"El poder de los actores es irrisorio"
Parece impenetrable, pero en la distancia corta Isabelle Huppert (Par¨ªs, 1953) se relaja algo y, sobre todo, desborda inteligencia. La actriz estrena hoy en Espa?a su ¨²ltima pel¨ªcula de Claude Chabrol, Borrachera de poder, una historia sobre la corrupci¨®n pol¨ªtica y econ¨®mica en la que interpreta a una juez de instrucci¨®n. La semana pasada, en Par¨ªs, en un hotel muy cercano a su domicilio, en el barrio de Saint Germain des Pres, Isabelle Huppert habl¨® de cine, de Chabrol y del poder.
Pregunta. Al inicio del filme se dice que cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. ?Es una iron¨ªa y burla contra la corrupci¨®n que denuncia?
"No siento que el cine sea mi gran aventura. Quiz¨¢ cuando empec¨¦ s¨ª, pero ahora, con m¨¢s de sesenta pel¨ªculas en mi carrera, no"
"Me siento c¨®moda con personajes oscuros, ambiguos, contradictorios, tambi¨¦n en otro tipo de papeles, pero no me los ofrecen"
Respuesta. Es una iron¨ªa de Chabrol, por supuesto. Es para desviar la atenci¨®n, porque ¨¦l sabe perfectamente que, aunque son personajes de ficci¨®n, pueden recordar a otros reales. Pero Chabrol no s¨®lo ha hecho una pel¨ªcula pol¨ªtica, es mucho m¨¢s interesante que eso. Se sirve de una situaci¨®n pol¨ªtica y judicial real t¨ªpicamente francesa, para centrarse sobre todo en las personas en relaci¨®n con dicha situaci¨®n. Chabrol tiene en cuenta comportamientos que son tanto privados y p¨²blicos.
P. Borrachera de poder es todo un retrato sobre el poder. ?C¨®mo definir¨ªa usted el poder?
R. Una de las caracter¨ªsticas del poder es justamente su orientaci¨®n econ¨®mica y financiera. Cuando hay intereses en juego, el poder se convierte en peligroso.
P. En relaci¨®n al cine, ?se considera usted una mujer poderosa?
R. Tengo un poder muy relativo, no estoy segura de que la celebridad sea un poder. Es m¨¢s un estado de cosas. Es verdad que los actores tenemos cierto poder en relaci¨®n con ciertas pel¨ªculas, pero tambi¨¦n que estamos limitados por fuerzas que est¨¢n por encima de nosotros. El poder de los actores creo que es irrisorio. S¨®lo con mi voluntad o mi presencia no se hace una pel¨ªcula. No tengo ese alcance, es un poder relativo. En Borrachera de poder lo que se muestra es que siempre hay un poder superior. Claude Chabrol ha querido tambi¨¦n retratar el lado m¨¢s irrisorio y fr¨¢gil del poder.
P. Chabrol esta vez se adentra en la corrupci¨®n a gran escala. Se mete de lleno en la pol¨ªtica y abandona la peque?a burgues¨ªa ?Es todo un giro en su tem¨¢tica?
R. No creo que haya dejado un universo para ocuparse de otro. Chabrol siempre ha sido un cineasta muy ecl¨¦ctico. Hizo pel¨ªculas de g¨¦nero, hist¨®ricas, adaptaciones literarias. Las pel¨ªculas que he hecho con ¨¦l son muy diferentes. Pero detr¨¢s de todos estos g¨¦neros tan variados siempre hay algo com¨²n en el cine de Chabrol; la iron¨ªa y el humanismo. Se ha destacado de ¨¦l su cinismo o su sentido del rid¨ªculo, pero yo creo que donde en realidad hace su gran cine es en el humanismo. Hablar de ternura ser¨ªa excesivo, pero est¨¢ siempre del lado de las v¨ªctimas. Es pura sensibilidad.
P. ?sta es su s¨¦ptima pel¨ªcula con Chabrol. Su nombre est¨¢ unido ya a este cineasta. ?Existe un c¨®digo especial entre ustedes?
R. Por supuesto. En una relaci¨®n como ¨¦sta hay algo misterioso, de inefable que no se nombra, pero que se cuenta de pel¨ªcula en pel¨ªcula. Hay tambi¨¦n un placer inmenso al trabajar juntos. Quiz¨¢ de una forma m¨¢s elaborada, hay una misma voluntad, no teorizada pero s¨ª puesta en pr¨¢ctica, de no idealizar a los personajes en absoluto. Tenemos una visi¨®n muy objetiva para enfocar la verdad y la realidad. Esto no impide que se puedan adoptar formas m¨¢s accesibles, alegres y divertidas porque, despu¨¦s de todo, hacemos cine y no s¨®lo ajuste de cuentas.
P. La relaci¨®n con los directores ha sido para usted decisiva a la hora de aceptar un papel. ?Uno se equivoca muchas veces?
R. No tengo la impresi¨®n de haberme equivocado en eso, seg¨²n mi propio criterio, claro. A lo mejor me equivoqu¨¦ para otras personas. No pretendo ser infalible.
P. ?Alg¨²n director le ha defraudado?
R. No en especial, pero de todas formas si as¨ª fuera no lo dir¨ªa.
P. Despu¨¦s de casi cuatro d¨¦cadas en la profesi¨®n ?Sigue siendo el cine su gran aventura?
R. No tanto. Tengo otras satisfacciones en mi vida. Es un privilegio el poder hacer mi trabajo seg¨²n mis convicciones y mis ideas, con el sentido que le he querido dar. No siento que sea ahora mi gran aventura. Quiz¨¢ cuando empec¨¦ s¨ª, pero ahora, con m¨¢s de sesenta pel¨ªculas, no.
P. Su nombre se asocia a una de las mejores actrices europeas. ?Es una responsabilidad, un peso, un aliciente?
R. No lo siento como un peso en absoluto. Todav¨ªa tengo derecho a equivocarme y espero hacerlo. Mi situaci¨®n tiene que ver con la elecci¨®n de las pel¨ªculas. Hubiera podido hacer filmes distintos, pero escog¨ª a conciencia. He tenido siempre presente que estoy ante una pel¨ªcula y no un producto.
P. Su carrera est¨¢ plagada de personajes atormentados, contradictorios. ?Qu¨¦ papel ha jugado el azar en ello?
R. No siempre. Me siento c¨®moda con personajes ambiguos, oscuros, contradictorios, tambi¨¦n en otro tipo de papeles, lo que pasa es que no me los ofrecen. Busco siempre cosas interesantes, por eso tambi¨¦n hago frecuentemente teatro, un medio que me ha servido mucho, que me ha permitido experimentar con los silencios.
P. ?C¨®mo es su relaci¨®n con el p¨²blico? ?Piensa en ¨¦l?
R. La verdad es que no. Puede que sea malo no hacerlo, pero es as¨ª. Tampoco en la imagen que de m¨ª se proyecta. No me preocupa.
P. ?Le ha tentado en alguna ocasi¨®n la direcci¨®n?
R. No, nunca.
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