Promesas de trabajo

S¨°nia Tom¨¤s Bertomeu concurrir¨¢ en el n¨²mero tres de la lista de Esquerra Republicana en su pueblo, Deltebre (Montsi¨¤), lo que no pasar¨ªa de an¨¦cdota si esta licenciada en Ciencias Pol¨ªticas no hubiera preparado la campa?a local de Converg¨¨ncia i Uni¨® (CiU) en los anteriores comicios. Su marido, adem¨¢s, es el concejal de Urbanismo de Deltebre, bajo las siglas de CiU, aunque no repetir¨¢ el 27 de mayo.

Ambos viv¨ªan en Barcelona antes de las elecciones de 2003, ¨¦l empleado como inspector medioambiental y ella como consultora de gesti¨®n p¨²blica. "Nos lleg¨® una oferta de CiU para ayudarles y aceptamos, porque quer¨ªamos volver al pueblo", recuerda. Bertomeu, al contrario de su marido, abandon¨® su trabajo con la promesa de uno nuevo despu¨¦s de unas elecciones en las que asumi¨® una campa?a "en la que CiU, en principio, no ten¨ªa que ganar, pero gan¨®". Luego aquella oferta laboral no se concret¨®. Estaba en el paro y con un perfil profesional que no es precisamente el m¨¢s demandado. Su desencanto con CiU la llev¨® a darse de baja. "Luego conoc¨ª a Gervasi Aspa [n¨²mero uno de la lista local y primer secretario en las comarcas del Ebro], me gust¨® la din¨¢mica de ERC y decid¨ª quedarme", a?ade. "He sido siempre m¨¢s de izquierdas", argumenta. Y con ERC consigui¨® su actual empleo, como t¨¦cnica de Juventud en la delegaci¨®n territorial, en manos de Esquerra. "No me he hecho de ERC por el trabajo, ni por venganza. Me lo creo y me gusta, y no me obligaron a hacerme militante para trabajar", dice esta joven de 30 a?os, que asegura sentirse "m¨¢s valorada" en su partido, donde milita desde hace m¨¢s de tres a?os, que en CiU.