"El arte sirve para hacer memoria"
El escultor luso Jo?o Cutileiro inaugura en Santiago la muestra 'A visita de Proserpina'
"Comenc¨¦ en el oficio con cinco o seis a?os, era muy peque?o. Pero no recuerdo por qu¨¦". Quien habla es Jo?o Cutileiro (Lisboa, 1937), una de las figuras centrales de la escultura portuguesa contempor¨¢nea y, a decir de los expertos en la materia, el responsable de dinamitar la hegemon¨ªa est¨¦tica de la "estatuaria salazarista". La escultura, el oficio al que se refiere Cutileiro inaugura esta tarde en el Pazo de Fonseca de Santiago de Compostela la exposici¨®n A visita de Proserpina, organizada por la Vicerreitor¨ªa de Cultura de la Universidad de Santiago de Compostela y comisionada por Joaquim Caetano, director del museo de ?vora.
"Pero la escultura en el Estado Novo de Salazar era acad¨¦mica, no cl¨¢sica", matiza Jo?o Cutileiro cuando se le pregunta por el clasicismo de su obra. A visita de Proserpina re¨²ne trabajos de Cutileiro de los ¨²ltimos diez a?os, en los que se aprecia aquello que la cr¨ªtica de su pa¨ªs denomin¨® "dial¨¦ctica entre lo cl¨¢sico y lo moderno de la etapa m¨¢s experimental de Cutileiro". Con una sinceridad que apenas casa con la imagen de trascendencia del artista medio, el escultor explica que fue Joaquim Caetano quien se encarg¨® de "la selecci¨®n de piezas y de bautizar la muestra". "El t¨ªtulo de la exposici¨®n tiene sentido para el comisario, para m¨ª no", dice juguet¨®n ante la mirada severa de Caetano. "No constru¨ª las piezas de A visita de Proserpina con intenci¨®n de exponerlas juntas", confiesa.
"Me influyen incluso los artistas malos, que ense?an a no hacer, c¨®mo no hacer", dice.
Para Jo?o Cutileiro, no existen distinciones entre escultura y monumento. "El monumento es s¨®lo una de las formas de hacer escultura", afirma. El Memorial 25 de abril, situado en el parque Eduardo VII de Lisboa, fue, quiz¨¢s, su obra m¨¢s pol¨¦mica. "Hubo pol¨¦mica, gracias a Dios", ironiza. Preguntado por la funci¨®n de estos discutidos homenajes escult¨®ricos, Cutileiro no los diferencia de las dem¨¢s artes visuales: "Hacer memoria, quedarnos con una imagen de lo que creemos importante, ?imagina una humanidad sin memoria?" El escultor lisboeta niega que al poder no le interese la memoria. "Le interesa que haya memoria de ¨¦l y no de los poderes anteriores". Y opina divertido: "Nadie quiere acordarse del ex marido de su mujer".
Jo?o Cutileiro no advierte un peligro en que las artes se vuelvan un objeto decorativo en las sociedades occidentales. "Las artes siempre fueron decoraci¨®n y, al mismo tiempo, perpetuaci¨®n, memorial, cosas que hacemos para no olvidar cualquier otra cosa que fue importante", teoriza. El autor de A visita de Proserpina tambi¨¦n recuerda las propiedades m¨¢gicas de la escultura. "Desde los menhires a las tallas de santos de las iglesias", y se?ala a la ciudad que acoge la entrevista, "o la ciudad de Santiago de Compostela, entera".
Cutileiro, que a los 14 a?os realiz¨® su primera exposici¨®n individual en una tienda de m¨¢quinas de coser, qued¨® marcado por una visita a Florencia donde entr¨® en contacto con la obra de Miguel ?ngel. En esa ¨¦poca decant¨® su vocaci¨®n art¨ªstica hacia la escultura y escogi¨®, apart¨¢ndose del bronce, el m¨¢rmol como material de su trabajo. "A m¨ª me influenciaron todos los artistas que conoc¨ª", declara, "incluso los malos, que ense?an a no hacer, c¨®mo no hacer, a decir 'en esta no caigo yo".
El escultor portugu¨¦s habla de la indiferencia de su pa¨ªs respecto a Galicia. "Es un amor no correspondido, sin ninguna duda". "No se trata de que los portugueses demos la espalda a Galicia, es que a menudo ni sabemos que existe", termina.
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