"Todas somos Carmen"

El tren lleg¨® puntual. A las 12.20 horas paraba en la v¨ªa 2 de la Estaci¨®n del Norte de Valencia. La geganta (un mu?eco gigante con la cara de la candidata) bailaba a las puertas de la estaci¨®n. En el interior, Carmen Alborch, candidata socialista a la alcald¨ªa de Valencia, no pudo reprimir una l¨¢grima cuando una treintena de mujeres procedentes de toda Espa?a recorrieron entre aplausos un pasillo de bienvenida desde el and¨¦n hasta la calle.

Agitaban banderas de todas las autonom¨ªas. Una Espa?a plural y femenina desembarc¨® en Valencia para celebrar el talento de la candidata socialista.

Las amigas de la candidata destacan que su victoria es la victoria de las mujeres

Besos y abrazos a las puertas de la estaci¨®n. La geganta se entretuvo un rato antes de atreverse a cruzar la calle X¨¤tiva en direcci¨®n hacia la plaza del Ayuntamiento. Globos y banderas, pero nadie desbord¨® los l¨ªmites del paso de cebra, ni invadi¨® a destiempo la calzada.

Una concentraci¨®n paralela en favor de una educaci¨®n de calidad sembr¨® cierto desconcierto cuando la geganta lleg¨® a la plaza del Ayuntamiento. Militantes socialistas saltaron de un grupo a otro, pero otros optaron por obviar el paso de Alborch. Amigos, pero rivales.

Cuando el pasacalle que encabezaba la geganta desemboc¨® en la plaza de la Universidad s¨®lo hab¨ªa amigos, sobre todo, amigas. El sol del mediod¨ªa ca¨ªa a plomo. Rosa Conde, que fuera portavoz del Gobierno de Felipe Gonz¨¢lez, o su compa?era de gabinete ?ngeles Amador buscaban alguna sombra.

La brisa se levant¨® con los primeros parlamentos. Rosa Peris, directora del Instituto de la Mujer, apunt¨® el car¨¢cter "cosmopolita" de Alborch, "una mujer integradora y positiva que pisa fuerte sin pisar a nadie".

Las diputadas en el Congreso Delia Blanco y Patro de las Heras proclamaron: "Con Carmen no ganamos solo en Valencia, sino que ganamos todas las mujeres".

La fil¨®sofa Celia Amor¨®s destac¨® que Alborch "es una mujer vers¨¢til, polifac¨¦tica, una luchadora nata que sabr¨¢ hacer compatible los ¨¢rboles y las personas en la ciudad".

El "carisma" lo celebr¨® Amelia Valc¨¢rcel, consejera de Estado, como resultado del compromiso de "una enorme cabeza y un gran coraz¨®n".

Cuando Cristina del Valle, presidenta de la Plataforma de Mujeres Artistas contra la Violencia de G¨¦nero, tom¨® el escenario, la brisa cobr¨® intensidad: "Carmen es un referente para las mujeres en este pa¨ªs, una l¨ªder que hace una pol¨ªtica desde las entra?as y, por tanto, una pol¨ªtica entra?able".

Del Valle interpret¨® una canci¨®n dedicada a las v¨ªctimas de Ciudad Ju¨¢rez, en la frontera entre M¨¦xico y Estados Unidos: "Hay que rescatar esta ciudad". El estribillo "todas somos una y cada una somos todas", acab¨® transform¨¢ndose en "todas somos Carmen". Solo faltaban los coros de Marina Rosell para disparar la emoci¨®n.

Nada m¨¢s lejos de un acto pol¨ªtico al uso. Nada m¨¢s cerca de un nuevo modelo de convivencia, de una vecindad m¨¢s amable, de una celebraci¨®n del talento.

"Ahora no tengo m¨¢s remedio que ser alcaldesa", confes¨® Alborch cuando tom¨® la palabra para responder al tributo que le rend¨ªan sus amigas. "Quiero una ciudad m¨¢s amable, m¨¢s acogedora, m¨¢s culta y educadora", reivindic¨® Alborch. "Ante vuestra energ¨ªa y esperanza no vamos a tener m¨¢s remedio que ganar las elecciones", sentenci¨®.