Una oreja para Valverde al grito de: "?Venga, que me hace faltaaa!"
Entre el sofoco del esfuerzo y su marcado acento franc¨¦s era dif¨ªcil hacer inteligibles las palabras de Juan Bautista. Hab¨ªa sido ya bastante elocuente con la muleta en su primer toro y mostraba una particular satisfacci¨®n por su regreso a Las Ventas: "El toro era dif¨ªcil, pero creo que lo he parado bien y le he podido torear a mi gusto. Estoy muy contento porque hace cinco a?os que no ven¨ªa a Las Ventas y creo que me han visto bien en el regreso". Remata el juicio sobre su actuaci¨®n cartesianamente: "Esto es muy positivo para m¨ª".
Tras la muerte de su segundo enemigo s¨ª parece m¨¢s afectado por la emoci¨®n: "No era toro para Madrid. Lo hemos cuidado con el capote, pero no ten¨ªa clase. A pesar de ello le he podido pegar algunos pases". Como balance definitivo de su actuaci¨®n, Juan Bautista se lamenta de no haber encontrado colaboraci¨®n en sus enemigos: "Ha sido una pena porque he encontrado unas sensaciones buen¨ªsimas. L¨¢stima que no tenga otra corrida. Pero vamos poquito a poco. Por lo menos la gente se ha podido imaginar c¨®mo es mi toreo". En algunos momentos no ha habido necesidad de imaginarlo: ha sido una realidad. Sorprende la capacidad de an¨¢lisis y la serenidad de Javier Valverde tras dar muerte a su primero. Al igual que en los ciclistas, parece percibirse en algunos toreros una cabeza fr¨ªa que funciona de manera simult¨¢nea a su capacidad de sufrimiento: "Este toro no ve¨ªa nada. De entrada ha estado pegando regates de no ver. Adem¨¢s la condici¨®n suya no daba demasiado de s¨ª. He intentado abrirle por la derecha, pero no quer¨ªa". ?Vive Dios que en esta ocasi¨®n no ha habido intenci¨®n de justificarse por parte del buen torero salmantino, si no que ha dicho la verdad de la buena!
Cambio de registro
El registro cambia completamente cuando es abordado tras la muerte de su segundo enemigo, mientras mira con ansiedad al palco presidencial, de cuya decisi¨®n depende la concesi¨®n de una oreja, que finalmente fue otorgada: "?Venga, que me hace mucha falta, j...!", exclama increpando al presidente. Una vez otorgado el trofeo, las feromonas comienzan a invadir su cerebro: "?Estoy feliz! ?Me lo merec¨ªa! ?Llevo todo el invierno entrenando para esto! ?Estoy feliz!".
El brindis de Iv¨¢n Garc¨ªa en su primero a la Infanta Elena, presente e un tendido de la plaza tuvo majeza: "Es un honor para m¨ª y para la Fiesta que est¨¦ usted aqu¨ª con nosotros. Viva la Infanta y la Casa Real".Tras matar al toro, no parece lamentarse de no haber obtenido el triunfo; se lo toma como un accidente sin importancia: "Al toro le ha afectado mucho la voltereta que ha dado en los pases de recibo. Ten¨ªa buen son, pero ya en el caballo se ve¨ªa que iba a durar poquito". Lo dice casi con desapasionamiento de entom¨®logo pero, como en el caso de Valverde, la emoci¨®n le puede una vez quemados sus dos cartuchos en la tarde, esta vez, para mal: "La verdad es que el ganado ha dejado bastante que desear. Mis toros han sido dif¨ªciles", concluye con tristeza en la voz.
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