Efectos secundarios electorales
En el PP, Zaplana sufre un correctivo. En el PSOE resucitan ministros
E n el Partido Popular se cruzan apuestas sobre qu¨¦ alcaldes y presidentes de comunidad y qu¨¦ candidatos intentar¨¢n mantenerse lo m¨¢s alejados que puedan de ?ngel Acebes. Pr¨¢cticamente todo el mundo en el PP reconoce que el "n¨²mero dos" est¨¢ abrasado; pero ¨¦l no parece darse cuenta, y nadie en la jerarqu¨ªa del partido, especialmente Mariano Rajoy, le advierte de la situaci¨®n.
"Los partidos funcionan como organismos muy jer¨¢rquicos", advierte un dirigente regional para quien es dif¨ªcil llevar adelante una campa?a electoral municipal prescindiendo nada menos que del n¨²mero dos del partido. "Acebes es el secretario general y ejerce de ello, y da igual que todos sepamos que est¨¢ completamente quemado como pol¨ªtico. Eso es as¨ª". "Tener un dos tapado es un inconveniente grande", admite otro dirigente auton¨®mico.
Ministros que han estado congelados desde el punto de vista pol¨ªtico, pero muy activos en su trabajo, como Caldera o Sevilla, recuperan ahora cierto protagonismo
Acebes, adem¨¢s, sigue empe?ado en defender su memoria como ministro del Interior durante el 11-M, con continuas referencias a la teor¨ªa de la conspiraci¨®n, algo que acongoja ya a muchos de sus correligionarios, m¨¢s partidarios de desentenderse del asunto cara a las comparecencias p¨²blicas electorales. "Deber¨ªamos aprovechar el juicio para tocar la trompeta y ordenar a todo el mundo que se calle de una vez en este asunto. Cuanto antes se nos olvide el tema, mejor", asegura sin embozo un importante pol¨ªtico popular que particip¨® hasta hace poco de una estrategia diferente.
Otro asunto que est¨¢ provocando realineamientos internos se relaciona con el futuro pol¨ªtico del portavoz parlamentario, Eduardo Zaplana. El pol¨ªtico levantino ha hecho todo cuanto estaba en su mano para conservar influencia en la organizaci¨®n auton¨®mica de su partido, hasta el extremo de presentar una dura batalla contra el actual presidente, Francisco Camps. Llegado el momento m¨¢s importante, la confecci¨®n de las listas, Zaplana ha sufrido una derrota en toda l¨ªnea, sin el menor apoyo de G¨¦nova.
"Ahora las cosas est¨¢n como deber¨ªan haber estado desde el principio: Zaplana, el portavoz parlamentario, depende, como es natural, exclusivamente de lo que quiera Mariano Rajoy. Punto", explica sin ocultar su satisfacci¨®n un miembro del aparato popular. Otro, que se considera cercano al diario Abc y siempre ha criticado la estrategia de Zaplana de acorralar al antiguo peri¨®dico madrile?o, bromea sin empacho. "?El futuro de Zaplana. El que quiera Mariano. Y si no le gusta, siempre podr¨¢ ser columnista de El Mundo". O miembro de su Consejo de Administraci¨®n. "Ha estado jugando a otra cosa todo el rato, y ahora no tiene m¨¢s salida, al cien por cien, que el apoyo que le preste Mariano Rajoy. Se ha dado un ba?o de realidad", a?ade un diputado que ocup¨® cargos de confianza en el Gobierno de Aznar. Aunque se apresura a a?adir que "no hay que olvidar que maneja muchos resortes".
Estrellas invitadas
En el Partido Socialista, por su parte, la campa?a electoral parece que puede tener un efecto secundario destacado: la resurrecci¨®n de algunos ministros que han estado aplastados, desde el punto de vista pol¨ªtico, pr¨¢cticamente desde que empez¨® la legislatura. Cara a las elecciones, el Partido Socialista y, sobre todo, La Moncloa parecen haber redescubierto, por ejemplo, a Jes¨²s Caldera, estrella invitada ahora por alcaldes, presidentes de comunidad y candidatos del PSOE que quieren aprovechar el tir¨®n de pol¨ªticas sociales como la Ley de Dependencia.
La campa?a puede impulsar tambi¨¦n a Jordi Sevilla, un ministro con proyecci¨®n pol¨ªtica, que tambi¨¦n ha estado "cubierto" o "congelado" por su propio partido y por La Moncloa. Sevilla tiene, como Caldera, un balance que presentar, aprovechable electoralmente. Suyo es el Estatuto del Empleado P¨²blico, que ha pasado casi inadvertido, pero que afecta a m¨¢s de 2,4 millones de funcionarios y que ha logrado el consenso de pr¨¢cticamente todos los sindicatos y grupos parlamentarios. Sevilla viaja ahora por Espa?a con la oferta de una mejora sustancial en el funcionamiento de la Administraci¨®n y, consecuentemente, de los servicios p¨²blicos que recibir¨¢n los ciudadanos, y con la seguridad de que puede dar un empuj¨®n a la carrera funcionarial en su conjunto.
"Jordi Sevilla perdi¨® en el Gobierno el protagonismo que tuvo en la etapa de oposici¨®n", admite un antiguo dirigente del PSOE, "pero la verdad es que como ministro se lanz¨® a un programa de reformas que va sacando adelante poco a poco, sin ruido, pero con bastante eficacia". Algunos dicen que si se aprueba su proyecto de ley para el acceso electr¨®nico de los ciudadanos a las administraciones p¨²blicas se habr¨¢ logrado, por fin, modernizar algo que parec¨ªa inamovible: la Administraci¨®n del Estado.
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