Joe Cole funde al Valencia
El Chelsea demuestra su superioridad sobre el equipo de Quique, machacado por las lesiones
Fin del sue?o. El Valencia lleg¨® hasta donde pudo. No escatim¨® ni un gramo de sudor. Ni de gallard¨ªa. Lleg¨® tocado a la eliminatoria y fue perdiendo hombres a medida que avanzaba. Vicente, en Stamford Bridge. Albiol, ayer. Jug¨® con lo puesto y aguant¨® el tipo hasta el ¨²ltimo minuto, justo cuando marc¨® Essien. El Chelsea, en cambio, fue ganando jugadores.
VALENCIA 1 - CHELSEA 2
Valencia: Ca?izares; Miguel, Ayala, Moretti, Del Horno; Joaqu¨ªn, Albelda, Albiol (Hugo Viana, m. 71), Silva; Villa y Morientes (Angulo, m. 65). No utilizados: Butelle; Curro Torres, Pallard¨®, Insa y Jorge L¨®pez.
Chelsea: Cech; Diarra (Joe Cole, m. 46), Terry, Carvalho, Ashley Cole; Lampard (Makelele, m. 92), Essien, Obi Mikel, Ballack; Shevchenko (Kalou, m. 92) y Drogba. No utilizados: Cudicini; Bridge, Ferreira y Wright Phillips.
Goles: 1-0. M. 33. Pase de Joaqu¨ªn y Morientes cruza al segundo palo ante Cech. 1-1. M. 52. Centro de Essien al ¨¢rea, peina Ballack, remata Drogba entre los centrales y el rechace lo aprovecha Shevchenko. 1-2. M. 90. Essien cruza al primer palo desde la banda derecha.
?rbitro: Vassaras (Grecia). Amonest¨® a Essien, Del Horno, Ballack, Albelda, Ayala y Moretti.
Lleno en Mestalla: 55.000 espectadores.
Recuper¨® a Essien primero y despu¨¦s a Joe Cole, el hombre del partido. Entr¨® en la segunda parte y le inyect¨® al cuadro de Mourinho la clarividencia que le faltaba. Sumada a la tremenda fortaleza f¨ªsica, el conjunto ingl¨¦s era imparable. Cole jug¨® entre l¨ªneas, en un extremo y en el otro, y desesper¨® a la defensa valencianista, especialmente preparada para el f¨²tbol directo de Drogba. El p¨²blico entendi¨® lo que hab¨ªa. El Chelsea fue mejor. Ninguna discusi¨®n al respecto. El f¨²tbol ingl¨¦s arrolla en Europa. Y no es casual, por tanto, que su Liga sea la m¨¢s atractiva.
El Valencia s¨®lo fue superior en el ¨²ltimo cuarto del primer tiempo. Cuando lanz¨® dos ara?azos inesperados que dejaron al Chelsea malherido. Muy sorprendido, tal y como transcurr¨ªa el encuentro. Extraviado en el centro del campo, el cuadro de Quique lo fio todo a su extraordinaria pareja de delanteros. Primero, avis¨® Morientes con un violento disparo al palo. Despu¨¦s, avanz¨® Joaqu¨ªn por su orilla y observ¨® de reojo la subida de Miguel, que le doblaba por el exterior. Lo obvi¨®. El extremo gaditano prefiri¨® el centro enroscado, ese centro meloso al segundo palo que duele en el alma a la defensa m¨¢s avezada. Porque sabe que, si hay un delantero de verdad, Morientes, lo va a rematar. El pase de Joaqu¨ªn es una golosina imposible de rechazar.
De modo que Morientes prosigui¨® su idilio con la Champions, en la que ha marcado 37 goles en tres equipos distintos, seis en esta edici¨®n, en 101 partidos. El golpe estuvo a punto de tumbar al Chelsea, que cedi¨® otra ocasi¨®n de gol al minuto siguiente. Porque Mourinho antes hab¨ªa detectado su gran error de Stamford Bridge: Kalou. Ayer lo dej¨® en el banquillo, aparc¨® el 4-3-3 y reforz¨® el centro del campo con Essien. Y se apoder¨® de la medular. Respecto al choque de ida, el conjunto de Mourinho hab¨ªa ganado un hombre en el medio mientras que el de Quique lo hab¨ªa perdido. Quique sorprendi¨® alineando a Morientes. Y la consecuencia es que se debilit¨® en el medio, pero se fortaleci¨® arriba.
En el juego a¨¦reo, el Chelsea marc¨® una diferencia sideral. Todas las pelotas en el alambre ca¨ªan de su lado. Y, a partir de ah¨ª, armaba la pierna y bombeaba. Respond¨ªa una y otra vez Ayala, achicando constantemente agua. Y, en caso de emergencia, Ca?izares, que vol¨® en un vuelo interminable para atrapar un cabezazo a la escuadra de Drogba.
El Chelsea floje¨® por su lateral derecho, Diarra, y Mourinho lo castig¨® con la ducha. Entr¨® Joe Cole, el m¨¢s latino de los ingleses. Tambi¨¦n el m¨¢s creativo. Lo not¨® el Chelsea de inmediato. Y tard¨® muy poco en empatar: en el en¨¦simo centro al ¨¢rea de Essien, la pelota pas¨® caprichosamente entre una nube de piernas antes de caer en los pies de Schevchenko, que remat¨® a bocajarro. Nada extra?o. El cuadro de Mourinho hab¨ªa marcado a domicilio en el 88% de las ocasiones.
Hubo una bajada de tensi¨®n en el estadio. A fuerza de repetirlo, iban a tener raz¨®n los entrenadores: la eliminatoria se decidir¨ªa en los ¨²ltimos minutos. El Chelsea volvi¨® a recuperar el pulso y al Valencia, sin el bal¨®n, le faltaba el aire. Ca?izares pidi¨® un respiro al recogepelotas. Quique reaccion¨® con el cambio de Morientes, sustituido por Angulo. El objetivo era recobrar presencia. Los jugadores azules se multiplicaban. Los blancos se lesionaban: Albiol abandon¨® tras una falta de Lampard. Dadas las circunstancias, Ca?izares no ten¨ªa ninguna prisa. Desde el fondo, ve¨ªa m¨¢s que nadie la debilidad de su equipo. Su inferioridad f¨ªsica. A la que respondi¨® con una parada fabulosa, tras el cabezazo picado de Ballack. El Chelsea acribill¨® a su oponente con lanzamientos de falta, con un ¨¢rbitro muy entregado a la causa de se?alarle infracciones a favor. Las que eran y las que no. Hasta que, finalmente, volvi¨® Cole a entrar en acci¨®n, Essien lleg¨® y su tiro raso y potente super¨® a Ca?izares en el primer palo.
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