El tir¨®n del "quinto pino"
Un libro del ex bater¨ªa de G¨¦nesis, retirado en la Alpujarra, alienta la llegada de extranjeros
"Vivo en el quinto pino de verdad", conf¨ªa el famoso escritor brit¨¢nico Chris Stewart. Naturaleza, aislamiento y belleza son las tres cualidades que persiguen los extranjeros so?adores que han remozado la Alpujarra granadina con acentos nuevos, que se multiplican cada ma?ana. Ha sido una invasi¨®n escalonada durante d¨¦cadas, pero su punto de inflexi¨®n est¨¢ muy bien datado.
En 1999, Stewart, ex baterista del grupo G¨¦nesis junto a Peter Gabriel y posterior esquilador de ovejas, public¨® el superventas Entre limones. El libro relataba su vida en ese "quinto pino", sin agua ni electricidad, a las afueras de ?rgiva (6.000 habitantes). Por su retina pasaron cabreros, viajeros new age y expatriados. Y por la de m¨¢s de un mill¨®n de lectores que devoraron su particular optimismo asilvestrado.
"Chris es el responsable de la masificaci¨®n. Cualquier extranjero brit¨¢nico, japon¨¦s o americano que llega por el pueblo te lo va a reconocer si es sincero, porque siempre llevan la obra como libro de cabecera", acusa entre bromas el escritor Miguel Ruiz Almod¨®var, que regenta una galer¨ªa de arte. Stewart no escurre el bulto. "Me echo la culpa y en cierto modo lo acepto. Pero la gran mayor¨ªa de los viajeros habr¨ªan venido por su cuenta", dice. En la secuela del libro se mantiene el tema, pero introduce cambios "para calmar la ira de los cr¨ªticos y no parecer una m¨¢quina de hacer salchichas", cuenta jocoso este admirador del hispanista Gerald Brenan, pionero en relatar la dura vida en esta regi¨®n durante la posguerra civil espa?ola.
Profesionales individualistas
La Alpujarra es una f¨¦rtil comarca de una treintena de pueblos en la ladera sur de Sierra Nevada. A pesar de estar amenazada, de momento se mantiene alejada del urbanismo desmedido y la especulaci¨®n. La llegada de nuevos pobladores extranjeros se ha potenciado sobremanera en la ¨²ltima d¨¦cada, fascinados por el anonimato y su belleza excepcional.
Al margen de los hippies, la f¨®rmula se repite a menudo. Un directivo europeo pide una excedencia para mudarse a la zona durante un a?o. Despu¨¦s de comprobar que la apuesta promete y que su aclimataci¨®n al terreno va sobre ruedas, decide quedarse y matricular a los ni?os en los colegios como primer gran paso.
Esta elecci¨®n tan concreta define su car¨¢cter. "Son individualistas al 100%. Vienen a rehacer su vida y huyen de los compromisos y de lo oficial", explica Ruiz Almod¨®var. Muchos comparten el sue?o de comprar unas ruinas y levantar con sus propias manos una casa. Apenas tienen asociaciones relevantes que defiendan sus intereses comunes, pero son muy dados a las reuniones como los mercadillos privados donde intercambian todo tipo de objetos, por muy mal estado en que se encuentren. Todo es rescatable y tiene un precio.
Pero la mentalidad est¨¢ mutando por fin, y el cambio proviene de profesionales asentados desde hace varios lustros, que empiezan a sentirse parte de la comunidad. Hasta ahora estaban, pero ahora adem¨¢s participan. Como en la asociaci¨®n de empresarios de ?rgiva, donde emprendedores con alta cualificaci¨®n presentan proyectos para el desarrollo de la comarca. De cara a las pr¨®ximas elecciones municipales en ?rgiva, todos los partidos, excepto el PSOE, presentan en sus listas alg¨²n extranjero. Los for¨¢neos son incluso m¨¢s de la mitad en la lista de Los Verdes.
Ejemplos cautivadores sobran. Como la chelista brit¨¢nica Cat Jary, que ha creado en la diminuta aldea de Ferreirola una escuela internacional donde los m¨²sicos aprenden a lidiar con las malas posturas y ansiedades. The Alexander Music School celebra cada verano el festival M¨²sica en las monta?as. Orquestas completas y talentos como Bernard Gregor-Smith han acudido en busca de inspiraci¨®n. El ingl¨¦s Rafael Anderson mantiene su estudio de arquitectura para reformar casas tradicionales. En invierno no son m¨¢s de veinte vecinos sin un bar donde acodarse. Anderson resume su d¨ªa a d¨ªa: "Deslumbrante".
O como Tom y Martina Boxma, pareja holandesa de abogada y director de museo, que un d¨ªa dijeron basta. Desde Capileira y a trav¨¦s de Internet, el genio de la l¨¢mpara que permite a la mayor¨ªa mantener sus v¨ªnculos profesionales con su tierra madre, compran ahora papel, cart¨®n y pl¨¢stico en cantidades industriales para transportarlo desde Valencia a China y reciclarlo. La mayor¨ªa son brit¨¢nicos, pero tanta nacionalidad repartida monta?a arriba monta?a abajo en fincas ermita?as es desconocida por los alcaldes. En ?rgiva los extranjeros ya representan el 12% del electorado.
"Claro que ha perdido magia en las ¨²ltimas dos d¨¦cadas, pero tambi¨¦n ha perdido la pobreza de una agricultura poco rentable a cambio de potenciar el turismo rural. ?Lo mejor? El consumo del pan integral, importado gracias al aluvi¨®n de guiris", bromea Stewart.
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