Renacimiento
Es incomprensible la fijaci¨®n cat¨®lica de mucha gente que no comparte las doctrinas de la Iglesia de Roma. Es gente que no deja de admirarse porque esa Iglesia aplique sus ideas, tal como hace cualquier otra cofrad¨ªa o partido o asociaci¨®n. La novedad no es que un p¨¢rroco cat¨®lico rechace una exposici¨®n de asuntos homosexuales, como ha pasado estos d¨ªas en Co¨ªn, al oeste de M¨¢laga. La noticia ser¨ªa que la Iglesia cat¨®lica hiciera propaganda de una sexualidad basada en el amor, homosexual o heterosexual, y no en la reproducci¨®n.
La homosexualidad, o la sexualidad en general, es un asunto que parece preocupar mucho a la jerarqu¨ªa cat¨®lica y a sus fieles m¨¢s fervorosos. Lo cat¨®lico ortodoxo es el matrimonio heterosexual, la familia como n¨²cleo reproductor, lo conveniente en las viejas sociedades campesinas, donde la procreaci¨®n, la multiplicaci¨®n de la mano de obra, resultaba fundamental. Estamos hablando de la familia patriarcal de toda la vida, que luego se prolong¨® en el hogar del padre que en la calle gana para su mujer y los hijos que su mujer ha de cuidar. Los hombres de la Biblia suelen pesar m¨¢s que las mujeres, y en los hombres recae el poder y la autoridad.
Hay quien recurre a la Biblia para justificar la condena religiosa de la homosexualidad. Pero Trevor Dennis, vicede¨¢n de la catedral de Chester, escribi¨® hace poco en la secci¨®n religiosa (los s¨¢bados, Face to faith, se llama, algo as¨ª como Frente a la fe) del diario ingl¨¦s The Guardian que, mientras es dif¨ªcil encontrar en la Biblia matrimonios heterosexuales ejemplares, el libro sagrado celebra alguna vez las relaciones entre personas del mismo sexo, "a pesar de lo que algunas l¨ªneas en el Lev¨ªtico y en las ep¨ªstolas permitir¨ªan creer". La Biblia cuenta felizmente el encuentro entre Jonat¨¢n y David en el libro primero de Samuel, "un amor a primera vista", seg¨²n el vicede¨¢n de Chester, que tambi¨¦n recuerda la historia de Ruth y Noem¨ª, nuera y suegra. La declaraci¨®n de amor de Ruth a Noem¨ª termina as¨ª: "Es tan s¨®lo la muerte lo que nos ha de separar". Y el vicede¨¢n dice que ¨¦sta es la m¨¢s hermosa declaraci¨®n de amor que podemos encontrar en la Biblia, las ¨²nicas palabras b¨ªblicas que se aproximan a la promesa matrimonial, hoy utilizada, de uni¨®n amorosa hasta la separaci¨®n por la muerte. "El Libro de Ruth es la gran historia de amor de la Biblia y es una historia de amor entre mujeres", dice Trevor Dennis.
No creo que comparta sus ideas el p¨¢rroco de Co¨ªn Gonzalo Mart¨ªn. Cada uno cree lo que puede, y no entiendo que se le pida a la Iglesia cat¨®lica que act¨²e contra sus ideas. Tampoco es obligatorio seguir las ideas cat¨®licas, en contra de lo que piensan algunos cat¨®licos, incluso pertenecientes a sus m¨¢s altas jerarqu¨ªas. Lo que me parece poco edificante es que el Ayuntamiento de Co¨ªn suspenda una exposici¨®n de cer¨¢micas "por su contenido gay", como informaba Diego Narv¨¢ez en este peri¨®dico el mi¨¦rcoles. En el anuncio de la exposici¨®n se ve¨ªa a los dos escultores, Salvador Luque y Antonio Hern¨¢ndez, bes¨¢ndose.
Puedo entender que los responsables culturales de un Ayuntamiento rechacen o suspendan una exposici¨®n porque las obras les parezcan malas, pero no entiendo que se justifiquen apelando a la pol¨¦mica en la calle, a la falta de "condiciones ¨®ptimas" para mostrar lo que juzgan inmostrable, es decir, monstruoso, aunque el monstruo en lat¨ªn fuera el prodigio, lo digno de verse, el signo de los dioses, "el fen¨®meno contra natura", como explican los diccionarios. "No hay ning¨²n rechazo", dice un responsable an¨®nimo del municipio, pero rechaza abrir la exposici¨®n de Luque y Hern¨¢ndez, obras que, se defienden los artistas, "no tienen contenido er¨®tico ni incitan a la homosexualidad", como si una sala municipal no pudiera exponer obras de contenido er¨®tico o que incitaran a la homosexualidad. Si los ayuntamientos siguieran este criterio restrictivo, liquidar¨ªan un buen n¨²mero de las obras maestras que se exponen en el Vaticano.
El Ayuntamiento de Co¨ªn lo gobierna el PSOE, que pide "esperar a que ceda la pol¨¦mica" mientras atiza la pol¨¦mica impidiendo la exposici¨®n. En estos ¨²ltimos a?os se ha producido un cambio grande de mentalidad. Los partidarios de la censura, que no hace tanto eran considerados gente m¨¢s bien indeseable e indigna de confianza, han ido reconquistando su viejo prestigio. Hoy la censura es un bien social hasta para quienes en otro tiempo peleaban por la libre expresi¨®n.
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