Listas para burlar
?Tiene inter¨¦s Batasuna en participar en las elecciones del 27 de mayo? Seguramente s¨ª, pero s¨®lo si consigue hacerlo burlando la ley. Para Batasuna, m¨¢s importante que el fin es c¨®mo alcanzarlo: no someti¨¦ndose a las normas comunes; imponiendo su legalidad por v¨ªa de hecho, incluso mediante la amenaza. Esa caracter¨ªstica heredada de ETA explica el embrollo que han montado, cuando ten¨ªan la posibilidad de participar legalmente con una condici¨®n tan sencilla (y tan l¨®gica) como expresar un rechazo claro al terrorismo.
Batasuna fue ilegalizada en 2003 por razones democr¨¢ticas: no pod¨ªa participar en las elecciones y recibir subvenciones p¨²blicas un partido que formaba parte de un entramado que se consideraba con derecho a asesinar (o hacer la vida imposible) a los candidatos y representantes de los dem¨¢s partidos. Desde entonces ha desperdiciado todas las oportunidades de desmarcarse de ese entramado. La ¨²ltima, en relaci¨®n con la entrevista de los encapuchados del pasado d¨ªa 8: ETA condicionaba impl¨ªcitamente el mantenimiento de lo que consideraba el alto el fuego vigente a que no se impidiera la participaci¨®n electoral de la izquierda abertzale. Habr¨ªa sido l¨®gico que Otegi saliera por televisi¨®n diciendo que Batasuna se cre¨ªa con derecho a participar en las elecciones, pero que no aceptaba que ello fuera condici¨®n para no matar.
Al no hacerlo, Batasuna transmite el mensaje de que admite que la amenaza de la banda es un argumento v¨¢lido para la defensa de lo que considera su derecho. Mientras ¨¦sa sea la situaci¨®n, es l¨®gico que las instituciones intenten mantenerla fuera de la legalidad. La decisi¨®n corresponde a los tribunales, pero la iniciativa de la impugnaci¨®n, al Gobierno y a la Fiscal¨ªa General. As¨ª lo hicieron en el caso del partido ASB, con nombre nuevo pero los mismos promotores. Tambi¨¦n es l¨®gico que recurran las agrupaciones electorales locales presentadas con el mismo fin de esquivar la prohibici¨®n. Para que la impugnaci¨®n prospere bastar¨ªa, de acuerdo con la Ley Electoral, con demostrar que existe una intenci¨®n de dar continuidad al partido ilegalizado; lo cual no parece dif¨ªcil.
El problema se plantea con las listas de ANV, un partido legal desde 1977 y en cuyos estatutos se rechaza la violencia. Siendo legal, para ilegalizarlo no bastar¨ªa con demostrar que intenta dar continuidad a Batasuna, sino que est¨¢ vinculado a ETA: esto no es f¨¢cil. Pero no es el mismo caso de EHAK, el partido para el que pidi¨® el voto Batasuna en 2005. ANV form¨® parte de Herri Batasuna cuando funcion¨® como coalici¨®n, por lo que tal vez podr¨ªa considerarse que la prohibici¨®n del todo le afecta como parte. Pero tampoco est¨¢ suficientemente claro, puesto que luego se desvincul¨® de Batasuna.
Es un caso dudoso, para cuya resoluci¨®n no podr¨¢ dejar de considerarse la inverosimilitud de que un partido que hasta ahora contaba con unos pocos simpatizantes pueda llenar cientos de candidaturas si no es con la participaci¨®n directa de Batasuna; cosa que por otra parte se refleja en la presencia en todas ellas de alg¨²n miembro de ese partido. De momento, lo ¨²nico seguro es que el Gobierno debe intentar por todos los medios legales a su alcance evitar la presencia electoral fraudulenta de Batasuna.
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