Manifiesto contra el odio
Hay un ni?o que sufre la futura ausencia del reba?o y un joven cuyo primo orina las losas del cementerio y un abuelo silencioso y un extranjero que mata sin clemencia y alg¨²n otro que se intimida con las voces de los dem¨¢s. Ellos son personajes de los relatos de Ram¨®n Ac¨ªn (Piedrahita de Jaca, Huesca, 1953), protagonistas que padecen odio: sufri¨¦ndolo o destil¨¢ndolo. En Hermanos de sangre, el odio es un sentimiento aquilatado por lazos familiares o amistades o amores que son o han sido. Es una corriente maligna que discurre entre los m¨¢s pr¨®ximos y se alimenta con la cotidiana letan¨ªa de reproches y venganza.
En el texto, Ac¨ªn subraya
HERMANOS DE SANGRE
Ram¨®n Ac¨ªn
P¨¢ginas de Espuma
Madrid, 2007
132 p¨¢ginas. 13 euros
el estado de alerta frente al semejante. Los personajes: el ni?o, el maestro, el primo o el pastor se ahogan en silencios, maledicencias, encubrimientos y revelaciones provenientes de voces cercanas. Los relatos de Hermanos de sangre se nutren de conversaciones infectadas por la Guerra Civil, del terrible designio de las consignas familiares. El autor expone el odio enraizado en el conocimiento del otro, por eso v¨ªctima y verdugo intercambian papeles escupi¨¦ndose recuerdos y desvelando historias de una enemistad fratricida.
Ram¨®n Ac¨ªn, autor entre otras obras de La marea y Cinco mujeres en la vida de un hombre, tiene inter¨¦s por exorcizar las broncas familiares y las luces y las sombras de un pasado cuchicheado, pues sin someter a sus personajes a examen de conciencia hace buena cr¨®nica del desorden sentimental que provoca el odio, ya provenga de una guerra o de perversos desencuentros. En su contra y a pesar de lo directo de esa exposici¨®n, est¨¢ el verbo excesivo que merma naturalidad al drama que se cuenta, cuando menos para esta lectora, de modo que a veces la fuerza est¨¢ m¨¢s en la imagen que se recrea, en el gesto recordado que en las palabras que describen ese odio tangible y rutinario. Hermanos de sangre es un manifiesto contra el horror a odiar y ser odiado por el m¨¢s pr¨®ximo que es al fin y al cabo quien m¨¢s dolor provoca.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.