La verdad abollada
Pistas sobre cu¨¢ndo hay que creerse la versi¨®n oficial
Los periodistas solemos ser esc¨¦pticos por naturaleza, pero m¨¢s todav¨ªa cuando la versi¨®n oficial de un hecho es de dif¨ªcil comprobaci¨®n. Y en terrorismo, todo es de dif¨ªcil comprobaci¨®n, porque aparte de la versi¨®n policial nunca hay un tel¨¦fono del terrorista al que poder llamar para contrastar los datos. Adem¨¢s, los malos, en el caso improbable de que estuvieran dispuestos a hablar con el reportero, suelen estar detenidos e incomunicados.
Lo que puede ocurrir es que con el tiempo llegues a enterarte de la verdad y ¨¦sta, lamentablemente, puede presentar desde abolladuras a graves heridas porque no siempre coincide con lo que te explicaron.
Hoy les voy a contar un par de historias. ?Recuerdan los sucesos de la Foz de Lumbier? Era el mes de junio de 1990. Tres etarras del comando Nafarroa hab¨ªan mantenido un tiroteo con la Guardia Civil y se hab¨ªan refugiado en la Foz, un acantilado de piedra excavado por el r¨ªo Irati, con paredes inexpugnables para todos los que no sean escaladores expertos y una ¨²nica entrada por un angosto y oscuro t¨²nel.
Cuando la Guardia Civil consigui¨® entrar en el desfiladero, dos de los etarras, Juan Mar¨ªa Lizarralde y Susana Arregui, hab¨ªan muerto de disparos en la sien. El tercero, Germ¨¢n Rubenach, estaba malherido por un proyectil que le hab¨ªa recorrido la cara de abajo arriba.
La versi¨®n oficial proporcionada por el entonces ministro del Interior, Jos¨¦ Luis Corcuera, aseguraba que se trataba de un suicidio colectivo de los terroristas al verse rodeados. Sin embargo, los etarras hab¨ªan matado a un sargento y herido a otro en el tiroteo inicial y r¨¢pidamente corri¨® la especie de que los guardias se hab¨ªan vengado asesinando a los etarras a sangre fr¨ªa.
Era poco tiempo despu¨¦s de los GAL, ning¨²n etarra se hab¨ªa suicidado hasta entonces, las organizaciones de derechos humanos clamaban justicia y la credibilidad del ministro estaba en entredicho.
Todo invitaba a la duda, pero el papel de los guardias hab¨ªa sido poco digno. Tras el tiroteo en el que muri¨® el sargento, hab¨ªan salido en desbandada dejando v¨ªa libre durante unas horas a la huida de los terroristas. ?nicamente el que los etarras pensaran que los guardias estaban al otro lado del t¨²nel impidi¨® que huyeran.
Durante varios d¨ªas de acusaciones e insidias por parte de los medios afines a la banda terrorista, el herido de la cara destrozada, Germ¨¢n Rubenach, pudo hablar y confirm¨® que Lizarralde, el jefe del grupo, hab¨ªa disparado a Susana y luego se hab¨ªa suicidado, y que ¨¦l mismo lo hab¨ªa intentado. Hasta ETA acept¨® entonces la versi¨®n de los suicidios.
La siguiente historia tambi¨¦n es de terroristas y guardias civiles. Ocurri¨® casi por las mismas fechas, en abril de 1990, pero en las inmediaciones de Sevilla. El etarra Henri Parot fue detenido en un control rutinario en Santiponce, cuando transportaba m¨¢s de 300 kilos de explosivos con los que pretend¨ªa volar la Jefatura Superior de Polic¨ªa de Sevilla. Dos guardias hab¨ªan dado el alto al etarra, que trat¨® de huir, pero los neum¨¢ticos de su Renault quedaron destrozados en los pinchos del control. El terrorista dispar¨® contra los agentes e hiri¨® en ambos brazos al cabo primero Jos¨¦ Mar¨ªa Infante y tambi¨¦n levemente al otro.
La jefa de prensa del entonces director de la Guardia Civil, Luis Rold¨¢n, cont¨® oficialmente, aunque en petit comit¨¦, que la detenci¨®n hab¨ªa sido heroica, porque el cabo herido, un gigante de casi dos metros, al apreciar que a Parot se le hab¨ªa encasquillado la pistola, hab¨ªa saltado sobre ¨¦l y le hab¨ªa inmovilizado por el procedimiento de sentarse encima. Nuevamente la comprobaci¨®n del relato era dif¨ªcil.
Pero meses despu¨¦s, en el cuartel de Aranjuez, el d¨ªa de la patrona, los dos agentes fueron condecorados por el pr¨ªncipe Felipe. Durante el vino espa?ol me acerqu¨¦ a Infante para felicitarle por su acci¨®n y aprovech¨¦ para preguntarle por c¨®mo hab¨ªa ocurrido todo. Infante, un tipo tan grande como buena persona, me dijo que no hab¨ªa saltado sobre Parot; que, herido en los dos brazos, se hab¨ªa parapetado de los tiros tras la puerta del coche oficial y que fueron sus compa?eros los que redujeron al terrorista. La versi¨®n difundida hab¨ªa abollado la verdad.
Ahora, respecto al 11-M, la versi¨®n oficial, despreciada por los te¨®ricos de la conspiraci¨®n, apunta a que el comando islamista utiliz¨® la Goma 2 de los asturianos, frente a la versi¨®n de los conspirativos que sostiene que lo que estall¨® en los trenes es Titadyn, la dinamita usada por ETA.
Por eso, simplemente recuerden el papel de las fuerzas de seguridad en la prevenci¨®n de los atentados. La Guardia Civil sab¨ªa un a?o antes de los atentados que los asturianos Toro y Su¨¢rez Trashorras ten¨ªan 150 kilos de explosivos a disposici¨®n del mejor postor y a pesar de todo la Goma 2 lleg¨® a los islamistas. Adem¨¢s, el polic¨ªa Manol¨®n ha reconocido que m¨¢s que controlar al delincuente Trashorras, era ¨¦l quien le controlaba. Es decir, que como prevenci¨®n, un desastre.
?Sabe cu¨¢ndo hay que creerse la versi¨®n oficial? Pues siempre que el que la difunde queda fatal. No obstante, usted puede creer lo que quiera. ?Faltaba m¨¢s!
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