Lamarca reprocha a Asuntos Sociales la falta de regulaci¨®n de los servicios
En el apartado de su ¨²ltimo informe ordinario en el que alude a los menores que se encuentran en una situaci¨®n de desprotecci¨®n, tanto extranjeros como nacionales, el titular del Ararteko, I?igo Lamarca, da un tir¨®n de orejas al Departamento de Vivienda y Asuntos Sociales, que encabeza Javier Madrazo, porque todav¨ªa no ha aprobado una regulaci¨®n espec¨ªfica para los centros destinados a atenderles. Es una regulaci¨®n para la que la Ley de Atenci¨®n y Protecci¨®n a la Infancia y Adolescencia establec¨ªa un plazo de un a?o desde su aprobaci¨®n, en el mes de febrero de 2005, y que todav¨ªa se encuentra pendiente.
El Defensor del Pueblo vasco considera que es necesario que exista un marco normativo claro que establezca, por ejemplo, las ratios de educadores que deben existir en cada uno de ellos o la titulaci¨®n acad¨¦mica que se debe exigir a estos profesionales. Ahora todo funciona por medio de convenios con las tres diputaciones, pero cada instituci¨®n foral puede establecer unos criterios diferentes.
La regulaci¨®n supondr¨¢, seg¨²n indica el Ararteko, una garant¨ªa de derechos tanto para los adolescentes como para los profesionales que trabajan en este tipo de centros. "No se puede olvidar", se?ala en un momento determinado de su informe, "que en muchos casos existe una relaci¨®n entre las condiciones de atenci¨®n y educaci¨®n y los conflictos: cuanto peor sean las condiciones, mayor probabilidad de que surjan problemas y situaciones no deseables".
Deber de solidaridad
La atenci¨®n a menores desprotegidos es una obligaci¨®n legal y "un deber de solidaridad que exige el compromiso de las administraciones y del conjunto de la sociedad. La colaboraci¨®n entre las distintas administraciones es absolutamente necesaria", concluye el Ararteko. Los j¨®venes deben abandonar este tipo de centros cuando llegan a la mayor¨ªa de edad.
El Defensor del Pueblo vasco reconoce tambi¨¦n en otro momento de su ¨²ltimo informe ordinario que la llegada de menores extranjeros no acompa?ados supone un fen¨®meno en el que resulta complicado efectuar previsiones sobre el futuro y, en funci¨®n de ellas, poder anticiparse a las necesidades o programar los recursos necesarios.
La obtenci¨®n de los papeles y de los diversos permisos precisos y facilitarles una preparaci¨®n adecuada para que se incorporen al mercado laboral son, seg¨²n indica el Ararteko, las ¨²nicas v¨ªas para encauzarles por el mejor camino.
Las situaciones de conflictos con menores acogidos en los citados centros, tanto espa?oles como extranjeros, han ido goteando en los ¨²ltimos tiempos, lo que tambi¨¦n ha derivado en diversoso conflictos con los consistorios en que se hallan o con grupos de vecinos.
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