La magia de la luz
La colecci¨®n de pintura de EL PA?S y Taschen ofrece ma?ana y el martes dos libros sobre C¨¦zanne y Vermeer por 4,95 euros cada uno
Con una barba poblada y puntiaguda en la que podr¨ªan anidar todas las moscas del sur de Francia, vestido como un campesino, con el caballete y los ¨²tiles de pintar a la espalda, Paul C¨¦zanne (1839- 1906) se echaba a los campos de Aix-en-Provence para pintar una y otra vez su Sainte Victoire, un macizo calc¨¢reo de casi mil metros de altura, la monta?a m¨¢gica, el t¨®tem que plasm¨® en 44 ¨®leos y 43 acuarelas. Y es esta imagen del "profeta de la modernidad" la que abre el volumen de la colecci¨®n Taschen dedicado al genial pintor que ma?ana se puede adquirir con EL PA?S.
El libro de la historiadora del arte Ulrike Becks-Malorny acerca al lector la figura de un artista al que le domin¨® una ¨²nica pasi¨®n, la de la pintura. El amigo de juventud del escritor ?mile Zola, el hombre taciturno, obsesionado con "pelearse directamente con los objetos", con dar forma a la pintura ¨²nicamente a trav¨¦s del color, abri¨® el camino a las vanguardias con sus superposiciones de planos verticales y horizontales, con la idea de profundidad que tanto cautiv¨® a Picasso. Contemplar a Madame C¨¦zanne en su sill¨®n rojo o los paisajes que pint¨® de L'Estaque es reconstruir una singular forma de pintura en la que nada es dejado al azar. No es casualidad que C¨¦zanne sentara a Los jugadores de cartas tan r¨ªgidos en una mesa entremedias de una botella que acent¨²a el eje vertical, ni que el jugador de la pipa con un lejano parecido al general De Gaulle aparezca iluminado de una forma tan absolutamente teatral, sino que es algo forzado, buscado por el pintor franc¨¦s para atraer el efecto de la luz. Lo mismo debi¨® de pensar con siglos de antelaci¨®n otro mago de la luz, el holand¨¦s Vermeer (1632-1675), el pintor que se colocaba tras una c¨¢mara oscura para retratar a sus mujeres, esos personajes que, como La joven de la perla, muestran la belleza absoluta, la delicadeza de unas facciones irrepetibles. El libro de Norbert Schneider, que el martes se pone a la venta, es una gu¨ªa perfecta para adentrarse en el mundo peque?o y domesticado del hombre que quiso aparecer de espaldas en El arte de la pintura. Delicado, intimista, las "motas bien puestas" de los ¨®leos de Vermeer se convirtieron en una explosi¨®n de moda cuando fueron descubiertas por los impresionistas.
El gran maestro del Siglo de Oro pint¨® menos de 40 cuadros en sus 43 a?os de vida, pero logr¨® unas obras maravillosas, de formato peque?o, con una intensidad que deslumbra, como su famosa Vista de Delft, en la que logr¨® captar los rayos del sol desliz¨¢ndose por los edificios de la ciudad. Marcel Proust, el autor de En busca del tiempo perdido, experiment¨® tal emoci¨®n al descubrir el ¨®leo en una exposici¨®n, que su emoci¨®n art¨ªstica la traslad¨® a uno de sus personajes, al que le hizo decir cu¨¢nto le hubiera gustado escribir frases tan preciosas como ese "peque?o panel amarillo".
La novela de Tracy Chevalier La joven de la perla, inspirada en su cuadro y llevada al cine con Scarlett Johansson, o La joven de azul jacinto, de Susan Vreeland, otro best seller, han convertido al pintor de Delft en un personaje popular. Por eso, qu¨¦ mejor que deleitarse viendo a sus mujeres tocando el virginal, leyendo cartas de amor, haciendo encaje de bolillos o posando para un pintor, pasando con mimo las hojas del libro de Schneider.
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