Jes¨²s, seg¨²n el Papa
Un libro de Benedicto XVI afirma que Jesucristo fue influido por la secta esenia y ejecutado por blasfemo
El cristianismo se distingue de cualquier otra gran religi¨®n en un elemento esencial: proclama que Dios se hizo hombre en un momento concreto de la historia. La existencia real de Jes¨²s, nacido hacia el final del reinado de Herodes el Grande y crucificado cuando Poncio Pilato era gobernador romano de Judea, es un hecho indiscutible para el creyente. La investigaci¨®n sobre la figura de Jes¨²s ha conducido, sin embargo, a una creciente divergencia entre el "Jes¨²s hist¨®rico" y el "Jes¨²s de la fe".
El te¨®logo Joseph Ratzinger, actual cabeza de la Iglesia cat¨®lica como papa Benedicto XVI, ha intentado resolver ese problema "dram¨¢tico" con una obra titulada Jes¨²s de Nazaret. No aporta grandes novedades y no se adentra en cuestiones "biogr¨¢ficas", pero indica que Juan el Bautista "y quiz¨¢ Jes¨²s y su familia" estuvieron relacionados con la secta de los esenios. Y asegura que Jes¨²s no fue ejecutado por razones pol¨ªticas, sino por blasfemia.
Los esenios rechazaban la violencia, compart¨ªan sus bienes y cre¨ªan en el para¨ªso y en el infierno
Ning¨²n papa hab¨ªa osado involucrarse en el debate sobre el perfil humano de Jes¨²s
Ning¨²n papa hab¨ªa osado hasta ahora involucrarse en el complejo debate sobre el perfil humano de Jes¨²s y las circunstancias concretas de su vida. Ratzinger advierte que lo hace como estudioso, no como pont¨ªfice, y se declara dispuesto a asumir cr¨ªticas y pol¨¦micas. Parte de la veracidad completa de los evangelios, incluido el cuarto, el de Juan, que muchos biblistas consideran una tard¨ªa elaboraci¨®n cristol¨®gica (Ratzinger lo atribuye al "presb¨ªtero Juan", alumno de un ap¨®stol "relacionado con la aristocracia sacerdotal de Jerusal¨¦n"), y admite que su interpretaci¨®n "requiere de la fe", pero "no renuncia en absoluto a la seriedad hist¨®rica".
Al situar a Jes¨²s en un contexto esenio, Ratzinger se une a una corriente muy vigorosa desde el descubrimiento, en 1947, de los manuscritos de Qumran. Los esenios, autores de esos manuscritos, eran una secta de origen oscuro, surgida al menos un siglo antes del nacimiento de Jes¨²s. Rechazaban el culto del templo de Jerusal¨¦n y, a diferencia de los saduceos y los fariseos, consideraban el celibato una virtud.
"Los manuscritos de Qumran presentan m¨²ltiples puntos de contacto con el anuncio cristiano", admite Benedicto XVI. Jes¨²s no fue, seg¨²n el Papa, un innovador radical desde el punto de vista de la doctrina. Los esenios rechazaban la violencia, compart¨ªan sus bienes y cre¨ªan en la inmortalidad del alma, el juicio final, la resurrecci¨®n, el para¨ªso para los justos y el infierno para los pecado-res.
Jes¨²s, sin embargo, no vivi¨® "apartado" de los impuros, como hac¨ªan los esenios. El Papa afirma que al designar a sus ap¨®stoles form¨® un grupo pol¨ªtica y religiosamente heterog¨¦neo. Eligi¨® a dos miembros del movimiento zelote (doctrinalmente estricto y partidario de la lucha armada contra los romanos), Sim¨®n y Judas Iscariote; un publicano (colaboracionista con los romanos), Levi-Mateo; cuatro pescadores: Sim¨®n-Pedro (jefe de una cooperativa), Andr¨¦s, Juan y Santiago; y dos hombres de nombre griego y probable cultura helen¨ªstica, Felipe y Andr¨¦s.
Benedicto XVI asegura que el mesianismo de Jes¨²s se distingui¨® del mesianismo pol¨ªtico y antirromano mayoritario en la Palestina del primer siglo. Pone como ejemplo que, en el proceso judicial, Poncio Pilato propuso a una indeterminada multitud que eligiera entre liberar a Jes¨²s o Barrab¨¢s, un "combatiente de la resistencia" y "figura mesi¨¢nica" acusado de homicidio. Barrab¨¢s (Bar-Abbas) significa "Hijo del Padre", lo que acent¨²a el paralelismo entre los dos "mes¨ªas".
?Por qu¨¦ fue crucificado Jes¨²s? Los historiadores contempor¨¢neos tienden a considerar que las autoridades romanas, las ¨²nicas que pod¨ªan ejecutar a un reo, le condenaron a muerte por su significaci¨®n pol¨ªtica y su protagonismo en disturbios callejeros (la irrupci¨®n violenta en el templo). Benedicto XVI recupera una interpretaci¨®n m¨¢s tradicional: fueron los sacerdotes del templo, y en general los jud¨ªos, los que exigieron a Poncio Pilato que acabara con Jes¨²s, reo de la blasfemia m¨¢s grave porque se autoproclamaba Dios.
Muy pocos biblistas consideran que Jes¨²s llegara a proclamarse de naturaleza divina, al menos de forma clara. Ratzinger no es biblista, sino te¨®logo, y no admite que la identificaci¨®n entre Jes¨²s y Dios fuera una "deducci¨®n" posterior, motivada por la fe en la resurrecci¨®n del crucificado.
El libro Jes¨²s de Nazaret es s¨®lo una primera parte, publicada, seg¨²n indica el Papa en el pr¨®logo, "porque no s¨¦ cu¨¢nto tiempo y cu¨¢ntas fuerzas me ser¨¢n a¨²n concedidas".
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