La cara amable del islamismo
Abdul¨¢ G¨¹l encarna un talante europe¨ªsta y modernizador
Hayr¨¹nnisa, la esposa de Abdul¨¢ G¨¹l y madre de sus tres hijos, es bien conocida -al igual que Emine, la mujer de Recep Tayyip Erdogan- en las revistas femeninas turcas por sus lujosos pa?uelos estampados de Herm¨¦s y sus fulares dorados de Dior, con los que ambas cubren la cabeza en la m¨¢s estricta tradici¨®n isl¨¢mica. Nunca han sido invitadas al palacio de ?ankaya, residencia del jefe del Estado en una colina del centro de Ankara.
Turqu¨ªa proh¨ªbe el uso del velo isl¨¢mico en la Administraci¨®n y en los centros oficiales, como las universidades, y est¨¢ por ver cu¨¢l ser¨¢ la reacci¨®n de los generales, de los jueces y grandes empresarios defensores del Estado laico en sus visitas al palacio de ?ankaya a partir del pr¨®ximo 16 de mayo, cuando expira el mandato del actual presidente, el magistrado laico y kemalista Ahmet Necdet Sezer. Pero sin duda Hayr¨¹nnisa se dejar¨¢ ver poco por las salas de audiencias y recepciones, siempre repletas de ciudadanos con memoriales de agravios en la mejor tradici¨®n otomana.
A finales de los noventa, los militares derrocaron al islamista Necmettin Erbakan sin necesidad de sacar los tanques a la calle. G¨¹l era una figura emergente en el primer Gobierno presidido por un islamista de la Turqu¨ªa moderna, donde lleg¨® a ocupar los cargos de portavoz del Ejecutivo y secretario de Estado para Relaciones Exteriores. "El problema de Turqu¨ªa no es el conflicto entre islamismo o laicismo, sino entre dictadura o democracia", explicaba entonces un airado G¨¹l en su min¨²sculo y destartalado despacho parlamentario.
A?os despu¨¦s, parec¨ªa estar mucho m¨¢s relajado en una suite del hotel Ritz de Madrid, tras haber recibido el pleno apoyo del Gobierno espa?ol para el ingreso de Turqu¨ªa en la UE. "Necesitamos a Europa y Europa nos necesita", reconoci¨® entonces a EL PA?S el hasta ahora ministro de Exteriores turco.
Mano derecha de Erdogan
Mano derecha de Erdogan, ambos encarnan la f¨®rmula de ¨¦xito del islamismo pol¨ªtico en Turqu¨ªa: un pa¨ªs que ped¨ªa a gritos un relevo generacional y reformas democr¨¢ticas modernizadoras para superar m¨¢s de tres cuartos de siglo de kemalismo.
G¨¹l es la cara amable del islamismo turco. Su fluidez con el ingl¨¦s y su talante afable le han abierto las puertas de las canciller¨ªas europeas y la complicidad de los diplom¨¢ticos occidentales en Ankara. Nacido en Kayseri (centro de Turqu¨ªa) hace 56 a?os, G¨¹l representa a la nueva clase dirigente turca procedente del interior del pa¨ªs, que est¨¢ desplazando a las tradicionales ¨¦lites turcas de la costa mediterr¨¢nea. Tras estudiar Econom¨ªa en Estambul, G¨¹l complet¨® su formaci¨®n en Londres e inici¨® una prometedora carrera en la banca internacional que le llev¨® hasta el Banco de Desarrollo Isl¨¢mico en Yed¨¢, en Arabia Saud¨ª. All¨ª fue fichado por el patriarca del islamismo turco, Erbakan, quien le incorpor¨® a las listas electorales del Partido del Bienestar en 1991. Desde entonces, G¨¹l no ha dejado de ser diputado por la circunscripci¨®n de su provincia natal.
Erdogan -el carisma- y G¨¹l -la raz¨®n-, se juramentaron en el a?o 2000 para no volver a caer en el mismo error que sus predecesores y aglutinaron a los sectores m¨¢s din¨¢micos del islamismo en el Partido de la Justicia y el Desarrollo. Hasta tal punto forman equipo que, cuando Erdogan no pudo ser elegido diputado en 2002 a causa de su condena a prisi¨®n por leer unos versos isl¨¢micos, G¨¹l fue primer ministro durante cinco meses hasta que su jefe de filas logr¨® el acta parlamentaria en una elecci¨®n parcial. Mientras, se escabull¨® de la presi¨®n de EE UU para atacar Irak desde el norte.
Hoy son los due?os del Gobierno y el Parlamento de Turqu¨ªa. Y a partir del d¨ªa 9 de mayo, previsiblemente tambi¨¦n de la presidencia durante los pr¨®ximos siete a?os. Desde Atat¨¹rk, nadie como ellos ha logrado acumular tanto poder en Turqu¨ªa.
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