Un grito a favor de los autores

El director del museo Chillida Leku, Luis Chillida, gan¨® en su d¨ªa un torneo de tenis premiado con una escultura. Hasta ah¨ª, nada extra?o. La sorpresa lleg¨® al ver que esa pieza era una reproducci¨®n de El Peine del Viento, una de las obras emblem¨¢ticas de su padre, Eduardo Chillida. Al artista donostiarra le doli¨® tanto lo "mal hecha" que estaba la escultura como que se hubiera moldeado sin consultarle.

Luis Chillida relat¨® ayer esta an¨¦cdota en San Sebasti¨¢n durante la rueda de prensa organizada por Visual Entidad de Gesti¨®n de Autores Pl¨¢sticos (VEGAP), una de las asociaciones que gestiona los derechos de propiedad intelectual en Espa?a, para denunciar precisamente la falta de respeto a los derechos de autor, tanto morales como econ¨®micos.

El director de VEGAP, Javier Guti¨¦rrez Vic¨¦n, critic¨® a los museos Guggenheim de Bilbao y Artium de Vitoria, de titularidad p¨²blica, porque, seg¨²n opin¨®, su pol¨ªtica muse¨ªstica se asemeja a la de "las empresas dedicadas a la necesidad de obtener beneficios al cierre del ejercicio". Eso, a?adi¨®, les lleva a "presionar a los artistas para que cedan sus derechos de autor", lo que impide que "perciban las remueraciones equitativas que les corresponden de acuerdo con la Ley de Propiedad Intelectual". "Especulan de una manera vergonzosa con los derechos de naturaleza humana. Es decir, se enriquecen las arcas de unas instituciones que, por su naturaleza, no deben enriquecerse, porque est¨¢n al servicio de toda la ciudadan¨ªa", apostill¨®.

Gutierrez Vic¨¦n extendi¨® sus acusaciones de "especulaci¨®n" a las obras que lucen en espacios p¨²blicos. As¨ª, explic¨® que en Espa?a, en contra de lo que ocurre en el resto de Europa, es posible reproducir una obra de arte instalada en la calle o hacer negocio con ella sin contar con el permiso de los autores, con lo que ello supone de perjuicio para los artistas.

Puso como ejemplo los anuncios publicitarios. Y cit¨® tambi¨¦n el caso concreto de Mart¨ªn Chirino. El escultor don¨® una obra a Las Palmas, que ahora es utilizada "sistem¨¢ticamente" por un partido pol¨ªtico -no especific¨® cu¨¢l- para sus carteles propagand¨ªsticos. Ante esta situaci¨®n, VEGAP, que representa a m¨¢s de 1.700 creadores, exige una modificaci¨®n de la Ley de Propiedad Intelectual espa?ola, pues "limita inadecuadamente" los derechos de autor.

Andr¨¦s Nagel y Agust¨ªn Ibarrola son dos de los escultores vascos que cuentan con obras en espacios p¨²blicos. Ambos reclamaron a las instituciones que cumplan con su obligaci¨®n de "respetar los derechos morales" de los autores a los que encargan trabajos o de quienes reciben piezas donadas. ?C¨®mo? Reparando los da?os que sufren esas obras. Pero tambi¨¦n evitando que sean cambiadas de lugar o que ese espacio se transforme.

Las caracter¨ªsticas del lugar "influyen a la hora de pensar la escultura: c¨®mo la haces, qu¨¦ proporciones tiene, qu¨¦ materiales utilizas...", coment¨® Nagel. "El que transporta la escultura la est¨¢ manipulando", subray¨®, preocupado porque Amorebieta "amenaza" con quitar una obra suya del sitio que ocupa. El trabajo art¨ªstico de Agust¨ªn Ibarrola situado en entornos naturales ha sido atacado m¨¢s de una vez. Esto, apunt¨®, "da una imagen nefasta, inc¨ªvica y muy poco culta de la sociedad vasca".