Hans Filbinger, el terrible jurista
Primer ministro democristiano de Baden-Wurtemberg, dimiti¨® tras descubrirse que hab¨ªa dictado penas de muerte en tiempo de los nazis
Con la muerte de Filbinger desaparece uno de los personajes m¨¢s siniestros de la reciente historia alemana. Ingres¨® por oportunismo en el partido nazi, para seguir su carrera acad¨¦mica como jurista, por lo que no puede decirse que Filbinger fuese el prototipo del nacionalsocialista convencido.
Fue peor. Filbinger encarna a la perfecci¨®n la imagen del asesino de escritorio, la de aquellos que con su apoyo incondicional sostuvieron y mantuvieron al r¨¦gimen nazi desde los puestos de segundo rango. En 1940 ingres¨® Filbinger como juez en la marina nazi, en la que, por su condici¨®n de jurista, fue destinado a los tribunales encargados de condenar la deserci¨®n y el derrotismo.
El caso m¨¢s escandaloso y el que le trajo la ruina pol¨ªtica fue la condena del marinero de 22 a?os Walter Gr?ger por deserci¨®n en Noruega. El jefe militar de la marina no acept¨® una condena menor a Gr?ger y devolvi¨® el expediente para que lo condenaran a muerte. Filbinger no dud¨® en condenarlo y presidi¨® la ejecuci¨®n el 16 de marzo de 1945, 23 d¨ªas antes de la capitulaci¨®n de Alemania. "El coraz¨®n del ejecutado dej¨® de latir", firmado Hans Filbinger. As¨ª rezaba el acta de la ejecuci¨®n. Todav¨ªa tuvo tiempo para intervenir en otras condenas a muerte y conden¨® a marineros en el campo de prisioneros despu¨¦s del final de la guerra.
Este pasado no impidi¨® a Filbinger llevar adelante en las filas de la democracia cristiana (CDU) del Estado federado de Baden-Wurtemberg una brillante carrera, donde lleg¨® a primer ministro y gan¨® las elecciones en 1972 con un 52,9% de votos. En 1976 mejor¨® este resultado con un enorme 56,7%. La socialdemocracia (SPD) no tuvo el menor problema en formar un Gobierno de gran coalici¨®n con el sanguinario juez hitleriano. Su gesti¨®n era excelente desde una ideolog¨ªa de feroz anticomunismo. Llev¨® en Baden-Wurtemberg la lucha contra los restos de la revuelta estudiantil de 1968 y aplic¨® a tope la caza de brujas para limpiar los servicios p¨²blicos de elementos dudosos de fidelidad a la Constituci¨®n. Sus campa?as electorales llevaban como lema "libertad o socialismo".
La carrera pol¨ªtica de Filbinger se vino abajo en 1978 cuando el dramaturgo Rolf Hochhuth, el autor de El Vicario, sobre la implicaci¨®n del papa P¨ªo XII con el nazismo, sac¨® a relucir el pasado del juez de la marina hitleriana y la condena al marinero Gr?ger. Filbinger dijo primero que no se acordaba. Le acusaron de "patol¨®gica mala memoria" y algunos se preguntaron cu¨¢ntas sentencias de muerte hab¨ªa firmado para olvidarse de cu¨¢ndo levant¨® acta de una ejecuci¨®n que presidi¨®. Lo que le produjo la ruina y le oblig¨® a dimitir de su cargo de primer ministro fue una respuesta sobre su pasado. Dijo Filbinger: "Lo que entonces era legal no puede ahora dejar de serlo". Qued¨® de manifiesto que era un incorregible, incapaz de arrepentirse o de pedir perd¨®n a la madre del marinero que ejecut¨®. Todav¨ªa hace unos meses dos hermanas de Gr?ger se refirieron a Filbinger como el juez que asesin¨® a su hermano.
La democracia cristiana (CDU) nunca se distanci¨® de Filbinger y hasta los a?os ochenta fue presidente de honor. Su ¨²ltimo esc¨¢ndalo ocurri¨® en mayo de 2004 con motivo de la elecci¨®n del presidente federal Horst K?hler. En esa elecci¨®n los partidos eligen como grandes electores a personalidades afines que se distinguen por su prestigio. La CDU eligi¨® a Filbinger elector. A pesar de las protestas y el esc¨¢ndalo, Filbinger se present¨® en Berl¨ªn en el Reichstag para dar su voto a K?hler, que estrech¨® la mano manchada de sangre del anciano ex juez de la marina hitleriana. Desde su retirada de la pol¨ªtica activa, Filbinger cre¨® y dirigi¨® un centro de estudios donde se difund¨ªan ideas de ultraderecha. Entre sus clientes figuraba la dictadura de Alfredo Stroessner en Paraguay. Muri¨® convencido de su verdad y de haber sido v¨ªctima de una conspiraci¨®n en su contra organizada por los servicios secretos comunistas, la Stasi, de la desaparecida Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana.
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