El ba?o
Tras el derby mediocre de ayer, 0-0 y a casa, el Roma y el Lazio cierran la temporada. Ya est¨¢ todo vendido. El Roma terminar¨¢ segundo y clasificado para la Liga de Campeones; el Lazio, tercero o cuarto, jugar¨¢ los preliminares de ese torneo. Los romanistas quedan por delante de sus rivales y, en teor¨ªa, deber¨ªan estar m¨¢s contentos. En realidad, no lo est¨¢n. El alivio llegar¨¢ con el tiempo, cuando los a?os difuminen ciertos recuerdos y resalten otros. Los resultados se guardan en la memoria y amarillean como el papel. Las leyendas metropolitanas gozan de vida propia y no se marchitan jam¨¢s.
La gente giallorossa tiene a¨²n clavada en el coraz¨®n la estaca de Manchester. Aquel 7-1 dej¨® por los suelos su discreto prestigio internacional y propici¨® decenas de chistes. Menos abrumador, pero no menos doloroso, fue el rotundo 3-0 con que el Lazio gan¨® el derby de la primera vuelta. Aunque la clasificaci¨®n final favorezca al Roma, los enfrentamientos directos y el 7-1 ingl¨¦s pintan una sonrisa en los labios laziales.
Delio Rossi se zambull¨® en el agua de la fuente. No estaba tan fr¨ªa. Unos 40 hinchas del Roma hab¨ªan orinado en ella
Pero hay que tener en cuenta el ba?o.
Lo del ba?o ocurri¨® el 10 de diciembre, inmediatamente despu¨¦s del primer derby de la temporada. Delio Rossi, el entrenador del Lazio, prometi¨® a sor Paola, monja de gran autoridad entre los tifosi del equipo, que, en caso de victoria, se dar¨ªa un chapuz¨®n en la fuente del Gianicolo. No le importaba el fr¨ªo: Rossi, por entonces a¨²n muy discutido por el despido de Paolo di Canio (el de los saludos fascistas), quer¨ªa demostrar que estaba dispuesto a dar la salud por la bandera blanquiceleste.
Delio Rossi cumpli¨® su palabra. Esa misma noche, con el cuerpo caldeado por la victoria, el t¨¦cnico subi¨® al Gianicolo y, rodeado de c¨¢maras, se zambull¨® en el agua. Concluida la experiencia y bien envuelto en un albornoz, coment¨® que el agua de la fuente no estaba tan fr¨ªa como esperaba.
A la ma?ana siguiente, el diario El Romanista (el nombre hace innecesaria una explicaci¨®n sobre su tendencia) sali¨® a la calle con un titular en romanesco: "A Delio Rossi, ce sei cascato!". ?En qu¨¦ trampa hab¨ªa ca¨ªdo el pobre Rossi? El diario lo explicaba con todo lujo de detalles.
Seg¨²n El Romanista, en cuanto el ¨¢rbitro silb¨® el final, unos 40 romanistas corrieron hacia el Gianicolo y descargaron su frustraci¨®n sobre la fuente. Por decirlo de otra forma, orinaron en ella hasta deshidratarse. Poco despu¨¦s lleg¨® Rossi. Y encontr¨® el agua calentita.
No existen im¨¢genes de la haza?a mingitoria y es posible que no ocurriera. Pero la broma, cierta o falsa, dio la vuelta al ruedo en todos los medios informativos. La leyenda del ba?o templado circular¨¢ mientras existan tifosi.
Delio Rossi no prometi¨® nada para el derby de ayer. Y dif¨ªcilmente volver¨¢ a proclamar urbi et orbe su intenci¨®n de ba?arse en una fuente romana. El hombre se equivoc¨® en eso.
Durante todo el a?o ha confirmado, por otra parte, que es la gran revelaci¨®n de los banquillos. Fue un jugador mediocre y se estren¨® como t¨¦cnico profesional en 1993, con la Salernitana: el p¨²blico le pit¨® ya en el primer partido amistoso y, sin embargo, esa temporada consigui¨® el ascenso a la Serie B. Pas¨® sin pena ni gloria por el Foggia (1995) y el Pescara (1996) y en 1997 regres¨® a la Salernitana: logr¨® un nuevo ascenso, a la Serie A. Se declara alumno de Zeman, profeta del f¨²tbol ofensivo, y saca petr¨®leo de cualquier plantilla. Lo demostr¨® el a?o pasado, llevando al Lazio a la Copa de la UEFA, y lo ha demostrado ¨¦ste, enganchando el equipo a la Champions.
Carece de carisma y su sentido de la higiene resulta discutible. En cuanto a lo dem¨¢s, sabe lo que se hace.
![Rossi celebra un triunfo de su equipo.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/4SJNQNBP6D2UO67TDQ4P55OLZ4.jpg?auth=e0b27dca1d70b6037039a63f789e01aca2f3a8e2ef751e1bb2076b7a2114de73&width=414)
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