Profesiones
Regres¨® Hospital Central (Tele 5). La veteran¨ªa de la serie se advierte en la habilidad a la hora de cruzar historias y de administrar su longitud o brevedad. Emma Su¨¢rez y Julieta Serrano, por ejemplo, construyeron un d¨²o espl¨¦ndido para sostener una historia que atravesar¨¢ varios cap¨ªtulos. El personaje de Serrano es una antolog¨ªa extrema del ego¨ªsmo. Fue una noche de batas blancas. Incluso en Sin rastro (Antena 3) visitaron una cl¨ªnica. En Cuatro, una bella escena de Anatom¨ªa de Grey: la familia de un enfermo terminal decide "dejarle irse". Lo rodean en el lecho. La muerte llega con la desconexi¨®n, cuando la industria m¨¦dica se aparta del paciente.
En estas series hay tantos disturbios f¨ªsicos como del alma, en particular de los m¨¦dicos. El a?o pasado, en una encuesta del CIS para evaluar el aprecio de los espa?oles sobre 12 profesiones, los m¨¦dicos eran los m¨¢s valorados. Militares y periodistas, por este orden, se quedaron en la cola. El debate subsiguiente fue sobre si la estimaci¨®n, merecida, de los m¨¦dicos y personal sanitario se deb¨ªa a la abundancia de series de televisi¨®n o, por el contrario, era la televisi¨®n la que recog¨ªa este aprecio social y de ah¨ª la sobrerrepresentaci¨®n de este gremio en las ficciones de la peque?a pantalla. Dif¨ªcil decirlo, porque los profesores eran la segunda profesi¨®n m¨¢s estimada y, sin embargo, carecen de tele, y cuando la tienen todav¨ªa es peor. Se vio en el mencionado cap¨ªtulo de Hospital Central. Un maestro acosado por una pandilla de alumnos impresentables termina ps¨ªquicamente destrozado, con la polic¨ªa detr¨¢s suyo. Y obviamente el padre de uno de los alumnos en guerra con el profe, siempre del lado de su hijo aunque sea un berzotas. Un padre que termina asesinado por el maestro. De las muchas cosas que pod¨ªan suceder, los guionistas escogieron la menos probable y amigable con el maestro. Tele 5, que cada mes se propone defender una buena causa, podr¨ªa dedicar uno de ellos al cultivo de un imaginario respetuoso con los profesores. Se lo merecen tanto como los m¨¦dicos.
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