Los grupos terroristas unen sus fuerzas en el norte de ?frica
Los salafistas argelinos, curtidos en la campa?a de terror de los noventa, han entrenado a c¨¦lulas de integristas marroqu¨ªes y tunecinos
El Grupo Salafista de Predicaci¨®n y Combate (GSPC), la ¨²nica agrupaci¨®n terrorista potente en el Magreb, se declar¨® en septiembre vasallo de Al Qaeda y poco despu¨¦s obtuvo el permiso de Osama bin Laden para cambiar de nombre y llamarse Al Qaeda del Magreb Isl¨¢mico. Su objetivo declarado es federar a todos los terroristas de la zona. A los salafistas argelinos les est¨¢ siendo f¨¢cil atraer, gracias a su nueva marca, a todos los radicales. Pero llevar su uni¨®n a la pr¨¢ctica resulta una tarea ardua porque, pese a la escasa colaboraci¨®n policial entre Marruecos y Argelia, la represi¨®n se centra en impedir la coordinaci¨®n de las distintas ramas de Al Qaeda en la regi¨®n.
Los radicales argelinos han situado al frente de su direcci¨®n a un marroqu¨ª de T¨¢nger
Rabat despleg¨® a principios de marzo unos 3.600 hombres m¨¢s, entre militares y miembros de las Fuerzas Auxiliares, en su frontera con Argelia para luchar contra el tr¨¢fico de armas. "Aun as¨ª, doy por seguro que la fusi¨®n de los grupos terroristas se har¨¢ antes que la Uni¨®n del Magreb ?rabe", asegura un diplom¨¢tico europeo acreditado en Rabat.
Algunos datos indican que esa uni¨®n operativa est¨¢ en marcha. La mitad de los terroristas tunecinos que, a principios de a?o, se enfrentaron con el Ej¨¦rcito y la Gendarmer¨ªa en un suburbio de T¨²nez se hab¨ªan entrenado en Argelia. Los salafistas argelinos han remodelado su ¨®rgano directivo para colocar en ¨¦l a un marroqu¨ª de T¨¢nger, seg¨²n anunciaron en febrero en una p¨¢gina web islamista radical.
El grueso del apoyo que los extremistas argelinos han brindado a los marroqu¨ªes ha consistido en ayudarles a incorporarse a la lucha en Irak. Del barrio tetuan¨ª de Jamaa Merzuak salieron en 2006 unos 40 j¨®venes rumbo a Bagdad. La c¨¦lula que los reclutaba y organizaba el viaje fue desmantelada en diciembre. Sus integrantes, una treintena, ser¨¢n juzgados en breve por el Tribunal de Apelaci¨®n de Rabat cuyo fiscal ha detentado indicios de que la red de Tetu¨¢n recib¨ªa "apoyo financiero y log¨ªstico de movimientos adscritos a la internacional terrorista como Al Qaeda y del Grupo Salafista de Predicaci¨®n y Combate".
Los ¨²ltimos embates terroristas en el Magreb demuestran la disparidad de medios entre los integristas marroqu¨ªes y argelinos. El balance de muertos tambi¨¦n lo confirma. Desde principios de a?o han fallecido seis marroqu¨ªes, cinco de ellos radicales, por culpa de la violencia islamista, mientras que el n¨²mero de argelinos se situaba hasta ayer en unos 150, seg¨²n fuentes oficiosas. Esa disparidad de medios se puso de manifiesto esta semana en Casablanca. Cuando los polic¨ªas marroqu¨ªes trataron de detener a uno de los terroristas, ¨¦ste esgrimi¨® su ¨²nica arma, un sable, y a continuaci¨®n intent¨® activar la carga explosiva artesanal que llevaba adosada a su cuerpo. Los agentes dispararon a matar. Fue el primero en caer de los cuatro j¨®venes radicales que murieron ese d¨ªa en la capital econ¨®mica de Marruecos.
Por el contrario, en la emboscada que tendieron el domingo al Ej¨¦rcito argelino en Ain Defla, los salafistas de aquel pa¨ªs utilizaron fusiles de asalto Kal¨¢shnikov y lanzagranadas. Mataron a nueve militares y tuvieron, al parecer, seis bajas en sus filas. La Gendarmer¨ªa argelina se incaut¨®
en Maghnia, en el ¨²ltimo fin de semana de marzo, de un lote de 108 minas antipersonas y 480 detonadores. El decomiso da una idea de la cantidad de material que manejan los combatientes islamistas y su capacidad para fabricar bombas.
Desde hace casi cuatro a?os, cuando la ciudad de Casablanca fue sacudida por una oleada de atentados, los kamikazes marroqu¨ªes apenas han progresado. Entonces utilizaron explosivos caseros confeccionados con la mezcla de productos comprados en droguer¨ªas, y ahora siguen haciendo lo mismo.
Ha pasado un mes desde que Abdelfat¨¢ Raydi se quitara la vida en un cibercaf¨¦ de Casablanca, aunque su supuesto objetivo no era volar el establecimiento. "El atentado del 11 de marzo fue una operaci¨®n artesanal, nada sofisticada", subray¨® Fuad Al¨ª Himma, ministro adjunto de Interior. "Los explosivos se elaboraron a partir de productos en venta libre por lo que es muy dif¨ªcil averiguar qui¨¦n los pudo comprar", a?adi¨® Chakib Benmussa, titular de Interior.
El n¨²cleo de Casablanca "constituye una organizaci¨®n terrorista en formaci¨®n financiada por marroqu¨ªes con el prop¨®sito de perpetrar atentados contra el puerto, un cuartel y varias comisar¨ªas", reza el acta de acusaci¨®n del fiscal del tribunal de apelaci¨®n de Rabat que no se?ala a culpables m¨¢s all¨¢ de las fronteras de Marruecos.
La vinculaci¨®n con Al Qaeda de los terroristas marroqu¨ªes es ante todo ideol¨®gica. El gran temor de los que en Europa se dedican a la lucha antiterrorista es que dentro de poco la red marroqu¨ª sea tambi¨¦n operativa, y no con un hipot¨¦tico mando central terrorista en Afganist¨¢n o en Pakist¨¢n, sino con sus correligionarios argelinos.
El ministro adjunto de Interior de Marruecos precisa que los marroqu¨ªes aspirantes a terrorista fueron entrenados en el norte de Mal¨ª por los salafistas argelinos antes de partir hacia Irak como combatientes o suicidas. Si los radicales del Magreb logran una uni¨®n operativa, los j¨®venes islamistas marroqu¨ªes dispondr¨¢n de armas y estar¨¢n mejor entrenados. Cuando la polic¨ªa trate de detenerles ya no esgrimir¨¢n armas blancas, tendr¨¢n un arsenal.
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