"Si uno no se fija reglas, escribe lo que ya est¨¢ escrito"
El poeta Jacques Roubaud, gran figura del Oulipo -taller de literatura potencial, movimiento que se plantea la escritura como un reto a una limitaci¨®n arbitraria libremente asumida-, acaba de publicar una multinovela integrada por "12+1 autobiograf¨ªas" y titulada Nous, les moins-que-rien, fils a?n¨¦s de personne. "El punto de partida es contar la propia vida, pero cambi¨¢ndola de ¨¦poca", explica Roubaud quien, junto a sus colegas Philippe Beck, Sylvie Durbec, asiste al debate sobre La vida de las formas, organizado por el Instituto Franc¨¦s con Jos¨¦ Caballero Bonald como anfitri¨®n y que tendr¨¢ lugar hoy y ma?ana en Madrid. El poeta aparece en el libro como un trovador provenzal, como un cineasta admirador de Orson Welles, como escritor de tragedias cl¨¢sicas, te¨®logo y profesor decepcionado por el calvinismo y otras varias identidades.
"Compongo mis poemas caminando. El ritmo de la marcha determina el de los versos"
"Respeto a los escritores que consideran que la literatura comienza con ellos"
El libro acoge prosa, poemas de verso libre, alejandrinos ultracl¨¢sicos, consideraciones filos¨®ficas o retos matem¨¢ticos. "He sido matem¨¢tico profesional durante a?os. Cuando yo empec¨¦ a dar clases pod¨ªa resolver cualquier operaci¨®n de c¨¢lculo m¨¢s deprisa que todos los ordenadores existentes", recuerda el poeta. "He tenido que dejar las matem¨¢ticas porque, a partir de un cierto momento, te exigen demasiado. Cada problema resuelto crea noventa nuevos. La gloria matem¨¢tica puede alcanzarse por tres caminos: uno, inventando, por ejemplo, un concepto como el 0; dos, demostrando un teorema; tres, formulando una conjetura como anticipar que un resultado te parece correcto a pesar de que no lo puedes demostrar. Si en 50 a?os nadie consigue probar que era un error, entonces la conjetura pasa a ser cierta", r¨ªe maliciosamente Roubaud.
Nacido en los alrededores de Lyon en 1932, Jacques Roubaud empez¨® a publicar poes¨ªa en 1967, un a?o despu¨¦s de que Raymond Queneau le cooptase para que se integrase en el Oulipo "Queneau es mi maestro. Con Georges Perec ¨ªbamos a verle a la editorial. Compart¨ªa despacho con Italo Calvino. Los dos eran hombres muy silenciosos. Intercambiaban una frase cada quince minutos pero, ?qu¨¦ frase! ?Siempre tan serios y siempre tan ingeniosos!". Para Roubaud, Perec "era el mejor en los desaf¨ªos oulipistas. Su novela La disparition, escrita sin utilizar la letra 'e', es extraordinaria". Recuerda an¨¦cdotas del grupo, que sigue activo. "Nos pidieron que mont¨¢semos una lectura de nuestros poemas en el marco del festival de Avignon. Nos pusimos un reto a la altura: en ning¨²n poema habr¨ªa una sola s¨ªlaba que forzase a juntar los labios para pronunciarla. Fue un ¨¦xito pero al terminar el recital vino un escrito turco y me dijo: 'eso que han hecho est¨¢ muy bien pero en mi Anatolia natal es un ejercicio que practicamos desde el siglo X'. Luego, reflexionando, llegamos a la conclusi¨®n de que esa gente que utilizaban las limitaciones que nosotros nos acab¨¢bamos de inventar eran plagiarios por anticipado".
La aventura del Oulipo no tiene como ¨²nico objetivo la experimentaci¨®n y el juego formal aunque ese sea el combustible de su motor. "Si usted, por la ma?ana, se levanta y tras el caf¨¦ de rigor se sienta ante la hoja en blanco, es duro, muy duro. Pero si tiene que escribir un poema para celebrar, pongamos por caso, una boda, entonces la imaginaci¨®n se pone en marcha. ?Epitalamios se han hecho toda la vida! Decides que para escribir los primeros versos s¨®lo utilizar¨¢s las letras que figuran en los nombres de ella, que en los versos siguientes te limitar¨¢s a las letras de ¨¦l para, por fin, puesto que de festejar una boda se trata, mezclar¨¢s las letras de los dos en el ¨²ltimo verso. Porque si uno no se fija unas reglas, puede acabar por escribir lo que ya est¨¢ escrito".
La f¨®rmula del Oulipo reconcilia tradici¨®n y experimentaci¨®n. "Respeto a los escritores que consideran que la literatura comienza con ellos, que no quieren deber nada al pasado, que est¨¢n siempre a la vanguardia de algo. Durante el siglo XX hubo una gran tendencia a querer ser de vanguardia. Yo prefiero pensar que hay grandes poetas y poemas desde Homero hasta ahora. Por razones familiares, entre otras, me he interesado por el provenzal y el mundo de la poes¨ªa trovadoresca, que es extraordinario, ¨²ltimo momento en que texto y m¨²sica iban siempre juntos. Yo compongo mis poemas caminando. El ritmo de la marcha determina el de las s¨ªlabas y el de los versos. Con los a?os, como me canso, mis paseos son m¨¢s cortos y m¨¢s lentos. Mis poemas tambi¨¦n son m¨¢s breves ?Si son demasiado largos los olvido antes de volver a casa!".
En colaboraci¨®n con Florence Delay tambi¨¦n ha escrito teatro. "Con mis hermanos, para entretenernos, mont¨¢bamos en casa piezas de Corneille. Cort¨¢bamos los versos donde nos parec¨ªa, las resum¨ªamos como se nos antojaba. Cuando por fin visit¨¦ Par¨ªs, fui a la Com¨¦die Fran?aise a ver precisamente una obra de Corneille. ?Qu¨¦ aburrimiento, qu¨¦ lentitud! No he vuelto nunca m¨¢s. Pero Florence y yo vimos una vez el montaje que Luca Ronconi hab¨ªa hecho del Orlando furioso, de Ariosto, y nos pareci¨® maravilloso. Decidimos hacer algo parecido con la tradici¨®n francesa". El resultado es Joseph d'Arimethie y Merlin l'enchateur, dos obras que retoman temas cl¨¢sicos de la tradici¨®n medieval europea, como el del Santo Grial y la fundaci¨®n de la orden de la Mesa Redonda y su caballer¨ªa. "Se nos fue la mano: hacen falta cuarenta actores para poner en pie la obra".
Jacques Roubaud confiesa leer mucha novela -"sobre todo inglesa y del XIX"- y mucha poes¨ªa contempor¨¢nea -"francesa y americana"-. Traduce a poetas estadounidenses contempor¨¢neos -"los descubr¨ª durante un viaje, en los sesenta, y me redescubrieron el valor de las lecturas en voz alta"- y se siente muy a gusto leyendo y releyendo a Victor Hugo o Mallarm¨¦. "Compadezco a los anglosajones. No salen de Shakespeare. No conocen otros autores. Shakespeare est¨¢ bien pero ha ocultado a todos sus contempor¨¢neos, que son tan buenos como ¨¦l". Con Florence Delay ha traducido tambi¨¦n a sor Juana In¨¦s de la Cruz, C¨¦sar Vallejo o Bergam¨ªn. "Ella conoce el espa?ol mucho mejor que yo".
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