Sarkozy y Royal, dos modelos de sociedad
Los candidatos confrontan en un debate intenso programas muy distintos
Nicolas Sarkozy y S¨¦gol¨¨ne Royal mantuvieron anoche un debate de una rara intensidad; duro, ¨¢cido, con alternativas y golpes bajos. Sin vencedor ni vencido. Durante dos horas y 38 minutos -sin pausa-, los dos candidatos a la presidencia francesa discreparon en casi todo, con momentos de gran violencia verbal. Pero, sobre todo, defendieron dos modelos pol¨ªticos completamente diferentes; toda una demostraci¨®n del valor del debate y de la dimensi¨®n que han tomado las elecciones presidenciales francesas. A cuatro d¨ªas de la cita con las urnas el pr¨®ximo domingo, las espadas siguen en alto.
El combate, sin embargo, parec¨ªa destinado a acabar en tablas, lo que en cierto modo supon¨ªa la victoria del candidato de la derecha. Durante el primer tramo, la agresividad de Royal rebotaba contra las s¨®lidas defensas de un Sarkozy que no perd¨ªa la calma, que se agarraba a su pericia de pol¨ªtico bien construido, ducho en el arte de fajarse ante los tribunales, como abogado. En un momento pareci¨® incluso que se sent¨ªa cada vez m¨¢s c¨®modo. Pero fue s¨®lo la antesala de la tormenta. Royal sigui¨® atacando y Sarkozy no pudo sentirse c¨®modo, lo que no quiere decir que ella lograra atravesar su coraza m¨¢s que en escas¨ªsimas ocasiones.
La socialista tom¨® la iniciativa dial¨¦ctica y carg¨® sobre Sarkozy la responsabilidad de la situaci¨®n en la que se encuentra Francia. Se trataba de encasillarle en el papel del hombre del pasado, el miembro del Gobierno saliente. S¨®lo lo consigui¨® a medias. El candidato de la derecha entr¨® por la puerta de la lucha contra la delincuencia y se atribuy¨® el ¨¦xito del descenso de la criminalidad en los ¨²ltimos a?os. Royal contraatac¨® r¨¢pida. Le record¨® los incidentes del oto?o de 2005 y discuti¨® las cifras del balance que presentaba el ex ministro del Interior. "?D¨®nde estaba usted como ministro del Gobierno?", le dijo. "Hace dos d¨ªas una mujer polic¨ªa fue violada saliendo de su comisar¨ªa. Otra agente fue violada en el mismo lugar unos meses antes. ?Qu¨¦ pas¨®?". Royal prometi¨® que los agentes p¨²blicos ser¨¢n protegidos. "Si usted quiere hacer acompa?ar a todas las mujeres... no conseguiremos reducir ni la deuda ni el n¨²mero de funcionarios", respondi¨® Sarkozy. "La soluci¨®n es reprimir a los delincuentes".
La parte central del debate se centr¨® en las cuestiones sociales: el mantenimiento o la reducci¨®n del Estado asistencial, la reducci¨®n del peso del sector p¨²blico. Ambos desarrollaron dos visiones completamente opuestas del futuro. Por un lado la eficacia, la reducci¨®n del n¨²mero de funcionarios..., por otro la asistencia, la solidaridad... "?De d¨®nde se reducen los funcionarios?", le pregunt¨® la socialista, "?tal vez de los hospitales?". Pero Sarkozy ten¨ªa la respuesta preparada. "?Qu¨¦ es lo que ha desorganizado los hospitales?", pregunt¨®, "las 35 horas; una cat¨¢strofe generalizada para la econom¨ªa francesa, pero especialmente para los hospitales".
Para explicar el anacronismo del modelo de los socialistas franceses, Sarkozy utiliz¨® la comparaci¨®n con los socialdem¨®cratas de otros pa¨ªses europeos. El presidente del Gobierno espa?ol, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, o el brit¨¢nico Tony Blair, e incluso Romano Prodi, fueron citados varias veces por el candidato de la derecha para defender su reforma del mercado de trabajo. "Todos los pa¨ªses del mundo han aumentado las posibilidades de trabajar", le coment¨® en referencia a la semana laboral de 35 horas, uno de los iconos del Gobierno socialista de Lionel Jospin al que la derecha atribuye ahora todos los problemas.
El debate entr¨® entonces en una fase espesa, con referencias muy concretas a las pol¨ªticas sociales, al problema de las pensiones, y fue all¨ª donde Sarkozy tom¨® ventaja. Armado con su calculadora, ped¨ªa una y otra vez a Royal que especificara cada una de sus medidas. Sobre las pensiones, por ejemplo, los argumentos de Royal sonaron voluntaristas mientras que los de Sarkozy eran espec¨ªficos.
Pero al abordar el tema de la educaci¨®n, donde menos pod¨ªa esperarse, Royal lanz¨® su ataque m¨¢s furibundo. Saltaron chispas. Hablaban de la generalizaci¨®n de las guarder¨ªas. Royal se comprometi¨® a hacer obligatorio el periodo de tres a seis a?os y Sarkozy respondi¨® que s¨®lo hab¨ªa 300.000 plazas y que no pod¨ªan crearse dos millones. El conservador anunci¨® que, si es elegido presidente, integrar¨¢ a todos los ni?os discapacitados en las "escuelas normales".
Royal cambi¨® de expresi¨®n. "Creo que hemos alcanzado el summum de la inmoralidad pol¨ªtica". "Estoy escandalizada de lo que acabo de o¨ªr", a?adi¨® para acusarle de haber descrito "con una l¨¢grima en los ojos" la situaci¨®n de los ni?os discapacitados, que el Gobierno conservador empeor¨® suprimiendo las ayudas. "No, se?or Sarkozy, no todo es posible en la vida pol¨ªtica, no es posible esta diferencia entre el discurso y los actos. Estoy encolerizada".
"Se encoleriza usted con facilidad", replic¨® el conservador, un tanto a contrapi¨¦. "Para ser presidente hay que saber mantener la calma", a?adi¨®. Pero Royal no cedi¨®. "Estoy encolerizada, no le menosprecio, no he perdido mis nervios, estoy encolerizada y hay c¨®leras muy ¨²tiles, muy sanas". Desde ese punto el debate entr¨® en la recta final con los dos midiendo cada palabra, mir¨¢ndose a los ojos. Ninguno se sali¨® de su visi¨®n del mundo.
ALGUNAS FRASES DESTACADAS
Nicolas Sarkozy: "Son las 35 horas las que han desorganizado los hospitales p¨²blicos franceses. Han sido una cat¨¢strofe general para la econom¨ªa francesa"
S¨¦gol¨¨ne Royal: "Si las 35 horas son tan nefastas, ?por qu¨¦ no las ha suprimido en cinco a?os de gobierno? Estoy por la libertad de los que quieran trabajar m¨¢s"
N. S.: "Somos el pa¨ªs europeo con los impuestos m¨¢s elevados. Pagamos m¨¢s impuestos, las cargas son demasiado pesadas. No podemos gravar m¨¢s a nuestras empresas. Es una cuesti¨®n de eficacia"
S. R.: "Qu¨¦ pena que no haya hecho esto durante cinco a?os. Esta idea est¨¢ en mi pacto y me alegro de que est¨¦ de acuerdo conmigo. Tiene un problema de credibilidad despu¨¦s de cinco a?os de gobierno"
N. S.: "El problema de la escuela no es s¨®lo de medios y de dinero. Es tambi¨¦n un problema de programas, de definir el modelo de escuela que queremos. Quiero la escuela del respeto, de la autoridad, del m¨¦rito"
S. R.: "Creo que es necesario un nuevo pacto educativo. Hay mucho sufrimiento, porque los maestros quieren un reconocimiento de su trabajo, porque la violencia escolar ha aumentado, porque se han suprimido m¨¢s de 100.000 empleos en el sistema escolar en los ¨²ltimos a?os"
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