenci¨®n m¨¦dica. Las consejeras de Sizophila son VIH positivas ellas mismas y conocen los efectos secundarios de las pastillas: "n¨¢useas, v¨®mitos, diarreas, dolor en los pies, todos ellos son tratables y los consejeros saben qu¨¦ hacer. Es un momento cr¨ªtico porque, sin asistencia, el paciente est¨¢ tentado a abandonar el tratamiento y puede morir", asevera Mtwisha.
Cuando se produce una emergencia, el enfermo llama al consejero quien, a su vez, contacta con la cl¨ªnica por SMS. El m¨¦dico o la enfermera, tras consultar el historial del paciente en la base de datos, resuelven qu¨¦ hacer. Su decisi¨®n, bien asesorar al consejero o bien concertar un examen en la cl¨ªnica, se comunica tambi¨¦n v¨ªa m¨®vil. Las visitas en el domicilio son frecuentes en el inicio del tratamiento, se espacian con el paso del tiempo y se abandonan cuando la carga viral del paciente alcanza niveles normales y la toma de medicamentos es regular.
"Pero no es todo miel sobre hojuelas y los retos siguen estando ah¨ª; todav¨ªa hay mucho que perfeccionar", asegura Jalal. Problemas como la barrera ling¨¹¨ªstica (Sur¨¢frica tiene 11 lenguas oficiales); la oposici¨®n de algunos enfermos a ser visitados en casa para evitar ser estigmatizados; la criminalidad en la zona, que convierte a los portadores de un tel¨¦fono m¨®vil en objetivo de ladrones armados; la fragilidad de los aparatos, que se rompen y no hay fondos suficientes para ser reemplazados, son algunas de las dificultades.
"Estamos en la cuarta versi¨®n del software y seguimos siendo prudentes, adaptando y mejorando, a veces el problema no es la tecnolog¨ªa, sino quien la usa, si nos falla alguien introduciendo datos, el sistema cojea", puntualiza el responsable de Cell-Life, que lleva operando el proyecto desde 2002, cuando se gest¨® la idea en el departamento de ingenier¨ªa civil de la Universidad de Ciudad del Cabo (UCT) y recibi¨® el apoyo de la compa?¨ªa Vodacom. La organizaci¨®n tambi¨¦n ha dise?ado un m¨¦todo para facilitar el manejo masivo de los medicamentos y que ayuda a las farmacias no s¨®lo a disponer siempre de las existencias necesarias, sino tambi¨¦n a valorar la regularidad con la que el paciente toma su medicaci¨®n contra el sida.
SIZOPHILA: www.tutu-hivfoundation.org.za/sizophila.htm
Expansi¨®n por ?frica
El 90% del terreno surafricano est¨¢ cubierto por una u otra red de telefon¨ªa m¨®vil y m¨¢s de la mitad de la poblaci¨®n dispone ya de un aparato port¨¢til. Estas cifras se har¨¢n extensivas al resto del continente en pocos a?os, seg¨²n el c¨¢lculo de las compa?¨ªas operadoras de telefon¨ªa m¨®vil.
En la actualidad el 60% del territorio est¨¢ cubierto. Es por ello que la iniciativa del uso de los mensajes cortos de texto (SMS) para controlar la adhesi¨®n de los enfermos a los antirretrovirales (ARV) ha tenido su r¨¦plica en Ruanda, esta vez bajo los auspicios de Motorola, la surafricana MTN, Voxiva y el plan de emergencia de Estados Unidos para la lucha contra el sida.
El sistema, muy parecido al surafricano, ha tenido ¨¦xito en Ruanda y, bautizado como Phones for Health ('tel¨¦fonos para la salud'), se pretende hacer extensivo a Nigeria y a otros ocho pa¨ªses africanos, con una inversi¨®n de m¨¢s de 10 millones de d¨®lares.
Pese a tener una mayor experiencia y operar de forma muy similar, Cell-Life, que opera en software libre, no ha sido contactada por los propulsores de Phones for Health, "desafortunadamente, el campo de trabajo es enorme; cualquier iniciativa y la aportaci¨®n de m¨¢s fondos para la lucha contra la pandemia del sida son bienvenidos", aduce Peter Benjam¨ªn, gerente de Cell-Life, quien asegura que "la aplicaci¨®n de la tecnolog¨ªa para fortalecer los sistemas de salud tiene un potencial enorme y todav¨ªa no hacemos pleno uso del mismo".
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