Marbella negra

Los marbell¨ªes van a tener que hacer alardes de memoria para retener y recordar los detalles de todas las operaciones de corrupci¨®n que se vienen registrando en la ciudad de la costa oriental andaluza. La ¨²ltima, la denominada Operaci¨®n Hidalgo, recuerda mucho a la que se destap¨® en marzo de 2005 (Operaci¨®n Ballena Blanca) sobre blanqueo de capitales. No tiene nada que ver con la tristemente famosa Operaci¨®n Malaya, que estall¨® en marzo del a?o pasado y en la que se vieron implicados alcaldes, miembros y empleados de la corporaci¨®n municipal, constructores y otros empresarios. Ahora han sido alcanzados un afamado bufete de abogados, tres notarios, dos de los cuales hab¨ªan sido ya detenidos durante el caso Ballena Blanca, as¨ª como una veintena de personas relacionadas con la droga, el fraude fiscal, la prostituci¨®n y hasta la venta de armas. Todo un obsceno historial.

El modus operandi resulta parecido al de Ballena Blanca: una gran red de sociedades tapadera, con ramificaciones en otros pa¨ªses, a trav¨¦s de las cuales se ocultaba a propietarios de cientos de inmuebles no s¨®lo en la Costa del Sol, sino tambi¨¦n en otros lugares de Espa?a. Resulta ya ocioso reiterar el alto nivel de putrefacci¨®n pol¨ªtico-econ¨®mica al que ha llegado Marbella. La ciudad est¨¢ gobernada desde hace casi un a?o por una junta gestora tras la Operaci¨®n Malaya. Suenan a hueco los llamamientos en favor de la ¨¦tica, aunque, al menos, sea esperanzadora la labor de la Fiscal¨ªa Anticorrupci¨®n en la persecuci¨®n del crimen organizado, pues ha empezado a dar se?ales de progresos. Hasta hace poco, la sociedad marbell¨ª era m¨¢s o menos consciente de las corruptelas urban¨ªsticas y de la delincuencia econ¨®mica en connivencia y gracias a la negligencia de partidos, jueces y polic¨ªas, pero lo asum¨ªa como si fuera un tumor incurable.

Por desgracia, la corrupci¨®n urban¨ªstica no se ci?e s¨®lo a la ciudad de Marbella. Es una pr¨¢ctica que azota seriamente muchos otros lugares de la Pen¨ªnsula, una vergonzante cultura que ha impregnado a administraciones municipales y a las fuerzas pol¨ªticas, como acaba de se?alar un informe del Parlamento Europeo. Hay que dotar a la justicia y a la polic¨ªa de m¨¢s instrumentos para acabar con esa lacra, adem¨¢s de desarrollar regulaciones urban¨ªsticas m¨¢s severas. Pero no basta con ello. Es muy preocupante el nivel de implicaci¨®n en estos esc¨¢ndalos de blanqueo de dinero de colectivos profesionales como los abogados, notarios, registradores de la propiedad o agentes inmobiliarios, que tambi¨¦n tienen alg¨²n tipo de responsabilidad en la defensa y preservaci¨®n de la legalidad.