'La banlieue' se moviliza contra Sarkozy
Los j¨®venes de la Cit¨¦ de las 4.000 viviendas acuden a las urnas para intentar frustrar la victoria del aspirante conservador
Familias enteras originarias de los cuatro rincones del planeta, j¨®venes con aspecto de raperos, se?ores con bast¨®n y tocados con el gorro tradicional senegal¨¦s, grupos de adolescentes de origen magreb¨ª... La afluencia durante la ma?ana en dos colegios electorales de la Cit¨¦ de las 4.000, uno de los barrios conflictivos m¨¢s conocidos de la banlieue parisiense, era impresionante. "Mucha gente se ha movilizado, desde luego mucha m¨¢s que en 2002", se?ala, bajo un sol de justicia, Djemila, de 39 a?os, que ha acudido a votar junto a su hija. "Es la primera vez que vengo a votar. Como yo, muchos otros que no votaban han acudido a las urnas. La gente tiene ganas de decir lo que piensa", asegura Eulicio, un caboverdiano nacionalizado franc¨¦s de 32 a?os, que trabaja en una tienda de muebles.
"Si sale elegido y no cuida su lenguaje, habr¨¢ fuego", asegura Abdel
"La consigna de Todo menos Sarkozy est¨¢ circulando muy fuerte entre los j¨®venes", se?ala Henver, de 26 a?os, que lleg¨® a La Courneuve, el suburbio de Seine-Saint-Denis al que pertenece la Cit¨¦ de las 4.000, desde Angola con sus padres cuando era un beb¨¦ y que ahora trabaja en un peri¨®dico local, Le Regard Jeune (La Mirada Joven). "?Votad ¨²til!", exclama a dos muchachas Djamel, de 40 a?os, que ha acudido con su hijo al colegio electoral. "Quiero decir que voten a la izquierda, pero sin pasarse", aclara este t¨¦cnico de manutenci¨®n de origen marroqu¨ª.
La afluencia masiva a las urnas tambi¨¦n se est¨¢ registrando en los suburbios de toda Francia. Un franc¨¦s de origen espa?ol relataba esta tarde desde Lyon que en los colegios electorales de los principales barrios de los alrededores hab¨ªa colas nunca vistas.
Cerca de 44,5 millones de franceses estaban convocados ayer para votar, con un aumento del n¨²mero de inscritos del 7,5% con respecto a las elecciones de 2002. Los institutos de sondeos creen que muchos de estos nuevos votantes son veintea?eros y treinta?eros de los barrios desfavorecidos de las grandes ciudades francesas.
La Cit¨¦ de las 4.000, un grupo de mastod¨®nticas viviendas sociales construidas a finales de los a?os cincuenta, est¨¢ situada a s¨®lo cuatro paradas de cercan¨ªas (la red RER) del centro de Par¨ªs, de la Place Saint Michel, pero es otro mundo, aunque presente un aspecto tranquilo en una soleada ma?ana electoral de primavera. Entre los soportales plagados de pintadas y los grupos de j¨®venes que conversan a la sombra ante los portales, el conservador Nicolas Sarkozy no es precisamente el personaje m¨¢s popular: fue all¨ª donde pronunci¨® una de sus frases m¨¢s duras sobre las banlieues francesas.
Hace dos a?os, tras la muerte a tiros de un muchacho de 11 a?os, el peque?o Sidi Ahmed, por una bala perdida durante un fuego cruzado entre bandas, Nicolas Sarkozy visit¨® el barrio cuando era ministro del Interior, y prometi¨® que iba a "limpiar con K?rcher" (una m¨¢quina que lanza agua caliente a presi¨®n) la Cit¨¦ de las 4.000. Adem¨¢s de que la empresa K?rcher asegur¨® que no ten¨ªa nada que ver con las declaraciones del ministro, estas palabras levantaron una enorme polvareda que se convirti¨® en un vendaval de rabia cuando Sarkozy llam¨® racaille (gentuza o basura) a los j¨®venes de los barrios desfavorecidos, al principio de la revuelta de los suburbios, en el oto?o de 2005.
"Si sale elegido y no cuida su lenguaje, habr¨¢ fuego en las banlieues", asegura Abdel, un profesor de 59 a?os, nacido en Djerba (T¨²nez) cuando todav¨ªa era territorio franc¨¦s, y que no tiene ning¨²n problema en confesar su voto: "Bayrou, porque es alguien que puede romper la diferencia entre la izquierda y la derecha". El candidato centrista ha llegado a ganar bastante popularidad en los suburbios y, de hecho, particip¨® en un debate convocado por SOS Racismo en la Cit¨¦ de las 4.000 al principio de la campa?a, al que s¨®lo acudi¨® otro candidato: la ecologista Dominique Voynet.
Tres factores han contribuido a la espectacular participaci¨®n en las banlieues: la movilizaci¨®n contra Sarkozy, el temor a que, con una alta abstenci¨®n, pudiese repetirse el desastre del 21 de abril de 2002, con el ultraderechista Jean-Marie Le Pen en la segunda vuelta, y los disturbios del oto?o de 2005, lo que aqu¨ª prefieren llamar "la revoluci¨®n de los suburbios".
En las calles de la Cit¨¦ de las 4.000 no se ve ning¨²n polic¨ªa, aunque los agentes est¨¢n muy presentes en La Gare du Nord, de donde salen gran parte de los trenes que llevan a los suburbios conflictivos de Par¨ªs y donde se produjo un incidente al principio de la campa?a, con un enfrentamiento entre j¨®venes y agentes de seguridad. Sin embargo, por las Cit¨¦s circula un rumor insistente: si Sarko es elegido presidente, las banlieues volver¨¢n a incendiarse.
"No somos animales, no vamos a quemar todo si gana Sarkozy", se?ala un joven que asegura haber votado al candidato conservador. Sus amigos le reprochan c¨®mo puede inclinarse por el hombre que les insult¨®. "Nos hemos movilizado, porque no le queremos de ninguna manera y es la ¨²nica forma de evitar que pase", afirma Madhi, que no tiene ning¨²n problema en reconocer que ha votado por S¨¦gol¨¨ne Royal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.