El blindaje del PP

Era muy conveniente para el sosiego de las huestes valencianas del PP que el m¨¢s acreditado de sus augures, el consejero de Sanidad Rafael Blasco, vaticinase los resultados de los pr¨®ximos comicios del 27 de mayo. Sin necesidad de escudri?ar las entra?as de una bestia o interpretar el vuelo de las aves, y sin siquiera tener a mano sondeos de opini¨®n recientes, el gur¨² ha tranquilizado a la parroquia asegurando que los populares revalidar¨¢n con 53 diputados la mayor¨ªa absoluta en las elecciones auton¨®micas. La suma de la oposici¨®n -PSPV y Comprom¨ªs pel Pais Valenci¨¤- s¨®lo alcanzar¨ªa 46 esca?os.

Y todos contentos, o casi. Los unos, por la confirmaci¨®n de un nuevo mandato hegem¨®nico, y los otros por que, en realidad, esperaban una predicci¨®n m¨¢s pesimista. Esa diferencia de ¨²nicamente siete diputados era impensable hace tan solo unos meses y en cambio ahora, de atenernos a esos pron¨®sticos, se confirmar¨ªa el acierto de la reagrupaci¨®n electoral de la izquierda, la recuperaci¨®n de la clientela e incluso la viabilidad de un gobierno tripartito, cada d¨ªa menos ut¨®pico.

De ah¨ª que el aludido contento se nos antoja m¨¢s perceptible en el frente de la oposici¨®n, donde cualquier debilidad o aparente error de la derecha se interpretan como un signo del cambio que se pespunta. Y en este sentido no han sido pocos los episodios que delatan la inseguridad y hasta nerviosismo de los conservadores, puestos a la defensiva y blindados contra las iniciativas electorales de la izquierda, que ni han sido tantas ni en modo alguno desaforadas.

Certifica lo dicho el severo veto al v¨ªdeo-denuncia Ja en tenim prou, cuya proyecci¨®n se ha prohibido en todo el ¨¢mbito oficial, incluidas las universidades p¨²blicas, lo que no deja de ser una interferencia en una autonom¨ªa docente y administrativa que nunca ha sido grata a la derecha m¨¢s carca. Sin juzgar el contenido de este largometraje, lo bien cierto es que la decisi¨®n de la Junta Electoral promovida por el PP no ha conseguido otra cosa que avivar el inter¨¦s por el documental, subrayar el instinto censor y at¨¢vico del Gobierno de Francisco Camps y consolidar un eslogan -el mentado t¨ªtulo- com¨²nmente celebrado por todos los dem¨®cratas progresistas.

El v¨ªdeo, como es sabido, responde especialmente al severo bloqueo informativo que el PP y sus sat¨¦lites medi¨¢ticos imponen a la oposici¨®n, con menci¨®n especial de la radio y televisi¨®n p¨²blica auton¨®micas, secuestradas con un rigor y descaro que nos remiten a los a?os del franquismo. Una cerraz¨®n que legitima cualquier medio alternativo que, sin franquear el c¨®digo penal, sirva para divulgar los aspectos de la realidad que el poder se obstina en manipular u ocultar, en todo momento, pero sobre todo en v¨ªsperas electorales, cuando prima el discurso euf¨®rico.

Otra muestra de la anotada actitud defensiva es el rechazo del debate p¨²blico por parte de los l¨ªderes populares. Huyen del mismo como gatos escaldados y por eso no han comparecido en el encuentro de los principales candidatos convocado esta semana por la Universidad de Valencia. La verdad es que el l¨ªder del PP o quien le hubiese representado ten¨ªan poco que ganar y mucho que perder en esa confrontaci¨®n dial¨¦ctica amparada en un marco cualificado, como es el docente, donde no son de recibo la demagogia mitinera, la hip¨¦rbole ni la ortopedia de un plat¨® televisivo d¨®cil donde nadie inquiere ni replica sin haber acordado previamente el gui¨®n y hasta las respuestas. Demasiado aventurado, al parecer, eso de v¨¦rselas a pecho descubierto con Ignasi Pla y Gl¨°ria Marcos.

Imaginamos que poco o nada va a cambiar en el resto de la campa?a. Ni habr¨¢ debates ni se le dar¨¢ cuartel medi¨¢tico a la oposici¨®n, que habr¨¢ de recurrir al ingenio y al sobreesfuerzo para transmitir su programa y m¨¢s a¨²n su cr¨ªtica. Pero as¨ª ha venido siendo desde que el campsismo ha sentado sus reales y, a pesar de ello, se han estrechado las diferencias electorales, propici¨¢ndose incluso la posibilidad de un vuelco en la Generalitat que, de darse, habr¨ªa de emprender como tarea prioritaria la democratizaci¨®n de los medios informativos de titularidad p¨²blica que el PP ha sumido en la miseria autocr¨¢tica.