El peso electoral de la cultura

Populares y socialistas contrastaron ayer, casi sin saberlo, sus esfuerzos por atraerse el voto de la cultura. El presidente de la Generalitat y candidato popular, Francisco Camps, opt¨® por la alta cultura. Los candidatos socialistas Joan Ignasi Pla y Carmen Alborch, por la cultura popular.

Camps eligi¨® un marco noble como el reconstruido claustro renacentista del embajador Vich del San P¨ªo V de Valencia. All¨ª cont¨® con el apoyo del verbo florido y el lat¨ªn del consejero de Cultura, Alejandro Font de Mora, como mantenedor. Y tambi¨¦n con un ramillete de prestigiosos y populares representantes del mundo de la cultura, que tan s¨®lo en la letra A era capaz de incluir desde Alicia Alonso, la reconocida directora del Ballet Nacional de Cuba, hasta Ar¨¦valo, el c¨®mico que mejor cuenta chistes de gangosos. Aunque el resto del abecedario segu¨ªa con nombres como Blanca Marsillach, Pepe Sancho, Ripoll¨¦s, Jaime Siles, Horacio Silva, Manuel Galduf, Fernanda Zabala, Mar¨ªa Abradelo, Eduard Mira, etc.

Camps promete una consejer¨ªa singular y Pla m¨¢s subvenciones a las escuelas de m¨²sica

Camps prometi¨® dos cosas al selecto auditorio. Primera, que si vuelve a gobernar la Consejer¨ªa de Cultura tendr¨¢ entidad propia, con m¨¢s presupuesto y posibilidad de conveniar con el resto de Administraciones. Segundo, que respetar¨¢ la independencia de los creadores porque lo importante es el resultado art¨ªstico.

Porque de glosar los m¨¦ritos de la gesti¨®n del Consell ya se encarg¨® Font de Mora, que esa misma ma?ana hab¨ªa anunciado en Castell¨®n que el PP impulsar¨¢ la futura Ciudad de las Lenguas y conectar¨¢ las bibliotecas de la provincia a Internet, informa Mar¨ªa Fabra. As¨ª que por la tarde compar¨® la gesti¨®n cultural durante el mandato de Camps con el esplendor renacentista del claustro. Eso s¨ª, con mucho cuidado de no despertar algunas de las bichas dormidas del programa cultural de 2003 como la Ciudad Euf¨®rica, la Universidad del Espect¨¢culo, la creaci¨®n de la Big Band de la Comunidad Valenciana o el Mediterranean Fringe Festival, por poner unos casos.

Font de Mora apabull¨® con cifras estad¨ªsticas (de espectadores, presupuestos y donaciones art¨ªsticas a la Administraci¨®n) y prefiri¨® ignorar a la oposici¨®n: "Habr¨¢ quien aqu¨ª hable de despilfarro pero estos m¨¢rmoles no se merecen estos pesares".

Y mientras, ?los candidatos socialistas qu¨¦ hicieron? Pues dejaron de lado la puesta en escena, que no debe ser lo suyo, y se fueron a los despachos y a las salas de ensayo a convencer a la tropa.

Pla, acompa?ado de Andr¨¦s Perell¨® -candidato y ex alcalde de Bu?ol que sabe lo que es mediar entre los feos y los litros- y Vicent Escrig, acudi¨® a la Federaci¨®n de Sociedades Musicales de la Comunidad Valenciana y se comprometi¨® a crear un mapa de las escuelas de m¨²sica y a mejorar la subvenci¨®n p¨²blica a las bandas, que son el principal movimiento asociativo de los valencianos. Los socialistas intentaron aprovechar un terreno abonado por el malestar existente entre las bandas de m¨²sica, cuya federaci¨®n asegura que las ayudas de la Generalitat han disminuido un 27% en nueve a?os; mientras crec¨ªa el n¨²mero de escuelas y alumnos y el gasto en profesorado (11 veces m¨¢s) y las subvenciones eran incapaces de seguir el ritmo.

La candidata socialista a la alcald¨ªa, Carmen Alborch, tambi¨¦n visit¨® a los m¨²sicos de la Orquesta de Valencia en el Palau de la M¨²sica y all¨ª les prometi¨® que trabajar¨¢ para que recuperen su ilusi¨®n y su protagonismo.

En definitiva, cultura popular versus alta cultura. Esa que hizo exclamar a Font de Mora, dirigi¨¦ndose a Camps: "Si el embajador Vich viviera, el d¨ªa 27 te votar¨ªa".