Sarkozy acusa a sus rivales pol¨ªticos de suplir con insultos la falta de argumentos
El candidato conservador celebra su mitin final en Marsella sin responder a las "pol¨¦micas hist¨¦ricas"
Nicolas Sarkozy decidi¨® anoche no responder a los ataques que han marcado el final de una campa?a que se ha endurecido conforme aumentaba la incertidumbre, atizada por los constantes vaivenes de los sondeos, que el candidato conservador sigue encabezando. Aunque tampoco pudo ignorar lo que calific¨® de "pol¨¦micas hist¨¦ricas" e "insultos de los adeptos de lo pol¨ªticamente correcto y del pensamiento ¨²nico" en medio de los aplausos de miles de asistentes a su ¨²ltimo mitin antes de la primera vuelta de las presidenciales, que celebr¨® en Marsella.
"Quiero hablar a la Francia que no quema coches ni bloquea los trenes", dijo el candidato
"Uno no sale indemne de una campa?a as¨ª. Los insultos, las mentiras... Las he padecido a fondo. Las insinuaciones, las malas intenciones, me ha sorprendido que se puedan inventar tantas mentiras sobre m¨ª. Pero es lo que ocurre cuando los otros candidatos no tienen ideas, ni argumentos, ni convicciones, cuando no creen en nada y no trabajan, no tienen otro recurso m¨¢s que el insulto", exclam¨®.
Banderas de Francia, un gran protagonismo de los j¨®venes, vestidos con camisetas azul claro del Olympique de Marsella en las que pod¨ªa leerse "Sarko team" ["equipo de Sarko"], una importante presencia de miembros del Gobierno y mensajes muy claros para tratar de desmontar las acusaciones de ultra que se han multiplicado en los ¨²ltimos tiempos marcaron el ¨²ltimo acto de masas del candidato conservador.
"Sarkozy me dio el orgullo de ser franc¨¦s", dijo el primer telonero del acto electoral, el futbolista Basile Boli, cuya familia proviene de Costa de Marfil. El jugador habl¨® varias veces de "la Francia multicolor", para dejar muy claro que Sarkozy no es equivalente al ultraderechista Jean-Marie Le Pen.
En apenas unos d¨ªas, la revista Marianne, que ha pedido el voto para Fran?ois Bayrou, ha agotado casi 400.000 ejemplares de un n¨²mero dedicado a mostrar lo que llaman "el verdadero Sarkozy". "Quer¨ªamos simplemente decir que nos acordemos m¨¢s adelante que hemos escrito que representa un formidable peligro para la concepci¨®n que tenemos de la democracia y de la Rep¨²blica", asegura la revista al final de un largo art¨ªculo dedicado a atacar a Sarkozy desde todos los flancos. En cierta medida, Marianne rompi¨® desde la izquierda la veda de los ataques personales contra el candidato conservador, centrados en la idea de que "Sarkozy es un peligro" para el pa¨ªs, tanto por su car¨¢cter como por sus principios.
Desde la ultraderecha, Le Pen ha multiplicado los golpes bajos y no se ha cansado de recordar que Sarkozy es hijo de inmigrantes h¨²ngaros y griegos. "Est¨¢ sufriendo una intolerancia que nunca he visto en este pa¨ªs", hab¨ªa manifestado el mi¨¦rcoles en un mitin cerca de Par¨ªs la ex ministra y superviviente del Holocausto Simone Veil. "No pienso que sea una campa?a sucia, es simplemente est¨²pida", expresaba anoche uno de los asistentes al mitin. "Es lamentable".
Durante la campa?a, Sarkozy ha llegado a coquetear con algunas ideas pr¨®ximas al Frente Nacional, consciente de que era un caladero importante de votos, pero en los ¨²ltimos d¨ªas ha centrado sus mensajes -y sus s¨ªmbolos-. Aunque tampoco se ahorr¨® los mensajes nacionalistas, que han centrado gran parte de la campa?a, incluso de la candidata socialista S¨¦gol¨¨ne Royal.
"S¨ª, soy un franc¨¦s de sangre mezclada que piensa que uno es franc¨¦s en proporci¨®n al amor que se siente por Francia, del compromiso con sus valores de universalidad, de tolerancia, de respeto a la persona humana, de fraternidad", exclam¨® en medio de gritos de "Sarkozy presidente".
Como lleva haciendo desde hace meses, el candidato conservador pronunci¨® un discurso m¨¢s propio de un pol¨ªtico que viene de la oposici¨®n y no de alguien que ha ocupado responsabilidades de Gobierno en los ¨²ltimos a?os -fue ministro del Interior hasta pocas semanas antes del principio de la campa?a-. "Quiero hablar a la Francia que no quema coches y no bloquea los trenes", manifest¨® en un mitin lleno de referencias tanto a la seguridad como a los cambios que cree que necesita su pa¨ªs, en los campos de la seguridad, la econom¨ªa (critic¨® la gesti¨®n del euro y los peligros de la globalizaci¨®n), la educaci¨®n o el coste de la vida. "Quiero vivir un nuevo sue?o franc¨¦s", exclam¨®, tras recordar el sue?o de Martin Luther King.
La virulencia del final de la campa?a es un signo m¨¢s de que todos los candidatos est¨¢n tocados por el fantasma de 2002, cuando contra todo pron¨®stico Le Pen pas¨® junto a Jacques Chirac a la segunda vuelta, por la posibilidad de que los sondeos se equivoquen. La sensaci¨®n general es que nadie, ni siquiera Sarkozy, al que todas las encuestas sit¨²an en primer lugar desde el principio, con un m¨¢s que decente 28%, seg¨²n los ¨²ltimos datos, tiene garantizada su presencia en la segunda vuelta.
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