"No se entiende a Picasso sin el neoimpresionismo"
Serge Lemoine, director del Mus¨¦e d'Orsay, participa junto a Josep Casamertina como comisario de la exposici¨®n Neoimpresionismo, eclosi¨®n de la modernidad, que se inaugura ma?ana en la Fundaci¨®n Mapfre de Madrid. Lemoine revela el papel esencial de un movimiento minusvalorado, en comparaci¨®n con el impresionismo.
Pregunta.?Hasta qu¨¦ punto reivindica la influencia del neoimpresionismo en el arte del siglo XX?
Respuesta. Trato de entender las grandes ideas que han marcado los siglos XIX y XX. En toda la historia del arte occidental siempre hay una continuidad. Nunca ha habido rupturas bruscas. Por eso es imposible entender a Picasso y a Matisse si se dice que su precedente inmediato es el impresionismo. Fue un movimiento importante en su tiempo, pero siempre he cre¨ªdo que, en la historia del arte moderno, es marginal. Hay otra corriente de fondo, que fundamentalmente arranca de Puvis de Chavanne. A partir de ah¨ª, Seurat, Gauguin, Cezanne y Van Gogh ser¨¢n claves en el proceso de transformaci¨®n del arte de finales del XIX y principios del XX. Proceden del impresionismo pero van mucho m¨¢s all¨¢.
"El impresionismo fue importante en su d¨ªa, pero en la historia del arte es marginal"
"El Guggenheim Bilbao es cualquier cosa menos un museo. Carece de programa"
P. ?Es el neoimpresionismo el enganche necesario con la abstracci¨®n?
R. Absolutamente. Es una conexi¨®n que se establece a partir de Puvis de Chavanne y del neoimpresionismo. Seurat, con el invento del divisionismo, de la divisi¨®n del color, hace cient¨ªfico el impresionismo, que es un movimiento bastante inconsistente. Sus seguidores en Europa crean un estilo, el puntillismo, el neoimpresionismo, que permitir¨¢ el salto directo al fauvismo, y de aqu¨ª a la abstracci¨®n.
P. En la exposici¨®n de Madrid hay aportaciones espa?olas. Est¨¢ Regoyos, coet¨¢neo de los neoimpresionistas. Pero tambi¨¦n Picasso, Juan Gris y Dal¨ª. ?Hasta qu¨¦ punto es apreciable la influencia del neoimpresionismo en estos tres artistas? ?No es algo forzado?
R. No lo es. El neoimpresionismo se convierte pronto en un movimiento universal. Todos los j¨®venes artistas que quieren ser modernos, desde finales del XIX a principios del XX, intentan pintar como divisionistas. Tambi¨¦n los espa?oles. Una vez que llega al cubismo, que parecer¨ªa un punto de ruptura, Picasso mantiene su inter¨¦s por los sistemas divisionistas, no ya por la luz y el color, como en los a?os diez y veinte, sino como una forma de reflejar la materia.
P. El Mus¨¦e d'Orsay est¨¢ asociado al nacimiento de la fotograf¨ªa. ?Qu¨¦ efecto tiene la fotograf¨ªa en la g¨¦nesis de las nuevas corrientes?
R. En la pintura antigua, Van Eyck, Ingres o Holbein quer¨ªan ser exactos, quer¨ªan representar objetivamente la realidad. Al final, la fotograf¨ªa tambi¨¦n tiene ese af¨¢n por detallar todo con una gran exactitud. La pintura abandonar¨¢ ese camino de los detalles para concentrarse en aspectos diferentes. Con la aparici¨®n de la fotograf¨ªa, a la pintura no se le exige esa precisi¨®n en el detalle.
P. ?Aprecia la influencia del neoimpresionismo en el arte contempor¨¢neo?
R. En los a?os veinte, treinta y cuarenta del siglo pasado se aprovechar¨¢n las ideas que hab¨ªa en el origen del divisionismo, como la yuxtaposici¨®n de colores, y el puntillismo. Sin exagerar, se puede decir que estas t¨¦cnicas de descomposici¨®n, de aportar seriedad y rigor cient¨ªfico, es lo que lleva en los a?os cincuenta a un m¨¦todo de an¨¢lisis de la realidad que tiene mucho que ver con la digitalizaci¨®n y la pixelizaci¨®n.
P.?C¨®mo observa los cambios que se est¨¢n produciendo en los grandes museos del mundo?
R. He intentado demostrar en las exposiciones que el arte del periodo de Orsay est¨¢ vivo. Intentamos siempre situar al museo en la actualidad, tanto en Par¨ªs como en las exposiciones que llevamos fuera. Nuestra obligaci¨®n es incidir en los usos culturales de nuestro tiempo. Nuestro concepto es distinto a los que se pretende hacer en sitios como Abu Dhabi.
P. ?Se entiende que su posici¨®n es contraria al proyecto de sucursal del Louvre en Abu Dhabi?
R. Orsay no es el Louvre. Es un museo peque?o en comparaci¨®n. Pero es mucho m¨¢s importante que el Guggenheim. Considero que el Guggenheim Bilbao es cualquier cosa menos lo que se puede entender por un museo. Es un museo sin programa. Mi concepci¨®n del museo no es mercantil. No creo que Orsay deba crear sucursales ni franquicias, pero s¨ª es importante que estemos fuera de Francia, defendiendo una serie de valores que son los que dan sentido a la cultura, a un museo. El Guggenheim Bilbao es un concepto totalmente distinto. Es una arquitectura espect¨¢culo que en s¨ª misma constituye el programa del museo.
P. ?Es inevitable un proceso de disneylizaci¨®n de la cultura?
R. Justamente por eso, pretendemos hacer otra cosa.
P. ?Hasta qu¨¦ punto se ha entrado en la banalizaci¨®n, en los museos como centros recreativos?
R. Es una apreciaci¨®n un poco excesiva. La mentalidad del p¨²blico ha cambiado y las pr¨¢cticas culturales se han transformado. Hay m¨¢s gente en los museos que antes. Esto se debe tambi¨¦n a un cierto aggiornamiento de los museos en las ¨²ltimas d¨¦cadas. Han hecho un enorme esfuerzo de transformaci¨®n para abrirse a un nuevo p¨²blico. Lo que usted sugiere como banalizaci¨®n es un mal menor.
P. Dirige un museo que recoge la ¨¦poca en la que Francia era el faro del mundo de la cultura. No parece que el pa¨ªs atraviese un momento parecido.
R. Par¨ªs no siempre fue la capital del arte, pero s¨ª es cierto que la influencia francesa dura much¨ªsimo, especialmente en el XIX y a principios del siglo pasado. Ese papel se ha terminado. La influencia americana ha sido predominante en las cuatro ¨²ltimas d¨¦cadas. Una influencia muy corta. No se ha terminado, pero est¨¢ pr¨¢cticamente agotada. Hay que pensar en el dinamismo de culturas como la asi¨¢tica, o quiz¨¢ la africana, culturas que pueden estar en un proceso emergente.
La presencia espa?ola
La exposici¨®n Neoimpresionismo, eclosi¨®n de la modernidad estar¨¢ abierta desde ma?ana hasta el 10 de junio. Comisariada por Serge Lemoine y Josep Casamertina recoge 75 obras de los principales exponentes de un movimiento que tuvo una corta vida, pero que, en opini¨®n de Lemoine, resulta sustancial en la comprensi¨®n del arte del siglo XX. Nace como respuesta al impresionismo, con un riguroso af¨¢n cient¨ªfico. El resultado es el puntillismo y posteriormente el divisionismo. Es en B¨¦lgica y en Francia donde alcanza su mayor expresi¨®n, pero su influencia llega a toda Europa. En Espa?a su principal representante es Dar¨ªo de Regoyos. En esta exposici¨®n, que re¨²ne seis obras de Seurat, m¨¢ximo exponente de la corriente, se incluyen obras de Pissarro, Kandinsky, Klee y los espa?oles Picasso, Dal¨ª y Juan Gris.
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