Bush se enfrenta a otra ley que condiciona el dinero para la guerra
La C¨¢mara de Representantes exige una mayor colaboraci¨®n del Gobierno iraqu¨ª
La C¨¢mara de Representantes de EE UU ten¨ªa lista para votar anoche una nueva ley de financiaci¨®n de la guerra de Irak, cuya originalidad radica en que concede el dinero solicitado por el presidente por etapas y sujeto a fuertes condiciones al Gobierno iraqu¨ª, aunque no impone una fecha precisa para la retirada de tropas. Pese a todo, no parece ¨¦sta la iniciativa que resuelva el grave enfrentamiento entre la Casa Blanca y el Capitolio a prop¨®sito de Irak.
No lo parece porque George Bush ya ha anunciado que si llega a su despacho la vetar¨¢ de nuevo, como ya hizo hace una semana con la ley que vinculaba la financiaci¨®n de la guerra al comienzo de la retirada el pr¨®ximo oto?o. La nueva ley, dijo, le produce sonrojo. "Esto de aprobar los presupuestos cada dos meses no es la f¨®rmula adecuada", a?adi¨®. Aunque en esta ocasi¨®n es muy probable que ni siquiera tenga que desenfundar la pluma porque no parece existir un ambiente favorable a esta iniciativa en el Senado, por donde tiene que pasar obligatoriamente.
El proyecto de la C¨¢mara supone la aprobaci¨®n hoy mismo de 43.000 millones de d¨®lares (unos 32.000 millones de euros) de los casi 100.000 millones que el presidente hab¨ªa solicitado como fondos de emergencia para las guerras de Irak y Afganist¨¢n, con la condici¨®n de que las autoridades iraqu¨ªes tomen medidas destinadas a la reconciliaci¨®n nacional y el fortalecimiento de sus Fuerzas Armadas. Entre estas medidas est¨¢ la de la redistribuci¨®n m¨¢s equitativa de los ingresos del petr¨®leo y la creaci¨®n de un determinado n¨²mero de unidades militares este a?o.
Antes de mediados de julio, seg¨²n esa iniciativa, el presidente Bush deber¨ªa informar al Congreso si, en efecto, esas condiciones se han cumplido y qu¨¦ progresos se han realizado en el desarrollo del conflicto. S¨®lo en el caso de que ese informe fuese favorable a los ojos de los congresistas, ser¨ªa aprobada la partida de 55.000 millones de d¨®lares restantes.
La Casa Blanca considera que esta iniciativa supone un condicionamiento inaceptable para el trabajo de los mandos militares sobre el terreno. Asimismo, Bush estima que se pone al Gobierno iraqu¨ª en una situaci¨®n imposible para imponer su autoridad sobre los grupos rebeldes. Aunque, seg¨²n la presidenta de la C¨¢mara, Nancy Pelosi, esta propuesta pretende recoger el esp¨ªritu del informe preparado el pasado a?o por la comisi¨®n bipartidista que presid¨ªan James Baker y Lee Hamilton -ese informe ped¨ªa un mayor compromiso a los gobernantes de Irak-, no ha conseguido ganarse las simpat¨ªas de suficientes representantes republicanos como para impedir el veto de Bush. Tampoco ha ilusionado a los propios dem¨®cratas del Senado. El jefe de la mayor¨ªa en esa C¨¢mara, Harry Reid, prefiere por ahora buscar soluciones que cuenten con el respaldo republicano para acabar con el atolladero actual.
Aunque la propuesta votada anoche no sea todav¨ªa la salida esperada, las cosas se est¨¢n moviendo, y mucho, en esta ciudad. Tanto los dem¨®cratas, sobre todo en el Senado, como los republicanos, est¨¢n haciendo maniobras de aproximaci¨®n para obtener un acuerdo antes de junio. La m¨¢s llamativa ha sido la conversaci¨®n que mantuvo el mi¨¦rcoles Bush con 11 miembros de la C¨¢mara de Representantes que pertenecen al sector moderado de los esca?os republicanos. No son muy influyentes, pero cuentan en el c¨®mputo final.
Algunos medios de comunicaci¨®n han querido ver similitudes entre esa entrevista y la visita que congresistas republicanos -aquellos s¨ª, muy influyentes- hicieron al presidente Richard Nixon para sugerirle que cogiera la puerta de salida. "No tiene nada que ver con aquello", ha aclarado el portavoz de la Casa Blanca, Tony Snow, quien reconoci¨® que los representantes republicanos le pidieron a Bush, por momentos en tono duro, un cambio de rumbo en Irak.
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