Arte de Lucio Mu?oz en el Conde Duque

Los d¨ªas feriados que se avecinan permiten a forasteros y residentes visitar en la capital una exposici¨®n sobre la obra de un hombre, Lucio Mu?oz, que supo extraer poes¨ªa, m¨²sica y, al decir de la cr¨ªtica, casi vida, de un pu?ado de maderas cincelado por sus manos llenas de gracia y desenvoltura. La cita es en el Cuartel del Conde Duque.

Madrile?o nacido en la plaza del Carmen en 1929, dedic¨® su vida, culminada en 1998, a un arte peculiarmente suyo, del que supo hacer brotar, desde el hond¨®n de la elementalidad mat¨¦rica, el destello de su talento pl¨¢stico, el mismo que diera entidad e iluminara a una generaci¨®n de artistas y amigos espa?oles agrupada bajo la et¨¦rea etiqueta del informalismo; en ella militar¨ªan intermitentemente desde Mart¨ªn Chirino a Antonio Saura, de Momp¨® a Equipo Cr¨®nica.

La exposici¨®n, abierta hasta septiembre, re¨²ne 51 obras suyas, 24 de sus compa?eros de generaci¨®n, pertenecientes a su colecci¨®n propia; ocho de ellas permanecer¨¢n legadas durante dos a?os al municipal Museo de Arte Contempor¨¢neo, que ha querido evocar la impronta pl¨¢stica de Lucio Mu?oz dedic¨¢ndole una sala especial, una suerte de remanso porticado en la segunda planta del museo, albergue de algunas obras de las mejores vanguardias hispanas. Lucio, que as¨ª firmaba sus obras hasta que a?adi¨® su apellido paterno -el materno era Mart¨ªnez-, pas¨® su infancia entre la escuela y el f¨²tbol en plena Gran V¨ªa, explica su hijo Rodrigo que, junto a Eduardo Alaminos, director del municipal Museo de Arte Contempor¨¢neo, ha comisariado esta muestra, complementada de un cat¨¢logo con r¨²bricas como las de S¨¢enz de Oiza, Moreno Galv¨¢n, Cirlot o Santiago Am¨®n.

Eran d¨ªas luminosos en los que germinaba en ¨¦l una propensi¨®n irresistible hacia la creaci¨®n, que encauzar¨ªa bajo el maestrazgo del pintor Eduardo Pe?a y del grabador Navarro. En la Real Academia de San Fernando obtiene excelentes calificaciones, en colorido y dibujo se?aladamente, mientras trabaja junto a Eduardo Chicharro, pintor y poeta de sensitiva espiritualidad oriental. Lucio viaja a Italia y a Par¨ªs, donde conoce a Amalia Avia, pintora tambi¨¦n, con la que contraer¨ªa matrimonio. Con un atribulado individualismo, tan hisp¨¢nico, se impregna de las influencias all¨ª reinantes.

Comienza a experimentar sobre el lienzo y descubre que la tela no soporta su anhelo por integrar en ella materiales compactos repletos de tensi¨®n y plasticidad, "embebidos de tiempo", explica Alaminos. Incrusta pues la madera y all¨ª queda para siempre en su obra, que gana esplendor supremo en Ciudad inacabada, mural que tachona el parlamento regional madrile?o.

Lucio Mu?oz, elevado m¨¢s all¨¢ de su amistoso contorno, logra a¨²n hoy un fulgor expresivo que deslumbra y conmueve a cuantos llega, porque confirma que, trenzado entre los mimbres m¨¢s rec¨®nditos de la materia, vive el esp¨ªritu su primera residencia.

Lucio Mu?oz (1929-1998). Identidad pl¨¢stica de una generaci¨®n. Martes a s¨¢bado, de 10.00 a 14.00 y de 17.30 a 21.00. Domingos y festivos, del 10.30 a 14.30. Lunes, cerrado.