La juez estrella
El juez Miguel ?ngel Torres, instructor del caso Marbella, ?hablar¨¢ en el despacho a sus imputados con cortes¨ªa, con condescendencia o con desfachatez? Cuando llegue a su casa despu¨¦s de una larga jornada de trabajo, ?contar¨¢ a su pareja los pormenores de la investigaci¨®n, tendr¨¢ ganas de hacer el amor, estar¨¢ acechado por el insomnio, se desvelar¨¢ con las dudas y se levantar¨¢ de la cama en mitad de la noche para repasar alg¨²n dato? Tras el sonido del despertador, ?encender¨¢ la radio para acompa?ar el zumo y las tostadas con las tertulias sobre ¨¦l y sobre su labor en el juzgado? El veterano Claude Chabrol ha compuesto en la excelente Borrachera de poder el retrato de uno de estos jueces llamados "estrella" m¨¢s por la importancia medi¨¢tica de los casos que por las ¨ªnfulas personales demostradas. Un magistrado que no por casualidad es mujer, interpretada por la portentosa Isabelle Huppert, esta vez un tanto alejada de sus g¨¦lidos ¨²ltimos personajes, capaz de otorgar incluso sentido del humor a una tarea tan ingrata como peligrosa.
BORRACHERA DE PODER
Direcci¨®n: Claude Chabrol. Int¨¦rpretes: Isabelle Huppert, Fran?ois Berl¨¦and, Patrick Bruel, Thomas Chabrol. G¨¦nero: intriga dram¨¢tica. Francia, Alemania, 2006. Duraci¨®n: 110 minutos.
Sin alharacas en la puesta en escena, pero con un br¨ªo persistente, unos punzantes di¨¢logos y unas situaciones cargadas de natural cotidianidad, Chabrol ha hecho su mejor obra desde la magistral La ceremonia (1995). El prol¨ªfico artista al que sus detractores acusan de llevar d¨¦cadas haciendo la misma pel¨ªcula se ha alejado esta vez de sus intrigas burguesas y ha afilado el cuchillo de la cr¨ªtica para hundirlo sobre el corrupto sistema empresarial, pol¨ªtico y judicial. Para ¨¦l todo parece estar conectado, la separaci¨®n de poderes es una quimera y la financiaci¨®n ilegal de los partidos pol¨ªticos se mezcla con los extra?os movimientos en la judicatura, los especuladores donativos a los presidentes de los pa¨ªses africanos, los amores extramatrimoniales y los chivatazos de ¨²ltima hora. Presidentes de consejos de administraci¨®n, pol¨ªticos, mediadores, testaferros, banqueros... ?Qui¨¦n anda limpio por la vida?
Chabrol se muestra profundamente feminista y regala a las dos mujeres de la pel¨ªcula los ¨²nicos papeles honestos de su jaur¨ªa humana. Y a pesar de alejarse de sus habituales chanzas a la burgues¨ªa anclada en el pasado, tambi¨¦n hay lugar para alguna rajada a la tradici¨®n, caso del marido de la protagonista, de buena y rica familia, que no soporta ser el consorte de la estrella medi¨¢tica. "No celebremos los triunfos. Da mala imagen a la justicia", le espeta el superior a la hero¨ªna. "No me preocupa la imagen de la justicia; me preocupa la justicia", responde ella. Chabrol, a los 76 a?os, alcanzando una vez m¨¢s la grandeza.
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