Sin control
George W. Bush y Vlad¨ªmir Putin est¨¢n destruyendo la arquitectura de control de armamentos existente, derivada de la bipolar guerra fr¨ªa, sin tener otra de recambio. De no hacer nada, en cinco a?os expirar¨¢n algunos de estos acuerdos bilaterales, y otros multilaterales est¨¢n en peligro. Ser¨ªa una irresponsabilidad hist¨®rica.
Fue la Administraci¨®n Bush la que para poder avanzar en su nuevo escudo, denunci¨® primero el tratado ABM, que limitaba los sistemas antimisiles de Rusia y Estados Unidos. El siguiente paso fue anunciar, como fait accompli, que instalar¨ªa un lanzador de cohetes interceptores en Polonia y un radar en la Rep¨²blica Checa. Pese la apariencia oficial de unidad, la OTAN est¨¢ dividida al respecto.
No es que a Putin le preocupe demasiado este escudo que Rusia podr¨ªa f¨¢cilmente saturar. En tiempos de su sucesi¨®n electoral controlada, Putin est¨¢ intentando aprovechar la situaci¨®n creada para desquitarse de la humillaci¨®n sentida por Rusia en los a?os noventa, aumentar su peso, poner l¨ªmites a la expansi¨®n de la Alianza Atl¨¢ntica e intentar reconstituir un cierto imperio. Su anuncio de que podr¨ªa dejar en suspenso la aplicaci¨®n del tratado CFE -retocado en 1999, ratificado por Mosc¨², pero no por EE UU ni por la OTAN-, que regula las armas convencionales en Europa, ha hecho sonar las alarmas.
Este tratado no s¨®lo limita a Rusia frente a sus vecinos. Tambi¨¦n proporciona un marco de equilibrio militar a pa¨ªses con problemas entre s¨ª, como Armenia y Azerbaiy¨¢n. Despu¨¦s podr¨ªa venir la denuncia del tratado INF, que suprimi¨® los misiles de alcance intermedio. Lo peor, como dijo Javier Solana en el II Foro de Bruselas de reflexi¨®n transatl¨¢ntica, que ha girado en torno a Rusia, es que las palabras de Putin son una "declaraci¨®n de desconfianza". Lo son.
A su vez, la Administraci¨®n Bush est¨¢ pidiendo al Congreso fondos para desarrollar dos nuevas generaciones de armas: una nueva cabeza nuclear, la primera en a?os, y otra convencional para los misiles bal¨ªsticos Trident instalados, ahora con carga at¨®mica, en los submarinos.
Ser¨ªa la primera aparici¨®n de cohetes intercontinentales no nucleares en manos de EE UU lo que, en caso de uso, podr¨ªa dar pie a tr¨¢gicas confusiones. Ambos pasos est¨¢n destinados a ampliar el abanico de opciones en manos de Washington, el primero en l¨ªnea con el intento de esta Administraci¨®n de hacer el arma at¨®mica "m¨¢s utilizable" incluso contra pa¨ªses que no la tengan, o no la tengan a¨²n.
En febrero, 22 de los mejores f¨ªsicos norteamericanos ("miembros de la profesi¨®n que cre¨® las armas nucleares", como ellos se definen), pidieron al Congreso de EE UU que prohibiera el uso de armas nucleares contra Estados que no las posean, como Ir¨¢n. La decisi¨®n sobre el uso del arma at¨®mica est¨¢ en manos del presidente de Estados Unidos. No es probable que el Congreso, que le est¨¢ echando un pulso a Bush sobre la retirada de Irak -lo que equivale a saber qui¨¦n controla a los militares-, vaya a dar tal paso.
Por su parte, la Uni¨®n de Cient¨ªficos Preocupados ha elevado su voz para intentar evitar que EE UU desarrolle el nuevo tipo de cabeza nuclear, conocida como RRW (Cabeza de Reemplazo Fiable, en sus siglas en ingl¨¦s, nombre nada neutro pues sugiere que las actuales no sirven a pesar de que, seg¨²n estos cient¨ªficos, no se han vuelto obsoletas). Estos cient¨ªficos no piden que EE UU renuncie al arma nuclear, sino que se quede con 1.000 cabezas y destruya todas las dem¨¢s.
Con la inevitable proliferaci¨®n de la energ¨ªa nuclear, la de armas at¨®micas vuelve a ser una de las preocupaciones mundiales. Con estos pasos, y con el despliegue de un escudo antimisiles, Estados Unidos no s¨®lo no contribuye a impedirla, sino que la favorece, y debilita el r¨¦gimen del TNP (Tratado de No Proliferaci¨®n). El desarrollo de una nueva generaci¨®n de cabezas nucleares podr¨ªa llevar, para probarlas, a Estados Unidos a suspender su moratoria sobre ensayos nucleares. EE UU firm¨® en 1996, pero nunca ratific¨®, el Tratado de Prohibici¨®n Total de Pruebas Nucleares.
A¨²n no es demasiado tarde. De todas formas, habr¨¢ que reinventar otro control de armamentos m¨¢s adaptado a un mundo multipolar.
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