De M¨®naco a Getafe
Afectado por la falta de actitud y la vanidad, el Bar?a ha perdido cinco de los siete t¨ªtulos a los que aspiraba
Tras ganar la Champions hace un a?o en Par¨ªs, el Bar?a empez¨® a hacer n¨²meros y calcul¨® que pod¨ªa ganar siete t¨ªtulos: la Liga, la Copa, la Supercopa de Espa?a, la Champions, la Supercopa de Europa, la Intercontinental y la Copa Catalunya. Nueve meses despu¨¦s, el balance es p¨¦simo: por no ganar, ni siquiera se adjudic¨® la Copa Catalunya, ganada por el Espanyol. La afici¨®n ha pasado de la comprensi¨®n inicial al desencanto. Y ahora destila indignaci¨®n tras la eliminaci¨®n en Getafe. Desfigurado y con un juego desconocido, el Bar?a ha pecado de vanidad en el c¨¦sped y en el camerino. Y Rijkaard no ha dado con la tecla para que funcionara el equipo. El desplome es de r¨¦cord Guinness.
- El aviso de Montecarlo. Los problemas le llegaron pronto al Bar?a. En agosto, gan¨® la Supercopa al Espanyol y Eto'o ya dio un primer aviso: se fue hecho una furia en el descanso porque Rijkaard le sustituy¨® y ya no se retrat¨® con el trofeo. D¨ªas despu¨¦s, el Bar?a jug¨® la final de la Supercopa de Europa en M¨®naco y ni se enter¨®. El Sevilla (3-0) le pas¨® por encima. Ronaldinho, horas antes del partido, particip¨® en un acto publicitario y la plantilla, que se reencontr¨® con viejos amigos, se tom¨® casi el encuentro como una cita de turismo en la Costa Azul.
- Dos lesiones cruciales. El estilo del Bar?a est¨¢ asociado al gol y pronto se qued¨® hu¨¦rfano de sus mejores aliados. El equipo pag¨® las lesiones de Messi y Eto'o, un hombre tan competitivo como voraz que garantiza una media de 20 goles. El Bar?a confi¨® en que todo cambiar¨ªa con su vuelta. No ha sido as¨ª.
- El mazazo de Jap¨®n. Tras clasificarse por los pelos para los octavos de final de la Champions, el Bar?a viaj¨® en diciembre a Jap¨®n para jugar la Intercontinental, el ¨²nico t¨ªtulo que falta en las vitrinas del club. Perdi¨® de mala manera ante el Internacional de Porto Alegre (1-0), un rival te¨®ricamente inferior. Rijkaard se culp¨® aquel d¨ªa de la derrota: entre la semifinal y la final, dio fiesta al equipo. Dos meses despu¨¦s, lleg¨® la eliminaci¨®n de la Champions a manos del Liverpool. El presidente, Joan Laporta, acogi¨® el cruce tarareando una canci¨®n de los Beatles.
- La explosi¨®n de Eto'o. Aguardado como un Mes¨ªas, Eto'o estall¨® en c¨®lera en febrero contra Rijkaard -le tild¨® de mala persona por revelar que se hab¨ªa negado a jugar pocos minutos ante el Athletic- y Ronaldinho, a quien acus¨® de entrenarse poco. Laporta fue conciliador con el camerun¨¦s y dej¨® en una situaci¨®n delicada al t¨¦cnico. La crisis se cerr¨® de forma provisional. Rijkaard anunci¨® entonces que seguir¨ªa en el cargo.
- El papel de Rijkaard. El holand¨¦s dec¨ªa en el verano que el Bar?a sufrir¨ªa este a?o, pero que jugar¨ªa de memoria. La realidad ha sido otra: su f¨²tbol ha sido err¨¢tico y no gana tres partidos seguidos desde noviembre. Acusado de ser demasiado flexible con las estrellas y de haber perdido el control del vestuario, Rijkaard no ha cesado de darle vueltas a la alineaci¨®n por la figura del medio centro.
- El enfado de Ronaldinho. No ha sido el de siempre. Aparece (ante la Real) y desaparece (Getafe). El gaucho, pese a todo m¨¢ximo goleador del equipo, se ha sentido maltratado por el entorno y su absentismo ha sido a veces alarmante. Tras faltar a la mitad de entrenamientos del equipo, Ronaldinho, que juega con la ambig¨¹edad cuando habla de su renovaci¨®n, no aparece por la sala de prensa desde enero.
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