El nuevo cubano m¨¢gico
El pianista Roberto Fonseca, amante del 'funk', el 'soul', el pop y los cl¨¢sicos, edita un disco con Omara Portuondo y Carlinhos Brown
M¨¢s de 400 conciertos acompa?ando a Ibrahim Ferrer, con quien se dio a conocer y a quien echa "much¨ªsimo de menos". El pianista Roberto Fonseca (La Habana, 1975) -que gusta del funk, el soul, la cl¨¢sica, el pop, la tradici¨®n afrocubana o el jazz- ha producido, con Nick Gold, Mi sue?o, el disco p¨®stumo de boleros de Ferrer. "Nos sent¨¢bamos a conversar en su habitaci¨®n de hotel. ?l, en camiseta. Y habl¨¢bamos de cualquier cosa. Y cada vez que toc¨¢bamos me estaba mirando y ri¨¦ndose conmigo. Y jodiendo", recuerda.
Fonseca no viene de la escuela del jazz. Ni se siente heredero de la tradici¨®n pian¨ªstica cubana. Si se le pregunta por alguna referencia su respuesta es r¨¢pida: "Lil¨ª Mart¨ªnez". Y lo justifica: "Yo estaba mezclando uno de mis discos en el estudio en La Habana y vinieron a buscarme porque necesitaban un pianista arriba para la grabaci¨®n del Guajiro Mirabal. Abro la puerta, veo a todos esos monstruos del Buena Vista, y yo cagao. Estaban escuchando No me llores m¨¢s, cantado por Arsenio Rodrigues. Y de pronto se oye 'dale Lil¨ª' y arranca el Lil¨ª ¨¦se un solo. Aquello era como un estudio de Rachmaninov, pero a lo cubano".
Aunque escuchaba a Peruch¨ªn y a Bebo Vald¨¦s, prefer¨ªa a Stevie Wonder o Earth Wind & Fire. Quiz¨¢ por eso no est¨¢ dispuesto a que le encasillen como pianista de jazz y, menos, de jazz latino: "El problema muchas veces es la agresividad. Hay que tocar r¨¢pido. Muchas notas y bloques. A ver qui¨¦n hace m¨¢s notas. Yo no quiero eso".
Fonseca se ha convertido en uno de los pianistas esenciales de nuestro tiempo. Es c¨¦lebre y desmitificador. En julio pasado estuvo tocando en el desfile de la dise?adora francesa Agn¨¨s B. en el Men's Fashion Show de Par¨ªs. "Ves modelos por televisi¨®n y de pronto est¨¢s ah¨ª usando su ropa. Todo el mundo se imagina a un m¨²sico cubano con tabaco, sombrero guajiro, camisa de guayabera o de flores, y un mojito. Yo no tomo ni fumo. Quiero que la gente sepa que en Cuba hay quien viste con traje o usa ropa igual que en otro lugar de Occidente. No s¨®lo es playa con sol, palmera y maracas. Tambi¨¦n tenemos d¨ªas lluviosos".
Fonseca, adem¨¢s de producir el disco de Ibrahim Ferrer, edita ahora su nuevo trabajo, el refinado Zamazu, en el que participan Omara Portuondo, Carlinhos Brown y Vicente Amigo. Y en producci¨®n, el brasile?o Al¨º Siqueira, responsable de discos como el de los Tribalistas. Sin dejar de ser cubano suena distinto. Hay una pieza del surafricano Abdullah Ibrahim: "Cuando lo escuch¨¦ me sac¨® de mi mundo y me puso en ?frica".
El disco empieza con el fragmento de una misa popular que canta la madre de Robertico. "Desde chiquito me fascina la dulzura que tienen los cantos a los orichas y la energ¨ªa del toque de los tambores bat¨¢s. Me impresiona c¨®mo se concentra la gente, y la fe cuando piden que se aleje lo malo". Un camino espiritual que a Fonseca le interesa particularmente: hay bat¨¢s en el intenso Clandestino y tambores abaku¨¢ en la bell¨ªsima Suspiro.
Lleg¨® Cacha¨ªto es su homenaje "a un m¨²sico que se expresa con el bajo. T¨² le pones m¨²sica cl¨¢sica a Cacha¨ªto y ¨¦l te sigue; le pones a tocar jazz y lo hace bien; le pones a tocar hip-hop y tambi¨¦n. Lo hace f¨¢cil porque se lo plantea f¨¢cil. Si tienes todo el conocimiento y el dominio del instrumento deja que el cuerpo te lleve".
Fonseca toc¨® con Herbie Hancock en Tokio en 2002. "Al final del concierto hac¨ªa una jam con ordenadores y dj's. Le oigo decir: 'Quiero invitar a fulano, mengano y sultano, y a Roberto Fonseca'. Me qued¨¦ petrificado. Empieza a tocar el piano conmigo y se levanta para dirigir. Yo pensaba 'no me puedo creer que yo est¨¦ aqu¨ª'. Con Wayne Shorter, Michael Brecker... La gente se volvi¨® loca".
Roberto Fonseca toca en quinteto ma?ana en Madrid (Clamores) y el viernes en Barcelona (L'Auditori).
Babelia
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