Tres a?os conspirando contra la verdad
El PP se ha puesto al frente de una m¨¢quina de inventar sospechas sobre los autores del atentado
El 12 de marzo de 2004, un d¨ªa despu¨¦s del atentado que sembr¨® de dolor y muerte el corredor ferroviario que une Alcal¨¢ de Henares con Madrid, el entonces candidato del PP a la presidencia del Gobierno, Mariano Rajoy Brey, declar¨®: "Tengo la convicci¨®n moral de que ha sido ETA". En las tres semanas que siguieron a esa confesi¨®n, el Cuerpo Nacional de Polic¨ªa y la Guardia Civil, todav¨ªa a las ¨®rdenes del Ejecutivo en funciones del PP, detuvieron a dos decenas de supuestos implicados en el asesinato de 191 personas. Ni uno solo pertenec¨ªa a la banda terrorista ETA.
La investigaci¨®n encargada por el PP para hallar v¨ªnculos entre islamistas y ETA no dio las conclusiones esperadas
Los te¨®ricos de la conspiraci¨®n han descalificado el trabajo de cientos de polic¨ªas y la instrucci¨®n del juez
El diputado Del Burgo se apresur¨® a creer al procesado Trashorras y acus¨® de mentir al polic¨ªa Manol¨®n
El delincuente Zouhier aliment¨® el bulo y luego se desdijo en el juicio: "Yo no he o¨ªdo nada de ETA"
El 4 de abril de 2004, el PP consider¨® aclarado aquel asesinato terrorista masivo: "El n¨²cleo central del 11-M esta detenido o ha muerto en el suicidio colectivo de Legan¨¦s", se?al¨® ?ngel Acebes, ministro del Interior en funciones. S¨®lo unas horas antes de su declaraci¨®n, siete islamistas hab¨ªan saltado por los aires con la ayuda de muchos kilos de dinamita que ataron a sus cuerpos cuando se vieron acorralados por la polic¨ªa.
En los tres a?os que han seguido a la declaraci¨®n de Acebes dando por aclarado el caso, el juez Juan del Olmo ha acumulado cientos de pruebas para terminar sentando en el banquillo a 29 supuestos implicados en el 11-M, muchos de ellos amigos de los islamistas muertos en el suicidio de Legan¨¦s. Ni uno solo de los 29 acusados pertenece a la banda terrorista ETA.
En los tres a?os que han seguido a la declaraci¨®n de Acebes despejando cualquier sombra de duda sobre qui¨¦nes eran los culpables de 191 asesinatos, numerosos dirigentes pol¨ªticos del PP y un pu?ado de periodistas han alimentado la duda respecto a los autores de la matanza y han llegado a negar que los islamistas detenidos y los suicidas de Legan¨¦s tengan relaci¨®n con las bombas de los trenes. Para ello han descalificado el trabajo de cientos de polic¨ªas, la declaraci¨®n de decenas de testigos y la instrucci¨®n del juez Juan del Olmo y de la fiscal Olga S¨¢nchez, a los que han acusado de torpeza negligente.
Estos impulsores de la conspiraci¨®n han fabricado un enredo, gigantesco y multidireccional, a base de supuestas investigaciones period¨ªsticas basadas muchas veces en informes inexistentes o amputados, testimonios de delincuentes implicados en el crimen a los que se ha dado toda credibilidad, o informaciones de polic¨ªas -varios de ellos con cuentas particulares pendientes con la c¨²pula policial-.
Algunos de los que figuran en el sumario judicial como principales colaboradores de los terroristas del 11-M han sido entrevistados en los medios de comunicaci¨®n afines al PP. Uno de ellos ha sido incluso interrogado por un diputado popular especialmente activo en la investigaci¨®n del bulo: Jaime Ignacio del Burgo entrevist¨® al delincuente encarcelado Raf¨¢ Zouhier (que puso en contacto a los terroristas con las personas que les facilitaron los explosivos, seg¨²n el juez) y se precipit¨® a difundir el fruto de su trabajo period¨ªstico en el medio de comunicaci¨®n que m¨¢s espacio ha dedicado al invento de la conspiraci¨®n durante estos tres a?os: el diario El Mundo.
En este tiempo se ha fabricado un bulo planetario. El Partido Popular y quienes han apoyado su estrategia de la sospecha permanente han logrado que el juicio del 11-M dedique medios, horas y esfuerzos notables para demostrar la inconsistencia de una marea negra de informaciones basadas, la mayor parte de las veces, en hechos falsos o mal interpretados. Lo que sigue es un relato de lo acontecido en estos tres a?os.
EL PRIMER INFORME A la b¨²squeda de contactos entre presos terroristas
El bulo empez¨® su carrera s¨®lo 48 horas despu¨¦s de los terribles atentados, a cuenta de un informe que el Gobierno del PP encarg¨® de urgencia para buscar v¨ªnculos que pudieran situar a ETA en el centro de la planificaci¨®n del 11-M. Ignacio Astarloa, ex letrado de las Cortes, era secretario de Estado de Seguridad cuando estallaron las bombas. El 12 de marzo supo que un peri¨®dico italiano informaba de la supuesta conexi¨®n entre ETA y el terrorismo islamista.
En ocho a?os de Gobierno del PP y en los 28 a?os anteriores de actividad de ETA, la experiencia acumulada en la intensa investigaci¨®n de las tramas terroristas no hab¨ªa deparado ni un solo v¨ªnculo entre ambos grupos de asesinos. Pese a esa evidencia, Astarloa intent¨® explorar nuevas v¨ªas en un momento de aprieto. En la tarde noche del 12 de marzo encarg¨® un informe sobre las relaciones entre presos etarras e islamistas.
A la ma?ana siguiente, el edificio que alberga la Direcci¨®n General de Instituciones Penitenciarias, en la calle de Alcal¨¢, amaneci¨® con el vac¨ªo propio de los s¨¢bados. Los guardias civiles encargados de vigilar el inmueble y la persona responsable de la centralita telef¨®nica no esperaban a nadie, pero tuvieron compa?¨ªa. Al menos cinco funcionarios, adscritos al departamento de Coordinaci¨®n de Seguridad y a la Subdirecci¨®n encargada de presos terroristas, se pusieron a revisar fotocopias de libros de registro de todas las c¨¢rceles espa?olas en busca de alg¨²n contacto entre cientos de etarras que hab¨ªan pasado por las prisiones y dos docenas de islamistas encerrados por terrorismo.
Trabajaron en la cuarta planta del edificio de Alcal¨¢, donde no hay manera de distraerse: las ¨²nicas ventanas existentes dan a un patio interior. Los agentes y funcionarios encargados de rastrear una pista sobre la relaci¨®n entre islamistas y etarras se concentraron en la tarea encomendada pero apenas pudieron pescar en un r¨ªo que estaba seco.
El domingo 14 de marzo, d¨ªa de las elecciones, Astarloa ten¨ªa en su mesa un informe con apenas seis fichas de otros tantos contactos donde figuraban cartas y conversaciones que se registraron en 1998, 2001 y 2004 entre etarras (I?aki de Juana Chaos, Jos¨¦ Luis Urrusolo Sistiaga...) e islamistas (Ismael Targ¨² y otros) cuyo poder de influencia en ETA o en el comando que perpetr¨® el 11-M era, seg¨²n el sumario judicial, nulo.
Las comunicaciones intervenidas a estos presos recog¨ªan alg¨²n comentario de exaltaci¨®n de la violencia terrorista pero ning¨²n plan de colaboraci¨®n conjunto ni mucho menos detalles relacionados siquiera remotamente con el atentado de los trenes.
El Gobierno del PP prefiri¨® no hacer p¨²blica la investigaci¨®n de emergencia. Al menos en aquel momento, cuando la "prioritaria" l¨ªnea de investigaci¨®n sobre ETA que el ministro Acebes hab¨ªa defendido a capa y espada en cuatro conferencias de prensa se desvanec¨ªa como consecuencia de las primeras detenciones de islamistas.
Astarloa facilit¨® ese d¨ªa una copia del informe penitenciario confidencial al director general de la Polic¨ªa, Agust¨ªn D¨ªaz de Mera (fiel colaborador de ?ngel Acebes). Tres a?os m¨¢s tarde, en el juicio del 11-M, D¨ªaz de Mera confesar¨ªa que el domingo 14 de marzo conoci¨® aquellas fichas de comunicaciones carcelarias entre etarras e islamistas, el primer documento al que se aferraron los dirigentes del PP para dar p¨¢bulo a la supuesta participaci¨®n de ETA en la matanza de los trenes.
El PP no habl¨® de ese escrito, que conoc¨ªa desde mediados de marzo, hasta que sali¨® parcialmente publicado, a primeros de julio de 2004, en el diario El Mundo. Fue entonces cuando Mariano Rajoy, Eduardo Zaplana y Jaime Mayor Oreja pidieron que se investigara a conciencia el v¨ªnculo entre islamistas y etarras. "El terrorismo internacional tiene sus conexiones, sus contactos, se entienden, se conocen, saben lo que hacen. Pero estas colaboraciones entre grupos no estoy en condiciones de saber si han planificado cosas concretamente o si tienen objetivos similares", declar¨® Rajoy.
De la investigaci¨®n concienzuda que ped¨ªa el PP sali¨® una conclusi¨®n que qued¨® escrita y firmada por polic¨ªas expertos en la lucha contra el terrorismo: "No se han encontrado elementos objetivos que permitan vincular a las dos organizaciones terroristas". El PP no quiso creer.
LA COMISI?N Un jefe policial del PP, contra las teor¨ªas de Gordon Thomas
Para entonces, los pol¨ªticos ya andaban enzarzados en una comisi¨®n de investigaci¨®n que intentaba aclarar si el PP enga?¨® a los ciudadanos entre el 11 y el 13 de marzo respecto a la participaci¨®n de ETA en los atentados; si hubo falta de previsi¨®n por parte del Ministerio del Interior para evitar la matanza, y si el PSOE alent¨® las manifestaciones frente a las sedes del PP la v¨ªspera de las elecciones.
En el fragor de la reyerta parlamentaria, algunos diputados populares se emplearon a fondo para buscar respuestas de expertos policiales que avalaran la tesis de la relaci¨®n entre islamistas y etarras. El m¨¢s tenaz fue Jaime Ignacio del Burgo, que sac¨® a pasear teor¨ªas del escritor brit¨¢nico Gordon Thomas sobre una supuesta investigaci¨®n de los servicios brit¨¢nicos acerca de la colaboraci¨®n de islamistas y ETA en el 11-M.
Mariano Ray¨®n, uno de los mayores expertos en terrorismo internacional, jefe policial durante el mandato del PP, ech¨® por tierra la especulaci¨®n de Del Burgo basada en la especulaci¨®n de Thomas. Lo hizo en p¨²blico y con taqu¨ªgrafos.
ZOUHIER Y DEL BURGO Dos versiones sobre un n¨²mero de tel¨¦fono
En ese momento, uno de los implicados en los atentados, delincuente habitual que, seg¨²n el juez, hab¨ªa puesto en contacto a los terroristas del 11-M con un ex minero asturiano que les facilit¨® la dinamita, se sum¨® al carro de los que quer¨ªan meter a ETA en la matanza de los trenes. Era el narcotraficante Raf¨¢ Zouhier, que durante los primeros meses en la c¨¢rcel se afan¨® en la escritura de ep¨ªstolas. Una de ellas lleg¨® al rey Juan Carlos, que la remiti¨® al Ministerio del Interior. Otra fue para el juez Juan del Olmo. En sus cartas, Zouhier detallaba diversas versiones sobre los hechos, denunciaba torturas en la c¨¢rcel y aseguraba que ¨¦l avis¨® de que se iban a cometer atentados (aunque no lo hizo en el a?o anterior al 11-M).
En una de las misivas aire¨® que Antonio Toro, cu?ado del ex minero Emilio Su¨¢rez Trashorras que facilit¨® los explosivos, hab¨ªa hecho algo sospechoso en la c¨¢rcel de Villabona: "Toro se hizo muy amigo de dos etarras vascos que estaban en prisi¨®n. ?stos le dieron un tel¨¦fono que Toro se encarg¨® de pasar a su cu?ado por comunicaciones por cristal en un papel".
Ese cap¨ªtulo del bulo fue publicado a cuatro columnas por el peri¨®dico especialista en ese tipo de cuentos, que lo present¨® como "el primer v¨ªnculo de ETA con los que facilitaron los explosivos del 11-M". El PP aprovech¨® la oportunidad para alimentar su sospecha sobre ETA. Pero aquella confidencia por carta de Zouhier qued¨® desmentida y aclarada en un careo ante el juez Del Olmo por el propio Zouhier:
Raf¨¢ Zouhier. "Cuando coincid¨ª con Toro en la c¨¢rcel de Villabona, un d¨ªa vi c¨®mo ense?aba un papel a Su¨¢rez Trashorras en el locutorio, poni¨¦ndoselo en el cristal del locutorio, pero no s¨¦ si el tel¨¦fono era de gente de ETA".
Antonio Toro. "Ese tel¨¦fono era de Paloma, mujer de Sabino, el que vend¨ªa drogas en la c¨¢rcel".
Hace s¨®lo un mes, Zouhier confirm¨® en el juicio esta versi¨®n del sumario: "Yo aclar¨¦ muy bien que no he o¨ªdo nada ni de ETA ni de tal, yo no vincul¨¦ a ETA con el atentado", dijo.
En los d¨ªas en los que Zouhier enviaba cartas a diestro y siniestro, el diputado Del Burgo hizo una entrevista por escrito al preso -para esc¨¢ndalo de jueces y fiscales- y, con las respuestas en la mano, se fue a El Mundo para que las publicara. Despu¨¦s pretendi¨® que se incorporaran al sumario del 11-M. El juez se neg¨®.
TRASHORRAS Y MANOL?N "ETA s¨ª estaba ah¨ª"
Jos¨¦ Emilio Su¨¢rez Trashorras, ex minero en Asturias, est¨¢ procesado por los 191 asesinatos. La sentencia firme que conden¨®, en otro juicio, a un menor que transport¨® explosivos a Madrid por orden de Trashorras confirma el papel crucial del ex minero en los atentados de los trenes.
En septiembre de 2006, Trashorras mereci¨® una entrevista de dos d¨ªas en El Mundo para denunciar, sin aportar una sola prueba, el supuesto "golpe de Estado" perpetrado el 11-M por tramas policiales, y para dar una nueva versi¨®n de los hechos: la s¨¦ptima que difund¨ªa desde que fuera encarcelado, pero esta vez sin la presencia de juez y fiscal. Un a?o antes de esa entrevista, Trashorras hab¨ªa comentado a sus padres: "Si El Mundo me paga, les cuento hasta la guerra civil".
Fue lo que se le ocurri¨® al ver otras entregas period¨ªsticas del mismo diario donde el delincuente com¨²n apodado El Nayo, conocido de Trashorras, le acusaba de traficar con explosivos para ETA. El ex minero atribu¨ªa esas declaraciones del tal Nayo a que el peri¨®dico hab¨ªa pagado dinero e interpretaba que, cobrando, cualquier delincuente pod¨ªa inventar una historia que se acababa publicando.
El PP crey¨® a Trashorras en la entrevista y se apresur¨® a pedir una auditor¨ªa de la investigaci¨®n poniendo en cuesti¨®n el trabajo del juez Del Olmo. El ex minero contaba, entre otras cosas, que uno de los terroristas, El Chino, le hab¨ªa contado que conoc¨ªa a los dos etarras detenidos en Ca?averas cuando transportaban una furgoneta cargada de explosivos. Adem¨¢s, aseguraba que ¨¦l le hab¨ªa adelantado a un polic¨ªa del que era confidente en Avil¨¦s, conocido como Manol¨®n, que los islamistas iban a llevar explosivos de Asturias a Madrid.
Lo que dijo en el peri¨®dico nunca lo declar¨® al juez instructor. Tampoco reconoci¨® esa historia en sus cartas privadas desde la c¨¢rcel cuando confesaba al polic¨ªa Manol¨®n que jam¨¢s pens¨® que aquellos "moritos" fueran terroristas, y ped¨ªa al agente que no se preocupara pues no pudo haber evitado el atentado ya que ignoraba el trapicheo de explosivos en el que andaban los islamistas.
Al diputado del PP Jaime Ignacio del Burgo le import¨® poco que la s¨¦ptima versi¨®n de Trashorras, ¨¦sta fuera del sumario, fuera sospechosamente contradictoria con las anteriores. "Al final resulta que ETA s¨ª estaba ah¨ª. La versi¨®n oficial se ha derrumbado. Es imprescindible que se haga una auditoria de la investigaci¨®n. La entrevista demuestra que Manolon
[el polic¨ªa del que era confidente Trashorras] minti¨® a la comisi¨®n de investigaci¨®n", afirm¨® Del Burgo.
El parlamentario crey¨® al delincuente y acus¨® de mentiroso al polic¨ªa.
Acebes, poco dado a declaraciones sobre la investigaci¨®n, dio tambi¨¦n cr¨¦dito a Trashorras y su denuncia sobre una trama policial corrupta vinculada al 11-M. En la Cope, declar¨®: "Como ministro del Interior, yo nombr¨¦ a dos o tres altos cargos en la polic¨ªa, y a partir de ah¨ª, son m¨¢s de cien mil hombres y mujeres entre los que puede haber algunos que tengan comportamientos irregulares".
VUELVE D?AZ DE MERA El autor de la "primicia"
acaba imputado
El 14 de septiembre de 2006, con el PP encendido por las revelaciones del ex minero Trashorras, su eurodiputado Agust¨ªn D¨ªaz de Mera intent¨® animar el bulo de la conspiraci¨®n con una "primicia", como la llam¨®, que quiso dejar en sus medios de comunicaci¨®n preferidos. En la ma?ana de aquel d¨ªa lleg¨® a la tertulia de la cadena Cope con una misi¨®n que, muchos meses despu¨¦s, le costar¨ªa muy cara.
D¨ªaz de Mera, que era director general de la Polic¨ªa el 11-M, y que tiene hijos dentro de la polic¨ªa, revel¨® que alg¨²n agente de su confianza le hab¨ªa contado que el comisario general de Informaci¨®n, Telesforo Rubio, hab¨ªa ocultado al juez informes sobre v¨ªnculos entre ETA y los islamistas.
Dos a?os y medio despu¨¦s de que Astarloa encargara la primera investigaci¨®n sobre aquella cuesti¨®n y de que D¨ªaz de Mera tuviera las fichas penitenciarias en su mano. Dos a?os y medio despu¨¦s de que los jefes policiales bajo mando del PP descartaran cualquier relaci¨®n entre el 11-M y ETA, el ex director general de la Polic¨ªa y ahora eurodiputado volv¨ªa a la carga.
D¨ªaz de Mera record¨® que aquel informe no se hab¨ªa hecho "a boli" y que alg¨²n rastro quedar¨ªa en los ordenadores. Cuando daba esa primicia a los medios investigadores, el famoso informe ocultado al juez llevaba siete meses guardado en los tomos 190 y 200 del sumario del 11-M. Es un informe que tiene las caracter¨ªsticas precisas que dio D¨ªaz de Mera sobre ¨¦l -encargado por Telesforo Rubio, escrito por un hombre y una mujer-, pero dice exactamente lo contrario de lo que el eurodiputado suger¨ªa: los agentes llegan a la conclusi¨®n de que no hay pruebas que permitan "ni tan siquiera sospechar" una relaci¨®n entre ETA y los implicados en la matanza del 11-M.
Pese a que la primicia se hab¨ªa convertido en bulo s¨®lo unas horas despu¨¦s de salir a la luz, el ex director de la Polic¨ªa volvi¨® con su vieja historia seis meses m¨¢s tarde. Esta vez ante el tribunal que juzga el 11-M. Se escud¨® en el anonimato de sus fuentes para acusar sin pruebas al Gobierno socialista y el juez le sancion¨® e imput¨® un delito de desobediencia del que ser¨¢ juzgado por el Tribunal Supremo.
Es, de momento, el ¨²ltimo cap¨ªtulo de la enrevesada fabricaci¨®n de un bulo en torno al atentado del 11-M para hacer creer que los 29 acusados que se sientan en el banquillo son inocentes; para intentar que ETA, como repiti¨® Acebes durante 48 horas, tenga algo que ver con las 191 muertes; y para atribuir a polic¨ªas y guardias civiles el mayor complot criminal en la historia de Espa?a.
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