Francia. La hora del cambio
Francia duda, se siente asediada por la globalizaci¨®n, no comprende que el mundo pueda seguir adelante sin preguntarle por el camino. Sigue repiti¨¦ndose que es la cuarta potencia industrial del planeta, la patria de los derechos humanos, miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU, una potencia nuclear y muchas otras cosas. Todas ciertas. Pero no cambian el hecho de que el traje con el que atraves¨® la segunda mitad del siglo XX, con el que logr¨® una gran prosperidad y construy¨® uno de los modelos sociales m¨¢s protectores de la historia, ya no le sirve para los desaf¨ªos del siglo XXI. La gigantesca deuda p¨²blica que ha acumulado -m¨¢s de un bill¨®n de euros- es la mejor prueba.
Royal y Sarkozy son nuevos en la carrera por El El¨ªseo, pero llevan toda una vida en la pol¨ªtica
Salvo Bayrou, los candidatos eluden el problema de un Estado cuya deuda es el 66% del PIB
Todo un desaf¨ªo para el futuro: tres de cada cuatro j¨®venes franceses sue?an con ser funcionarios
El paro es end¨¦mico en uno de los pa¨ªses con mayor protecci¨®n social del mundo
NICOLAS SARKOZY: "La prioridad de prioridades es revalorizar el trabajo (...). Las 35 horas est¨¢ bien como m¨ªnimo, no como m¨¢ximo"
S?GOL?NE ROYAL: "No estoy atada a ninguna red, ninguna potencia econ¨®mica, ning¨²n 'lobby'. No debo nada a nadie, s¨®lo a los franceses"
FRAN?OIS BAYROU: "Francia necesita una revoluci¨®n pac¨ªfica (...). Yo soy un dem¨®crata, un clintoniano, un hombre de la 'tercera v¨ªa"
S?GOL?NE ROYAL: "No voy a dar la mano a George Bush como si nada hubiera pasado, sin una palabra sobre nuestros desacuerdos"
NICOLAS SARKOZY: "Pido a nuestros amigos norteamericanos que nos dejen ser libres; libres de ser sus amigos"
S?GOL?NE ROYAL: "No corresponde al Banco Central Europeo decidir el futuro de nuestras econom¨ªas, sino a los l¨ªderes electos"
Dentro de una semana, los franceses est¨¢n llamados a una elecci¨®n que comportar¨¢ un modelo de futuro. Rompiendo la tradici¨®n de la V Rep¨²blica, los dos principales candidatos a la presidencia -el conservador Nicolas Sarkozy y la socialista S¨¦gol¨¨ne Royal- son novatos, es decir, es la primera vez que emprenden la carrera al palacio del El¨ªseo. Tienen entre 53 y 55 a?os, lo que en Francia se considera joven para un pol¨ªtico, pero llevan toda su existencia en la vida p¨²blica: los dos han sido ministros.
La campa?a arranc¨® con los grandes temas: la deuda, las pensiones, el desempleo, el deterioro del poder adquisitivo, las deslocalizaciones industriales, la reforma del Estado, la revisi¨®n de la arquitectura constitucional... Pero fue un espejismo. La recta final se est¨¢ jugando con la p¨®lvora de la demagogia sobre la delincuencia, la inmigraci¨®n, la seguridad, la identidad, la bandera y el patriotismo.
Los candidatos han interiorizado la banalidad de una sociedad que s¨®lo pregunta "por lo suyo", como se ha podido comprobar en los debates televisivos con ciudadanos. Y tambi¨¦n que la cultura del cambio no es una de las caracter¨ªsticas de una sociedad que prefiere mirar por el retrovisor a un pasado idealizado antes que adoptar soluciones importadas que puedan modificar, por poco que sea, sus derechos adquiridos. As¨ª, desde que Sarkozy anunciara su intenci¨®n de crear un ministerio "de la inmigraci¨®n y la identidad nacional"; de que Royal le contestara que eso "era una amalgama innoble"; de que ¨¦ste, manipulando, la acusara de llamarle "innoble", la campa?a ha cogido el tono de un reality show.
Y ¨¦ste es el terreno que mejor conviene al cuarto invitado, el ultraderechista Jean-Marie Le Pen; el tercero es el centrista Fran?ois Bayrou.
As¨ª, Sarkozy ha asegurado que "se nace pederasta" y que los suicidas son v¨ªctimas de un determinismo gen¨¦tico, y Royal no ha dudado en proponer a los franceses que se aprendan La Marsellesa y pongan una bandera tricolor en la cocina. Un delirio patri¨®tico cuya guinda la ha puesto el propio Le Pen insinuando que Sarkozy no deber¨ªa ser candidato porque es hijo de inmigrantes. Un vodevil que sirve para no hablar de lo que duele: de las importantes y tal vez dolororosas reformas que Francia necesita.
Francia es, ante todo, un Estado hipertrofiado. Jacques Lesourne, que fuera director de Le Monde, escrib¨ªa hace una d¨¦cada que Francia "es una especie de Uni¨®n Sovi¨¦tica que ha funcionado". Tal vez fuera cierto en alg¨²n momento de los llamados "treinta gloriosos", las tres d¨¦cadas que siguieron al final de la II Guerra Mundial. Pero en 1997, el modelo franc¨¦s ya hac¨ªa agua. La reforma se aplaz¨®. La aplaz¨® Jacques Chirac durante su primer mandato y la aplaz¨® tambi¨¦n el primer ministro socialista, Lionel Jospin, durante sus cinco a?os de cohabitaci¨®n, al no aprovechar el repunte del crecimiento econ¨®mico para introducir cambios. El delirante resultado de la primera vuelta de las elecciones de 2002, con el ultraderechista Le Pen en segundo lugar, reflej¨® muy bien la ansiedad de los franceses. Chirac tampoco aprovech¨® la oportunidad y ha dejado pasar cinco a?os a base de cataplasmas, sin ponerle el cascabel al gato.
"Cuando yo era estudiante le¨ª una obra de John K. Galbraith en la que explicaba que la crisis de 1929 hab¨ªa afectado menos a Francia que a los dem¨¢s pa¨ªses occidentales porque los franceses no entend¨ªan nada de econom¨ªa. Y es cierto, siempre hemos estado m¨¢s interesados por la pol¨ªtica", seg¨²n Sylvie Matelly, investigadora del Instituto de Relaciones Internacionales y Estrat¨¦gicas (IRIS, en sus siglas francesas). Una peculiaridad que ha tenido algunas ventajas, dice Matelly, y algunos inconvenientes, como no haber sabido integrar la globalizaci¨®n. "Nos cuesta mucho aceptar la idea de que vivimos un mundo liberal y a¨²n debatimos sobre este asunto".
El diario conservador Le Figaro define Francia como una "potencia de tama?o medio que usa sobre todo su poder de decir no". Un grado que le cuadra si se la compara con potencias emergentes como China, India o Brasil, pero insuficiente si se la mide por su potencial econ¨®mico, pol¨ªtico y diplom¨¢tico. Miembro permanente del Consejo de Seguridad, Par¨ªs contribuye con 270 millones de euros a 13 de las 18 operaciones de mantenimiento de la paz de Naciones Unidas, y dedica el 0,47% de su PIB a ayuda al desarrollo.
La red de embajadas y consulados franceses es la segunda mayor del mundo, s¨®lo por detr¨¢s de la de EE UU. Par¨ªs dispone de 158 embajadas, 95 consulados y 144 institutos y centros culturales servidos por m¨¢s de 20.000 funcionarios. Sin contar con 400 escuelas e institutos en 130 pa¨ªses. Unas cifras que hablan de las dimensiones espectaculares del Estado franc¨¦s.
Francia tiene m¨¢s de cinco millones de funcionarios. El Estado emplea al 22,8% de los asalariados. Tres de cada cuatro j¨®venes sue?an con ser funcionarios, seg¨²n una encuesta del Senado. S¨®lo Sarkozy incluye en su programa un sistema para reducir esta gigantesca plantilla: sustituir s¨®lo a uno de cada dos funcionarios que se jubilen en cinco a?os. Una medida que ha sido criticada por sus oponentes.
Los funcionarios no son los ¨²nicos que viven de las arcas p¨²blicas. En Francia hay tres millones de parados y 1,5 millones de eremistas (que reciben el ingreso m¨ªnimo de inserci¨®n, RMI en sus siglas en franc¨¦s). No es de extra?ar que la deuda p¨²blica haya crecido de forma espectacular. En 1995, cuando Jacques Chirac lleg¨® al poder, se situaba en una cifra ya muy considerable: 657.900 millones de euros. Pero el a?o 2006 se cerr¨® con una deuda de 1,1 billones de euros, equivalente al 66% del producto interior bruto (PIB).
El paro es end¨¦mico desde la segunda mitad de la d¨¦cada de 1980. Los socialistas aplicaron una soluci¨®n dr¨¢stica: la semana laboral de 35 horas. Pensaron que trabajando menos habr¨ªa empleo para todos. No lo consiguieron, pero desencadenaron un efecto perverso: los patrones renegociaron a la baja los convenios colectivos, los salarios reales bajaron y el poder adquisitivo se redujo, atrofiando a su vez la demanda interna. Las 35 horas son hoy un asunto tab¨² de la campa?a.
El economista jefe de la Organizaci¨®n para la Cooperaci¨®n y el Desarrollo Econ¨®mico (OCDE), Jean-Philippe Cotis, considera que una de las causas del desempleo en Francia es que el salario m¨ªnimo es demasiado alto. (La socialista Royal propone elevarlo). "La especificidad francesa es la existencia de un importante desempleo estructural, que no var¨ªa en funci¨®n de la coyuntura econ¨®mica, y que se mantiene estable desde hace 20 a?os entre el 9% y el 10% de la poblaci¨®n activa". Para Cotis, "algunos grupos como los j¨®venes est¨¢n mal protegidos, mientras que los de entre 35 y 55 a?os lo est¨¢n demasiado, y eso conlleva precariedad".
Una de las armas arrojadizas que m¨¢s han utilizado Sarkozy, Royal y Bayrou para descalificarse fue la de las cifras. A medida que cada candidato desgranaba su programa econ¨®mico, los dem¨¢s le acusaban de hacer promesas incompatibles con la disponibilidad de tesorer¨ªa. El candidato conservador promet¨ªa reducciones de impuestos que desde el campo socialista valoraban en 60.000 millones; la socialista hac¨ªa promesas a cargo de las arcas del Estado cuyo coste sus rivales calculaban en 65.000 millones. Bayrou, por su parte, se marcaba la reducci¨®n de la deuda como prioridad, pero tambi¨¦n promet¨ªa regalos.
A juicio de Jean-Paul Fittoussi, profesor de Sciences-Po y presidente del Observatorio Franc¨¦s de Coyunturas Econ¨®micas, los problemas de la econom¨ªa francesa, el escaso ritmo de crecimiento de la productividad y el bajo poder adquisitivo de los salarios tienen su origen en la falta de inversi¨®n en la ense?anza superior y la investigaci¨®n. "Francia distribuye m¨¢s riqueza de la que crea", asegura, y "tiene un serio problema de oferta, un problema estructural que hay que dejar de tratar a base de estimular la demanda, como los Gobiernos vienen haciendo desde hace 30 a?os". Los candidatos, por su parte, buscan chivos expiatorios para estos problemas, y en especial para el de las deslocalizaciones industriales. Culpan al euro fuerte de la falta de competitividad de la industria francesa y disparan contra la pol¨ªtica monetaria del Banco Central Europeo (BCE), que por otra parte est¨¢ en manos de un franc¨¦s, Jean-Claude Trichet. Sarkozy, Royal y Bayrou -este ¨²ltimo con menos ¨¦nfasis- piden que el BCE deje de preocuparse por la inflaci¨®n y pase a tener el empleo como prioridad.
Pero Alemania, con la misma moneda y con una econom¨ªa incluso m¨¢s orientada a la exportaci¨®n que la francesa, ha recuperado el crecimiento y su condici¨®n de locomotora europea. "En Francia hay una curiosa dualidad", a?ade la investigadora del IRIS. "Por un lado, un modelo social menos liberal que el de otros pa¨ªses, con una importante dosis de protecci¨®n social. Por otro, el mundo de las grandes empresas es m¨¢s mundializado y m¨¢s liberal que el de muchos pa¨ªses vecinos". Y la realidad es que la econom¨ªa francesa est¨¢ muy abierta a Europa y depende enormemente del capital extranjero. Entre el 20% y el 25% de los puestos de trabajo franceses dependen de empresas del exterior, y el peso del capital extranjero en las empresas del CAC 40, el equivalente del Ibex 35, es enorme. Sin embargo, todos los candidatos abogan por instaurar un tipo u otro de proteccionismo.
LOS SOCIALISTAS: SUBIDA DEL SALARIO M?NIMO
DEFENSA DEL PODER ADQUISITIVO, lucha sin cuartel contra el paro -sobre todo, juvenil-, protecci¨®n de la familia y educaci¨®n. ?stos son los principales pilares del "pacto presidencial" propuesto por S¨¦gol¨¨ne Royal a los electores franceses. En este sentido, la candidata socialista promete:?Elevar el salario m¨ªnimo bruto a 1.500 euros mensuales a lo largo de la legislatura.?Crear 500.000 empleos-trampol¨ªn para los j¨®venes e institucionalizar un "contrato de primer empleo" para aquellos que salen del sistema educativo sin un t¨ªtulo.? Instituir pr¨¦stamos de 10.000 euros a inter¨¦s cero para el desarrollo de un proyecto.? Construir un total de 120.000 viviendas de protecci¨®n social al a?o y garantizar a las familias con menores ingresos que el gasto para el alquiler no supere el 25% de su renta mensual.? Potenciar la ayuda y la asistencia a domicilio de las familias con personas dependientes.? Establecer una pensi¨®n m¨ªnima garantizada.? Reducir el n¨²mero de alumnos por cada clase y establecer un s¨®lido servicio p¨²blico de guarder¨ªas.
LA DERECHA: REDUCCI?N DE LOS IMPUESTOS
NICOLAS SARKOZY ha puesto de relieve durante la campa?a sus propuestas en materia de mercado laboral, fiscalidad, e inmigraci¨®n, entre otras cuestiones. ?stos son algunos de los puntos m¨¢s importantes:? Reducci¨®n de la imposici¨®n fiscal en un 4% a lo largo de la legislatura, para poner a Francia en l¨ªnea con la media de la Uni¨®n Europea. Tambi¨¦n limita al 50% el m¨¢ximo de la renta que puede ir a parar al fisco. Propone una exenci¨®n fiscal para las horas de trabajo extraordinarias y eliminar el impuesto de sucesi¨®n para patrimonios de dimensiones medias y peque?as.? Creaci¨®n de un contrato de trabajo ¨²nico, a tiempo indefinido, aunque facilitar¨ªa tambi¨¦n a las empresas los despidos econ¨®micos. El salario social a los desempleados conllevar¨¢ la obligaci¨®n de desempe?ar un trabajo "de inter¨¦s general".? Obligaci¨®n para los inmigrantes de aprender a leer y escribir el franc¨¦s y nuevas normas para la agrupaci¨®n familiar, que se conceder¨¢ s¨®lo si el inmigrante demuestra tener, sin calcular las subvenciones, una renta y un alojamiento decente.? Oposici¨®n a la integraci¨®n de Turqu¨ªa en la Uni¨®n Europea.
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