Inexplicable
A punto ya de salir de viaje, descubr¨ª una peque?a fuga de agua en el cuarto de ba?o, detr¨¢s del lavabo. Tras observar la cadencia del goteo, pens¨¦ que si colocaba debajo de la tuber¨ªa un vaso, a mi vuelta no estar¨ªa lleno. Pero me inquietaba la idea de salir de casa sin dejarlo todo en perfectas condiciones. La alternativa de cerrar la llave de paso significaba clausurar el riego autom¨¢tico y condenar a muerte a las plantas de la terraza, que son mi compa?¨ªa m¨¢s fiel. Prob¨¦ a sofocar la hemorragia con un poco de cera primero y luego con una cinta aislante especial, pero la presi¨®n del agua acababa venciendo todas las resistencias. Finalmente coloqu¨¦ un recipiente de cocina algo mayor que un vaso, para prevenir una crecida, y, pose¨ªdo por un malestar inexplicable, me fui al aeropuerto, donde tom¨¦ el avi¨®n cargado de presagios funestos.
Estuve fuera de casa una semana, sin tiempo para darme a la melancol¨ªa, a la que soy propenso, pues ten¨ªa reuniones de trabajo desde la ma?ana hasta la noche. Sin embargo, de vez en cuando, en medio de una comida, me acordaba de la gota de agua y la sent¨ªa caer dentro de m¨ª. Unas veces me daba la impresi¨®n de que la fuga se produc¨ªa en el paladar y as¨ª, mientras fing¨ªa prestar atenci¨®n a mis interlocutores, sent¨ªa un goteo de saliva, procedente de esa b¨®veda org¨¢nica, sobre la superficie de mi lengua. En otras ocasiones, encontr¨¢ndome en la cama del hotel, me despertaba una sensaci¨®n de ahogo, como si se me estuvieran inundando los pulmones debido a la rotura de una arteria. Me incorporaba angustiado e imaginaba la fuga de agua del cuarto de ba?o, vivi¨¦ndola como una enfermedad moral por la que no pod¨ªa hacer nada.
El ¨²ltimo d¨ªa del viaje me estuvo goteando el ojo izquierdo de manera continua. Empap¨¦ cuatro pa?uelos de papel antes de subir al avi¨®n, donde, quiz¨¢ por la sequedad ambiental, ces¨® el flujo. Abr¨ª la puerta de casa con el coraz¨®n en la garganta, temi¨¦ndome lo peor, y corr¨ª al cuarto de ba?o, donde comprob¨¦ con estupor que la fuga se hab¨ªa arreglado sola, de manera espont¨¢nea. Sorprendentemente, no sent¨ª alivio alguno. No hab¨ªa agua, de acuerdo, pero ?y mi malestar? ?Qu¨¦ era aquello que continuaba goteando dentro de m¨ª?
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![Juan Jos¨¦ Mill¨¢s](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2Fea967556-8767-4b47-8dfb-f1cf582d4f9c.png?auth=af40f9fdaff853e65f3aa200f24bbe5d955c1b6f78bf691891df8a017b17b3f1&width=100&height=100&smart=true)