Mensajes electr¨®nicos para el siglo XXII
La Biblioteca Brit¨¢nica invita al p¨²blico a crear un archivo de correos
Adi¨®s a las cartas, bienvenidos los mensajes electr¨®nicos. La Biblioteca Brit¨¢nica aprovecha el impacto de la revoluci¨®n digital para lanzar el primer archivo p¨²blico de emails. Seg¨²n anunci¨® ayer la instituci¨®n (www.emailbritain.co.uk), el nuevo almac¨¦n digital se construir¨¢ con la correspondencia electr¨®nica enviada desde cualquier punto del Reino Unido a lo largo del mes de mayo, y se podr¨¢ leer dentro de un siglo. A las pocas horas de inaugurarse la campa?a, bajo el t¨ªtulo Email Britain, 1.400 personas enviaron mensajes.
"El correo electr¨®nico ha reemplazado formas tradicionales de comunicaci¨®n, como las cartas o memorandos. En la era digital, el email es algo muy corriente en nuestras vidas cotidianas", se?ala John Tuck, responsable de las colecciones brit¨¢nicas en la biblioteca nacional del Reino Unido.
En colaboraci¨®n con Microsoft, la instituci¨®n construir¨¢ un archivo con los mensajes electr¨®nicos que el p¨²blico env¨ªe. Un porcentaje de los mismos -en torno a los 10.000- podr¨¢n ser consultados a finales de a?o, una vez eliminados los datos del remitente. El resto se archivar¨¢ durante un siglo, creando una especie de c¨¢psula del tiempo que abrir¨¢n las generaciones venideras.
La biblioteca conf¨ªa en recopilar hasta un mill¨®n de correos electr¨®nicos cuyo contenido ofrecer¨¢ a futuros investigadores una amplia panor¨¢mica de la sociedad brit¨¢nica; los quehaceres, preocupaciones, errores, alegr¨ªas y motivaciones de sus residentes y visitantes. "Queremos preservar una tajada de la historia del email", resalta Jo Wickremansingle, responsable de comunicaci¨®n de Windows Live Hotmail, el programa de Microsoft que gestiona el archivo.
Los remitentes pueden adjuntar en su correo un fichero con fotograf¨ªas, pel¨ªculas y sonido. Se admiten mensajes de nueva creaci¨®n o el reenv¨ªo del email de terceras personas. Se aceptan, adem¨¢s, comunicaciones en cualquier lengua. Una serie de enunciados -desde quejas a romance- facilitar¨¢ la catalogaci¨®n.
Entre los correos remitidos ayer, una tal Lindsay desvela a sus amigas que su novio le ha propuesto casarse en la londinense Noria del Milenio, Justine cuenta chismorreos del trabajo y un remitente an¨®nimo reenv¨ªa un correo trampa, los odiados spam. Es posible que los soci¨®logos saquen provecho del nuevo archivo digital pero, dado el nivel inicial de informaci¨®n, cuesta equipararlo al valor de las cartas hist¨®ricas.
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