El fiscal eleva 20 a?os la pena para el presunto asesino de Tom¨¢s y Valiente
Bienzobas reconoci¨® su militancia en ETA y se neg¨® a declarar
El fiscal jefe de la Audiencia Nacional, Javier Zaragoza, elev¨® ayer de 52 a 72 a?os de c¨¢rcel la petici¨®n para el etarra Jon Bienzobas, juzgado por el asesinato del ex presidente del Tribunal Constitucional Francisco Tom¨¢s y Valiente en su despacho de la Facultad de Derecho de la Universidad Aut¨®noma el 14 de febrero de 1996. Once a?os despu¨¦s, Bienzobas asisti¨® a su juicio en una actitud distante e indiferente, paseando en c¨ªrculo por el habit¨¢culo blindado de la Sala Antiterrorista. Se neg¨® a declarar, aunque admiti¨® su militancia en ETA.
Descartada la participaci¨®n de Bienzobas, que no consigui¨® impresionar al tribunal con la vieja f¨®rmula de no reconocer a ning¨²n juez que pueda juzgarle a ¨¦l, la vista se centr¨® en el testimonio de los estudiantes que en la ma?ana de San Valent¨ªn de 1996 escucharon tres detonaciones y vieron salir a un sujeto "delgado, moreno, bajo, con gafas y muy delgadito" del despacho universitario de Tom¨¢s y Valiente con una pistola humeante en la mano. Bienzobas ya no lleva gafas y salvo por un pendiente en la oreja, la descripci¨®n era calcada de la del paseante del habit¨¢culo. Una identificaci¨®n m¨¢s meritoria si se tiene en cuenta que el testigo no ten¨ªa a la vista al procesado, del que le separaba la cortina que se desliza sobre el cristal antibalas para preservar la identidad de los testigos protegidos.
Lo dem¨¢s estudiantes coincidieron sobre todo en su delgadez, en el pelo moreno y las gafas. Y en el ca?¨®n "humeante" de la pistola que portaba en la mano derecha, mientras se ocultaba la boca y parte del rostro con la izquierda. Los polic¨ªas que instruyeron las primeras diligencias recordaron que seis personas identificaron al asesino por las fotograf¨ªas de un ¨¢lbum, entre m¨¢s de un centenar de instant¨¢neas de etarras huidos de sus domicilios. Todos se?alaron la n¨²mero 12, la que correspond¨ªa a Jon Bienzobas, y varios lo hicieron "sin ning¨²n g¨¦nero de dudas".
El primer testigo, que entonces estudiaba 5? de Derecho, fue de los primeros en entrar al despacho de Tom¨¢s y Valiente tras la huida del asesino. "Le vi echado hacia atr¨¢s, todav¨ªa en la silla, pero en posici¨®n casi horizontal. Tenia mucha sangre en el cuerpo y en la cara. En uno de los p¨®mulos ten¨ªa un disparo, pero pr¨¢cticamente no sangraba y su rostro, su semblante, era tranquilo".
Movimiento defensivo
Cuando entr¨® su asesino en el despacho, Tom¨¢s y Valiente hablaba por tel¨¦fono con el catedr¨¢tico El¨ªas D¨ªaz. Los peritos describieron la trayectoria de los proyectiles y los impactos que presentaba en la cabeza. Una de las balas le llev¨® parte de un dedo, se?al habitual de haber hecho un movimiento defensivo con la mano frente al arma que le apuntaba.
Entre dos profesores de Derecho Penal, un estudiante de Historia del Derecho y el primer testigo le sacaron para llevarle a un hospital, pero en el garaje se percataron de que hab¨ªa fallecido. El cuerpo del ex presidente del Constitucional qued¨® all¨ª hasta que lleg¨® la polic¨ªa.
Otro de los estudiantes record¨® que el asesino, al cruzarse con ellos, les enca?on¨® con la pistola y les amenaz¨®: "Si me mir¨¢is os mato". Despu¨¦s desapareci¨®, "andando velozmente pero sin correr" y baj¨® por las escaleras, donde le esperaba una joven, presuntamente la etarra Mar¨ªa Jes¨²s Arriaga. Ambos huyeron en un coche en el que les esperaba un tercer miembro del comando. En la huida dejaron el veh¨ªculo en la calle Isla de Java, con un explosivo que estall¨® sobre las 11,30 de la ma?ana, causando heridas leves a cuatro personas que se encontraban en las cercan¨ªas.
El fiscal jefe de la Audiencia Nacional, Javier Zaragoza, modific¨® sus conclusiones y elev¨® en 20 a?os la petici¨®n de penas para Bienzobas: 30 a?os por el asesinato, 12 a?os por terrorismo, 6 a?os por cada uno de los cuatro delitos de lesiones y otros 6 por falsificaci¨®n de placas de matr¨ªcula. El fiscal reclam¨® 500.000 euros de indemnizaci¨®n para los herederos, excepto Miguel, uno de los hijos, para el que pidi¨® otros 400.000 por las secuelas que sufri¨® tras el asesinato de su padre y que le han impedido ejercer como profesor.
La vista fue seguida por el periodista Francisco Tom¨¢s y Valiente, uno de los cuatro hijos del catedr¨¢tico asesinado y por numerosas personalidades del mundo de la c¨¢tedra y del Derecho, entre ellas el ex presidente del Tribunal Constitucional Pedro Cruz Villal¨®n, el rector de la Universidad Aut¨®noma, ?ngel Gabilondo, el catedr¨¢tico El¨ªas D¨ªaz y profesores de la Universidad de Salamanca.
El camino desandado
El fiscal Javier Zaragoza comenz¨® su informe leyendo un art¨ªculo de Tom¨¢s y Valiente publicado en EL PA?S al d¨ªa siguiente de su asesinato, en el que hablaba del terrorismo o de ETA y que acababa diciendo: "Cada vez que matan a un hombre en la calle, nos matan un poco a cada uno de nosotros".
Tom¨¢s y Valiente preven¨ªa en aquel art¨ªculo contra la "tentaci¨®n" de "la fragmentaci¨®n interna de las fuerzas pol¨ªticas democr¨¢ticas en su necesario frente com¨²n contra los criminales del terror". "Se hab¨ªa avanzando mucho en ese camino", a?ad¨ªa el catedr¨¢tico, "y en poco tiempo, se ha desandado casi todo".
"Todos los cr¨ªmenes tienen un componente de cobard¨ªa, vileza, y ruindad", sigui¨® el fiscal, "pero ¨¦ste tiene un factor adicional de extrema gravedad: se asesina al primer defensor del Estado de derecho, que contribuy¨® de forma decisiva a que las libertades y derechos fueran respetados. Gracias a los esfuerzos de su v¨ªctima, su asesino ha tenido un proceso con todas las garant¨ªas. Pero superado ese tr¨¢mite, la respuesta de la Justicia ha de ser rigurosa".
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