Rusia impone un bloqueo a Estonia

Desde el 1 de mayo, y alegando reparaciones temporales en las v¨ªas, los ferrocarriles rusos que dirige Vlad¨ªmir Yakunin (un petersburgu¨¦s pr¨®ximo a Vlad¨ªmir Putin), no admiten carga hacia Estonia. Los exportadores rusos han comenzado a desviar mercanc¨ªas hacia otros puertos del B¨¢ltico, especialmente los de Riga y Ventspils, en Letonia, el puerto de Klaipeda, en Lituania, y hacia Finlandia, seg¨²n dice Oleg K¨¢rpikov, presidente de la C¨¢mara de Empresarios Estonio-Rusa de Tallin.

K¨¢rpikov inform¨® de que antes de los disturbios llegaban de Rusia a Estonia unos 32 convoyes al d¨ªa. Hoy llegan 17. El crudo constituye el 60% de la carga ferroviaria y el resto, son otros productos, entre ellos madera y carb¨®n. Por el puerto de Tallin se exportan 40 millones de toneladas de mercanc¨ªa al a?o (en su mayor¨ªa procedente de Rusia), de las cuales 26 millones son petr¨®leo y derivados. En Estonia, los hidrocarburos rusos dejan entre siete y 10 d¨®lares por tonelada, la mitad en los ferrocarriles locales y la otra mitad en las terminales portuarias, controladas en parte por estonios y en parte por rusos.

Para intentar calmar los ¨¢nimos, el primer ministro de Estonia, Andrus Ansip, deposit¨® ayer flores ante el monumento a los soldados sovi¨¦ticos ca¨ªdos en la II Guerra Mundial en un cementerio militar de Tallin. Con el gesto ante el soldado de bronce, reci¨¦n instalado en su nueva ubicaci¨®n, Ansip, el responsable del desmantelamiento de esta estatua en el centro de la capital, trataba de restablecer la paz social tras los disturbios del 26 y 27 de abril. Para los rusos, el monumento es s¨ªmbolo de quienes perecieron en su lucha contra el nazismo en la II Guerra Mundial; para los estonios, lo es de la ocupaci¨®n sovi¨¦tica.

Un gesto insuficiente

El gesto de Ansip es positivo, pero tal vez no baste para calmar las pasiones desatadas sobre todo en la misma Rusia, seg¨²n medios empresariales dedicados al tr¨¢nsito de hidrocarburos rusos por Estonia. Este ping¨¹e negocio est¨¢ ahora amenazado por las restricciones que Mosc¨² ha comenzado a aplicar a Estonia, evitando sin embargo el t¨¦rmino sanciones. Oficialmente, s¨®lo el presidente Vlad¨ªmir Putin puede imponer sanciones internacionales.

El tr¨¢nsito ferroviario supone el 20% del PIB de Estonia, o incluso m¨¢s, considerando los servicios financieros generados, dice K¨¢rpikov. "Los rusos ciudadanos de Estonia nos vemos doblemente afectados. Por una parte, hemos sido ofendidos tras ser largamente ignorados. Por la otra, las restricciones rusas nos afectan particularmente a nosotros", afirma. "Estonia era como la Suiza del Norte. La estabilidad y un buen r¨¦gimen fiscal atra¨ªan a los empresarios. Ahora ha aparecido el riesgo pol¨ªtico", explica y afirma que "las compa?¨ªas rusas han comenzado a marcharse".

"Nuestras terminales de carga est¨¢n paradas, los muelles del carb¨®n est¨¢n parados. Todo el puerto de Tallin est¨¢ parado. Si esto sigue as¨ª, ser¨¢ una cat¨¢strofe", exclamaba un europeo occidental dedicado al tr¨¢nsito de petr¨®leo. "Se ha producido adem¨¢s un caos financiero, porque el transporte en muchos casos estaba asegurado y pagado. Los rusos anteponen su orgullo a su propio beneficio material", sentenciaba.

Rusia juega la carta pol¨ªtica y al parecer con la complicidad de los vecinos de Estonia. "El puerto de Tallin compite con el de Riga y Letonia ha sido m¨¢s lista que Estonia y ha regulado su frontera con Rusia", opinaba K¨¢rpikov. "Desviando su petr¨®leo, Mosc¨² les privilegia a ellos como nos privilegiaba a nosotros cuando sus relaciones con Riga eran peores". La capacidad de los puertos del B¨¢ltico es limitada. Rusia no puede aumentar su infraestructura portuaria al ritmo de sus exportaciones de crudo. "Para exportar por San Petersburgo hay que esperar dos meses", dice K¨¢rpikov, con la esperanza de que Rusia no pueda prescindir largo tiempo de Estonia.

Los empresarios que negocian con Mosc¨² ya hab¨ªan prevenido al jefe de Gobierno sobre las eventuales consecuencias del traslado del monumento, pero Ansip no les hizo caso. Los ferrocarriles estonios acaban de ser renacionalizados tras varios a?os de gesti¨®n privada y "si esto se prolonga, se pueden arruinar", se?ala un parlamentario. Afectado por la situaci¨®n podr¨ªa verse incluso el gaseoducto del Norte, el proyecto bandera de Gazprom para unir Rusia y Alemania por el fondo del B¨¢ltico. La negociaci¨®n para explorar la posibilidad de que el gaseoducto pasara por la zona econ¨®mica mar¨ªtima de Estonia ha sido pospuesta.

Las sanciones econ¨®micas "tendr¨¢n consecuencias para los habitantes rusos parlantes de Estonia, que son 400.000, de los cuales m¨¢s de 100.000 son ciudadanos de Rusia", se?ala el acad¨¦mico Mijail Bronshtein en una carta al presidente Putin. Los rusos, dec¨ªa, son los que est¨¢n m¨¢s vinculados con el tr¨¢nsito, el transporte mar¨ªtimo, de ferrocarril, autom¨®vil, metal, madera, qu¨ªmica y maquinaria.